piragüismo

Carlos Arévalo y el K-4 calientan motores hacia París

El palista betanceiro disputa las pruebas selectivas con los Juegos en el horizonte

Carlos Arévalo, segundo por la derecha, junto a sus compañeros del K4-500. |  // L. O.

Carlos Arévalo, segundo por la derecha, junto a sus compañeros del K4-500. | // L. O. / M. Otero

Marcos Otero

Marcos Otero

Los Juegos Olímpicos de París ya están a la vuelta de la esquina y el K4 500 en el que está enrolado el betanceiro Carlos Arévalo ya calienta motores para la gran cita del año. La embarcación insignia del piragüismo español, plata en Tokio y campeona del mundo en 2022 disputa mañana el selectivo nacional como una manera de medir su estado de forma a menos de cuatro meses para la cita olímpica. “Es el primer paso de cara a los Juegos Olímpicos, el primer objetivo que hay que batir y dar lo mejor de nosotros en este primer test para ver cómo estamos de rendimiento. Si todo va bien deberíamos estar delante y conseguir plaza para la Copa del Mundo”, explica Carlos Arévalo, ya concentrado para la prueba que se celebrará en Pontevedra. “Los Juegos son en lo que pensamos cada día y en cada entrenamiento, enfocados en llegar bien a ese momento”, reconoce.

El palista betanceiro volverá a compartir equipo con Saúl Craviotto, Rodrigo Germade y Marcus Cooper, dominadores de la categoría en los últimos años. “Ya las cosas funcionan muy solas, sabemos cómo va a ir todo y que cada compañero responde al cien por cien”, expone Arévalo, centrado en su preparación para los Juegos. “Estoy contento, trabajando muy bien. Es un año en el que estamos dando mucha caña, porque en año de Juegos Olímpicos siempre se aprieta un poco más. A nivel de entrenamiento es duro y difícil, pero esperamos que el resultado valga la pena”, asegura.

Arévalo llegará en plena madurez a París, convertido en uno de los deportistas más reconocidos por el título mundial que conquistó también en el K1 200. “Saber cómo funcionan las cosas, cómo va el sistema de competiciones ayuda a la hora de afrontar los retos. La experiencia es un grado más, un plus”, admite acerca de la que será ya su segunda cita olímpica tras la de Tokio.

Esos buenos resultados añaden exigencia, como la que tiene el equipo mañana en la prueba selectiva de la Federación de Piragüismo. “Estoy en un momento muy dulce de mi carrera, vengo de resultados muy buenos y pretendo seguir ahí. La presión claro que existe, pero es lo bonito del deporte y lo que te empuja a mejorar”, reflexiona el palista de Betanzos.

Los Juegos Olímpicos de París llegarán además en un momento personal en el que Arévalo ha estrenado paternidad. Con su pareja forma un “gran K2” para compaginar la exigencia de la competición con sus obligaciones como padres. “Es una experiencia increíble. Ya me habían hablado mis compañeros, tanto Saúl [Craviotto] como Rodrigo [Germade] de lo bonito que es ser padre y hasta que no lo eres no sabes realmente cómo es. Es un plus, un empujón más”, resume.

“Yo ahora digo que un oro olímpico ya lo saqué y ahora vamos a pelear por otro. Para mí este año ya no lo voy a olvidar en mi vida y si puede venir con otra buena noticia pues mucho mejor”, destaca antes de la que el selectivo de mañana inaugure la cuenta atrás hacia los Juegos en busca de revalidar la medalla conquistada en Tokio.