baloncesto - LEB Oro

84-87 | El Leyma tiene siete vidas

Parecía que iba pasearse en Ourense y le llegaron a empatar en el último cuarto, pero tiró de su versión más competitiva para seguir de líder

Lundqvist, 27 puntos

Peter McNeilly busca entrar a canasta con la oposición de Jakovics, al que le bloquea Samu Rodríguez. |  // IÑAKI OSORIO

Peter McNeilly busca entrar a canasta con la oposición de Jakovics, al que le bloquea Samu Rodríguez. | // IÑAKI OSORIO / Carlos Miranda

Carlos Miranda

Carlos Miranda

Le dio tiempo a ser y hacer de todo al Leyma en Ourense. A ponerse sus propias trampas en las buenas, a ser competitivo hasta el extremo en las malas. A dar la sensación de que iba a pasearse, a parecer que el duelo se le iba a escurrir entre los dedos. Con Lundqvist y Yunio Barrueta como sustento anotador, el Leyma demostró su versión más competitiva y superó la emboscada del COB (84-87) en un partido gris, con mucho ritmo y roces, muchas faltas y cierto dramatismo. Sigue anclado en la cabeza de la LEB Oro a unos días de recibir a Tizona, segundo, en el Palacio de los Deportes de Riazor.

Los aficionados, al bus, abajo, y, arriba, en Ourense. |  // MIGUEL MIRAMONTES

Los aficionados, al bus, abajo, y, arriba, en Ourense. | // MIGUEL MIRAMONTES / Carlos Miranda

Si hace una semana el Leyma le había ganado a Menorca tras una especie de anemia de espíritu y de juego y con una exhibición coral, su arranque de juego en el Paco Paz de Ourense estuvo en las antípodas. Todo lo que entonces había sido trabajo y preparar las jugadas, un triunfo pulgada a pulgada fue en este inicio un esprint, una explosión de acierto. Y, como casi siempre que al Leyma se le caen los puntos del bolsillo, estaba por ahí Yunio Barrueta. Clavó tres triples desde el vestuario y cuando se quiso dar cuenta el COB, perdía 2-14, ya tenía una técnica y la grada se había encendido con los colegiados. Hubo una cierta reacción y los locales se pusieron 10-16 con un parcial de 8-2. Pero el Leyma volvió a arrancar la moto con la aportación de su banquillo y se fue al 13-26. Acertaba más, simple y llanamente.

El Leyma tiene siete vidas

El Leyma tiene siete vidas / Carlos Miranda

Tras ese primer parón, Yunio Barrueta le cedió el testigo anotador a Lundqvist. Ya había empezado en el primer cuarto, pero al final de ese periodo se fue hasta los 12 puntos. Él y el cubano con 14 sostendrían a los coruñeses hasta el descanso. Fue un periodo de mucho contacto, de campo abierto, de muchas opciones de tiro y roces. Los colegiados tuvieron la rara habilidad de enfadar a todos, incluso a los coruñeses. Pronto el Leyma, hipercómodo, empezó a doblar: 15-30, 17-34. En ese momento, hubo una jugada bajo canasta en la que Burjanadze asistió de espaldas a McDonnell. No podían estar más sueltos los naranjas. Pero ahí empezó a desaparecer su acierto y las buenas maneras de su baloncesto. El COB quería meterse en el duelo y lo hizo. Llegó a estar solo ocho abajo (33-41) con algún parcial de 8-0. Se cerró finalmente el periodo con un 33-43 que dejaba todo en el aire en el derbi.

Si ya habían apretado en la primera parte, Turner, Kacinas y Radic redoblaron sus esfuerzos tras el paso por vestuarios. El Leyma empezó diez por encima y llegó a estar con solo cuatro. Se fue finalmente con un 58-65 al último periodo. Aún sin acierto, fue duro y competitivo. Lundqvist fue de nuevo la gran fuente de anotación. Ya llevaba 21.

El cuarto final y decisivo puso a prueba al Leyma hasta el extremo. El COB iba a acercándose poco a poco, su asedio era constante, no cejaba en su empeño de pelear el partido a los naranjas. Pero también generaba una sensación de quiero y no puedo. Apretaba y casi igualaba, pero el Leyma se volvía a marchar con facilidad, incluso haciendo un partido sin brillantez. Ese sí pero no se acabó en los minutos finales. En nada se puso 70-70. El Leyma parecía estar en un problema enorme, se iba a ir mar adentro engullindo por la ola.

Pero no fue así, porque los buenos equipos ganan hasta cuando juegan un mal partido, porque cuando les pisan los talones pegan otro esprint, porque en los momentos calientes son los que tienen más recursos. En esos instantes en los que volvió a hacer diferencia hasta el 70-77 o el 74-81, destacaron Barrueta con un triple estratosférico y Aris con una canasta y una asistencia para un Lundqvist imperial que se acabaría yendo hasta los 27 puntos. Claro candidato a MVP de la jornada. No cerró, aun así, el duelo con esos parciales, porque era el día de fajarse, del mono de trabajo, de ganar con lo justo y necesario. Los instantes finales trajeron un ajustado 84-85 o un triple lejano y fallado para forzar la prórroga. Nada moverá el 84-87 que vale su peso en oro para las naranjas, alentados por 400 incondicionales desde la grada.