La Xunta, obligada a un cambio urbanístico para poder demoler el hotel de pacientes del hospital

El derribo, necesario para hacer los accesos, es el punto de partida de la ampliación del centro | La corrección se puede agilizar con la aprobación directa del pleno sin necesidad de tramitar una modificación del plan general

Vista frontal del Hospital y su acceso actual. A la izquierda, el hotel de pacientes. |   // CARLOS PARDELLAS

Vista frontal del Hospital y su acceso actual. A la izquierda, el hotel de pacientes. | // CARLOS PARDELLAS / Marta Otero Mayán

El primer movimiento de las obras de ampliación del hospital de A Coruña lo marcará la demolición del llamado hotel de pacientes, un área del complejo sanitario que a día de hoy alberga los servicios administrativos de la gerencia. Así lo anunció la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, el pasado octubre, durante la firma del contrato con las empresas que se encargarán de llevar a cabo las actuaciones.

La demolición del hotel de pacientes, que firmará el punto de partida de los trabajos de ampliación, precisa de trámites extra para hacerse efectiva, que comienzan con un cambio en la calificación del suelo sobre el que se asienta. Una corrección necesaria porque el edificio está ubicado en una zona que el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) califica como dotación: una parte es equipamiento público y otra parte del edificio se asienta sobre espacio libre.

Los terrenos calificados como espacio libre, no obstante, no son compatibles con los usos previstos para la ampliación del hospital, por lo que sería necesaria su recalificación como equipamiento sanitario para proceder a la demolición que supondrá el inicio de la obra, lo que solo es posible reordenando el cuarterón. La Xunta propone, a tal efecto, modificar el linde entre ambas zonas. Un cambio que, según la legislación urbanística, el Concello puede acometer mediante un acuerdo en pleno con mayoría absoluta, sin necesidad de seguir el procedimiento de modificación del plan. La corporación podrá acordar el cambio de uso de los terrenos reservados para equipamientos públicos por otro uso público distinto, mientras que se mantenga la titularidad.

La recalificación de la zona en la que se asienta el hotel de pacientes no es el único trámite que queda por resolver para que puedan dar comienzo las obras. El Proyecto de Interés Autonómico (PIA) se encuentra todavía en fase de borrador, y la Consellería calcula que los trámites pendientes hasta conseguir la aprobación definitiva “van a llevar varios meses”. La Xunta presentó el PIA el pasado julio, una herramienta que garantiza la “integración paisajística de los accesos” e incluye la propuesta de las parcelas para albergar las nuevas viviendas de los expropiados.

El proyecto de mejora de los accesos al nuevo complejo es otro de los asuntos que sigue sobre la mesa pendiente de resolverse, aunque en los últimos meses ha registrado avances significativos.

El ministerio de Transportes dio su visto bueno, a principios de este mes, al nuevo diseño del acceso al hospital tras su ampliación, lo que permitió a la Xunta dar comienzo ya a la redacción del proyecto, que se espera concluir en dos meses. La autorización incluye la cesión de la avenida de A Pasaxe desde el puente del mismo nombre hasta el cruce de Casablanca, que aún debe hacerse efectiva, para permitir la construcción de los viales que enlazarán con el hospital. El diseño inicial de estos accesos recogía la instalación de una glorieta de catorce metros de altura que se apoyaría cerca del muro que rodea el Pazo do Inglés en As Xubias. Un diseño que suscitó controversia desde el principio y que llevó al Concello a plantear la búsqueda de soluciones con un menor impacto visual.

Ante este requerimiento, la Consellería de Infraestruturas propuso una alternativa consistente en un enlace con forma de trompeta, una glorieta frente al hospital y un nuevo puente sobre la avenida. También se creará, según este plan, un anillo alrededor del hospital con circulación en sentido horario con unas dimensiones reducidas que hagan posible construir el edificio dedicado a investigación.

La conselleira de Infraestruturas apuntó en su momento que para el diseño de los accesos al complejo presentó al Estado un total de 20 alternativas, y que finalmente apostó “por una solución con menor impacto visual” tras las críticas a la propuesta inicial.

El paso sobre la AC-12 se eliminará temporalmente para su mejora y, durante el tiempo que duren las obras se ofrecerá una alternativa desde la AC-10, la carretera del túnel de Eirís para garantizar una movilidad adecuada. La Xunta obtendrá la titularidad de los tres kilómetros de la AC-12 (entre la glorieta de la avenida de Oza y el puente de A Pasaxe) sobre los que ejecutará la obra de los accesos.

La situación de los vecinos expropiados debido a las necesidades de las obras de ampliación es otra de las cuestiones que sigue pendiente de resolverse. La Xunta planteó a los vecinos de Eirís afectados por la ampliación del Complejo una parcela en Pedralonga para reubicarse tras la expropiación. El Gobierno gallego señaló que en ese nuevo ámbito habrá 17 viviendas, y que casi todos los damnificados habían aceptado la reubicación. Las familias, no obstante, afirmaron el pasado julio que siguen esperando por la tasación de sus viviendas para adoptar acuerdos definitivos.

Además de una nueva ubicación para que los expropiados puedan construir sus nuevas viviendas, la Xunta también propuso otros dos ámbitos de reubicación: una parcela contigua para cambiar el emplazamiento de la escuela infantil afectada por la ampliación y otro terreno en Lamadosa para trasladar el uso hotelero de un negocio.

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