“Ya hemos construido mucho: hay que reformar y rehabilitar”

“En A Coruña han salido muchos vecinos del casco urbano por una cuestión de precio y las viviendas quedan sin proteger o usar”

El arquitecto y divulgador Luis Lope de Toledo.   | // LA OPINIÓN

El arquitecto y divulgador Luis Lope de Toledo. | // LA OPINIÓN / Enrique Carballo

El arquitecto y comunicador Luis Lope de Toledo se ha dedicado a explicar su disciplina al gran público con métodos como sus colaboraciones en Radio Nacional, su canal de Youtube @lopedetoledo o su reciente libro, Arquitectura de andar por casa. Este jueves estuvo en la sede del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (Federico Tapia, 64) dando el pregón de la exposición Arquitecturas en curso, que recopila trabajos de alumnos de la Escola Técnica Superior de Arquitectura de la Universidade da Coruña. La muestra se podrá visitar hasta el 14 de julio.

En sus vídeos de Youtube analiza arquitectura de videojuegos y emplea otras referencias a la cultura popular. ¿De dónde saca este enfoque?

De que existe una brecha muy grande entre los arquitectos y el resto de la sociedad. He descubierto que no somos capaces a acceder a esta y que la gente no está entendiendo lo que hacemos. Yo trato de explicar que estamos rodeados de arquitectura: desde nuestro piso o nuestro dormitorio a cómo nos movemos por la ciudad, y quiero que la gente entienda que hay un proceso de pensamiento detrás de decisiones como por qué un edificio tiene cierta forma. El hecho de utilizar elementos de la cultura popular, cine, videojuegos, novelas, manga, es una manera de que entendamos que eso condiciona la manera en que vivimos y nos relacionamos.

¿Y por qué cree que existe esta brecha entre la arquitectura y la sociedad? ¿Es algo cultural?

Sí, seguramente. Y también porque muchas cosas que llegan de arquitectura a los medios suelen ser noticias malas. A Calatrava se le cae una pieza en Valencia, el derrumbe de edificios... Y nos estamos perdiendo hacer llegar que también hay cosas muy bonitas, espacios increíbles que se pueden visitar y vivir y pueden cambiar y mejorar nuestra manera de hacerlo.

Tenemos en mente a arquitectos estrella como a Calatrava, que hacen grandes inversiones muy alejadas del día a día, pero, ¿cuál debe ser el papel social del arquitecto?

La arquitectura tiene que ir ahora por unos caminos diferentes al de la arquitectura llamada espectáculo, que colocaba un cacharro muy vistoso para llamar la atención de una ciudad y ubicarla en el mapa. Pasó en Bilbao con el Guggenheim o con muchas ciudades que han querido un icono que trajera turismo y cambiara el urbanismo de la urbe. Creo ese despilfarro, ese llamar un arquitecto megaconocido para que tenga una obra en la ciudad, ya nos hemos dado cuenta de que no tiene sentido. Venimos de una crisis muy fuerte, no solo la económica de 2008, que cambió muchísimo la burbuja inmobiliaria, también el COVID. Ha habido muchísima recesión y ahora vienen los incrementos de precio de materiales de construcción. El arquitecto tiene que ser una figura que da una buena solución a alguien para vivir, y eso pasa por ajustarse a los criterios económicos de la familia y saber dar una respuesta que mejore la habitabilidad, con condicionantes económicos, sociales, de ubicación...

¿Qué le interesa ahora?

Lo más interesante en estos momentos es entender que las ciudades tienen un tamaño muy grande. Hemos construido muchísimo en los pasados años, seguramente más de lo necesario, y hay muchísimos inmuebles que quedan vacíos y necesitan reformarse y rehabilitar. Antes que derribar para construir algo nuevo se puede mejorar muchísimo lo que ya está construido, invirtiendo mucho menos dinero. Hay una serie de arquitectos que están siendo premiados ahora por dar una segunda vida a inmuebles o esqueletos de edificios vaciados o dañados.

En A Coruña tenemos un problema de vivienda, y, al tiempo, inmuebles vacíos en barrios como Os Mallos y el Agra do Orzán. ¿Cómo podemos afrontar el problema?

Tendría que ver cuál es la problemática de esa zona. Una ciudad funciona con muchos agentes, y hay que analizar muchísimas cosas que son complicadas, por lo que habría que plantear un buen estudio de urbanismo, con sus focos de interés, vías de acceso... Cuando se inventa el coche las ciudades empiezan a expandirse porque la gente puede moverse para ir a trabajar, y por inputs tecnológicos y sociales que van afrontando las ciudades vemos un proceso de gentrificación [exclusión de los vecinos con bajas posibilidades económicas] del centro. Este se vuelve turista en muchos casos y la gente se tiene que ir de las ciudades porque no pueden pagar. A Coruña es similar: hay muchos vecinos que han salido fuera de los cascos urbanos por ser más asequible y esas viviendas quedan en mayor medida sin proteger o utilizar.

En Arquitectura de andar por casa habla de cómo esta influye en la vivienda. ¿Qué nos perdemos a la hora de elegir vivienda por no saber analizar o leer los pisos?

Creo que el principal problema es que la arquitectura debería estar pensada para vivirse. Cuando buscamos un anuncio en internet de una casa que queremos alquilar vemos fotos, una descripción, y a lo mejor hacemos una visita. Pero hasta que no te levantas todos los días en un dormitorio, ves cómo te mueves por la cocina, no sabes cómo funciona... La arquitectura está condicionando desde que nos levantamos hasta que nos acostamos los movimientos que hacemos. Conlleva todo tipo de condiciones que le vienen un poco impuestas al 90% de las personas: nadie vive en una casa que está hecha para él, y tenemos que adaptarnos a lo que hay. Lo primero que hacemos es buscar precio y ubicación, y vemos si la distribución más o menos nos encaja o echamos en falta algo. Pero hasta que no vivimos en el piso no nos damos en cuenta de sus carencias o las posibilidades que podría tener si se hubiera distribuido de otra manera.

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