Plan piloto para recuperar los bosques de ribera en la comarca: La Reserva y UDC diseñan un corredor fluvial para garantizar la calidad del agua de Cecebre

Incluye en la Estratexia Leader una inversión de medio millón en restaurar los bosques de ribera del Mero y Barcés

El plan piloto prevé destinar 265.000 euros a plantación de árboles

Cauce del río Mero. |   // F. MARTÍNEZ

Cauce del río Mero. | // F. MARTÍNEZ / Antares Pérez

Antares Pérez

Crear un gran corredor fluvial en los ríos Mero y Barcés que conecte la ría de O Burgo, el embalse de Cecebre y el lago de Meirama y garantice en un futuro la calidad de las aguas que abastecen de agua a cerca de 500.000 personas. Es el principal objetivo del plan piloto diseñado por la Reserva de Biosfera Mariñas Coruñesas Terras do Mandeo y la Cátedra Hijos de Rivera-UDC (Universidade da Coruña) de Desenvolvemento Sostible y Cátedra Emalcsa en colaboración con los ayuntamientos de Abegondo, Betanzos, Cambre, Carral y Cerceda y Emalcsa.

El proyecto está incluido en la Estratexia de Desenvolvemento Local Participativo Leader 2023-2027 de la Asociación de Desenvolvemento Rural Mariñas-Betanzos y prevé una inversión de 500.000 euros en la restauración de los bosques de ribera mediante la plantación de arbolado autóctono y la eliminación de las especies exóticas invasoras.

La Reserva de Biosfera aguarda obtener financiación a través del Programa LIFE o de la Fundación Biodiversidade y espera contar con la implicación del organismo autonómico Augas de Galicia y la Facultad de Biología de la Universidad de A Coruña (UDC) para la puesta en marcha de este proyecto de cómo restaurar los bosques de ribera.

El diseño de este plan estuvo precedido de un estudio de los investigadores doctores de la UDC María José Servia y Jaime Fagúndez para identificar los diferentes problemas asociados a los usos del suelo del entorno del río. La sustitución por cultivos agrícolas o forestales, la transformación de los lechos, la presión por la construcción de infraestructuras, la contaminación y la introducción de especies invasoras son, señala el estudio, los principales elementos que afectan a los bosques de ribera.

La restauración de este tipo de enclaves es fundamental para garantizar la calidad de las aguas de los ríos y crear espacios naturales “más resilientes frente a los cambios derivados del calentamiento global”. Los bosques de ribera son “refugio” de “una gran variedad de fauna y flora específica” proporcionan alimento y energía y actúan como filtro de sedimentos y sustancias químicas. Estos enclaves actúan además como freno frente a las crecidas del río, retienen los sedimentos, recargan los acuíferos y funcionan como regulador del microclima del río, lo que impide el calentamiento excesivo del agua, detallan los expertos de la Universidad que realizaron el estudio que sirvió como base al proyecto piloto de la Reserva de Biosfera.

Este proyecto se marca otros objetivos además de la creación de un “bosque de ribera robusto” que funcione como conector de la biodiversidad. Entre otros, la puesta en marcha de medidas de ordenación de la cuenca hidrográfica; el diseño de una estrategia de “ecoturismo” acorde con los valores ambientales del enclaves y el impulso de buenas prácticas en el sector agrario que favorezcan su conservación en colaboración con el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo.

La restauración pasiva por regeneración natural se compaginará con la reforestación con vegetación de ribera en zonas que se encuentren muy degradadas. Como paso previo, este proyecto piloto apela a la necesidad de alcanzar acuerdos con los propietarios de los terrenos en las márgenes de los ríos y del embalse. El plan prevé destinar 265.000 euros a estas labores de plantación y 30.000 a los trabajos previos de retirada de residuos e invasoras.

La Reserva prevé elaborar un plan de uso público de este espacio natural y otro de ordenación de los usos en la cuenca del Mero y sus afluentes.