Miño da licencia para completar un edificio del centro con la obra parada desde 2009
La promotora espera terminar la obra antes de fin de año: “Está llamando mucha gente”, apunta
El inmueble, embargado durante la crisis, se sitúa en el número 18 de A Carreira
El Ayuntamiento de Miño ha concedido licencia para completar un edificio situado en pleno centro del núcleo urbano, en el número 18 de la calle A Carreira. Se trata de un esqueleto urbanístico con la obra parada desde 2009, cuando fue embargado por la entrada en concurso de acreedores la promotora, Procorsa.
Este edificio ha sido adquirido por Proalcas Miño, que ha obtenido los permisos para finalizar la construcción, que dispondrá de veinte viviendas, dos sótanos para aparcamiento y bajo comercial. La promotora ha colocado carteles en los que informa a los interesados de que los pisos dispondrán de dos o tres dormitorios, con plaza de garaje y trastero.
A consulta de este diario, un responsable de la empresa explicó que prevén que la obra esté terminada a finales de año, incluso antes. “Está llamando mucha gente”, apunta.
La construcción se reactiva en Miño
La reactivación de esta obra constituye otra muestra del repunte urbanístico de Miño, el municipio que ha experimentado en los últimos años el mayor crecimiento de población en términos relativos de la comarca.
La pandemia de la COVID-19 supuso un revulsivo para la macrourbanización Costa Miño Golf, paradigma del estallido de la burbuja inmobiliaria. Este complejo residencial se despide de sus últimos esqueletos urbanísticos y ha pasado de ser un lugar de veraneo a residencia fija de familias, especialmente jóvenes con hijos.
El Concello miñense, que intenta sacudirse desde hace años el sambenito del ladrillazo, fue el primero de Galicia en alcanzar un acuerdo con la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, Sareb, para dar uso como vivienda social a edificios embargados durante la crisis.
A pesar de esta reactivación del sector inmobiliario en Miño, todavía son visibles los efectos del estallido de la burbuja. Varios edificios que quedaron en los huesos por la crisis llevan años en venta. Entre otros, uno que afea considerablemente la carretera que sube al centro urbano desde la playa, en el número 21 de la calle Pardiñeira, y que se oferta actualmente por 348.500 euros.
En la calle Barrosa, a escasos metros del que ha obtenido licencia, busca comprador otro inmueble embargado durante la crisis, que ha pasado de ofertarse por 440.000 euros a 330.000, un 25% menos. El de mayor importe es el conocido como Praia da Ribeira, en venta por 1,2 millones.
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