El Bloque ofrece una gestión municipal “diferente” para “dar un salto” el 28-M

Pontón presume de la defensa de los servicios públicos y los vecinos en los concellos nacionalistas: “Somos el ‘dream team” | Propone trasladar su modelo a la Xunta en 2024

Luis Seara, Cristina Cid, Francisco Jorquera, María Albert, Fernández Lores, Pontón, Goretti Sanmartín, Rubén Arroxo, Patricia Ermida, Xabier P. Igrexas y Leticia Santos, ayer, en Santiago. |  // X. Á.

Luis Seara, Cristina Cid, Francisco Jorquera, María Albert, Fernández Lores, Pontón, Goretti Sanmartín, Rubén Arroxo, Patricia Ermida, Xabier P. Igrexas y Leticia Santos, ayer, en Santiago. | // X. Á. / Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

El BNG se siente fuerte y adora a su líder, Ana Pontón, a la que ayer por la mañana aclamó en Santiago durante un encuentro nacional municipal que fijó los comicios del 28 de mayo como la cita para “dar un salto” cualitativo que preceda a las autonómicas de 2024, en las que confían en situar a su jefa de filas como primera presidenta de la Xunta. Pontón reivindicó la “forma diferente de hacer política” de un BNG que solo gobierna alrededor de una treintena de concellos en los que residen 285.000 de los 2,6 millones de habitantes de Galicia, pero que presume de ejemplo en Pontevedra, Tomiño, Allariz o Ribadeo. “Somos el dream team de la política municipal”, clamó, ante las 1.500 personas reunidas en el Palacio de Congresos de Santiago. “Mi sueño es hacer realidad esa Galicia en grande como ya hacemos en los concellos donde gobernamos”, reconoció sobre las autonómicas de 2024.

Defensa de los servicios públicos, con protestas ante la Xunta como en el caso de Moaña, que suma 68 semanas de concentraciones para reclamar mejoras en sanidad, humanización de las vías públicas, como la célebre peatonalización de Pontevedra, o la aplicación de nuevas formas de cooperación, como la alianza de Tomiño con concellos lusos, fueron expuestos como la marca del BNG. “Son gobiernos valientes, gestionan bien cada euro y son radicalmente democráticos, sin favoritismos ni caciquismos”, expuso una Pontón aclamada entre vítores de los suyos, que ven en ella el cartel electoral que en 2020 colocó al BNG en su hasta ahora techo electoral con 19 escaños autonómicos. Es más, ella representa el fin de la longa noite de pedra que vivió el Bloque tras la pérdida de un escaño en 2009 que supuso la defunción del bipartito con el PSdeG, la Presidencia de Feijóo y del PPdeG y el lento declive del frentismo nacionalista, que llegó a situarse en seis escaños autonómicos en 2016, al borde de perder el grupo propio.

Ahora el Bloque desborda ilusión y nada lo representa mejor que los abrazos que se llevaba Pontón tras el mitin de ayer, incluso con su hija Icía en brazos. El discurso de la líder nacionalista se centró en denunciar a los de siempre, en alusión de PP y PSOE, por entregarse a los intereses del capital privado, en especial al “lobby eléctrico”, si bien el BNG comparte gobiernos en decenas de municipios y en tres de cuatro diputaciones con los socialistas.

Ahí sacó a colación la eterna demanda nacionalista de una tarifa eléctrica gallega, alegando que revertiría el “espolio” de los recursos naturales gallegos. “Tras el bum eólico depredador, ahora también quieren imponernos el espolio eólico en el mar y cargarse el medio de vida de 64.000 gallegos situando parques encima de sus principales caladeros”, protestó tras defender la energía eólica, pero “desde la gestión pública. “Basta de ponerle la etiqueta verde al espolio de la toda la vida”, clamó antes de criticar la “aspiradora madridcentrista”.

El Bloque de Pontón trata de combinar el traje reivindicativo de la oposición al PP en el Parlamento gallego con el chaqué institucional de los ayuntamientos que gobierna. “Se puede vivir muchísimo mejor en los concellos y el BNG tiene un proyecto que representa el entusiasmo y la vitalidad que tanto necesita Galicia”, resumió la dirigente.

El acto estuvo jalonado de la intervención de numerosos a alcaldes, alcaldesas y candidatos, como Francisco Jorquera, quien resaltó que los gobiernos municipales del BNG son “ejemplo de solvencia, capacidad y buen hacer”. “Y todo ese buen hacer lo queremos poner al servicio de A Coruña, para darle el impulso que la ciudad precisa”, afirmó el candidato nacionalista a la Alcaldía coruñesa.