La alta demanda de terrazas lleva al Concello a consultar a la Xunta si puede autorizar más

El confinamiento durante la pandemia disparó el interés por estos espacios en las viviendas | Los promotores inmobiliarios consideran “absolutamente restrictiva” la normativa municipal por el “miedo” a que se cierren

Terraza de una vivienda de A Coruña. |   // VÍCTOR ECHAVE

Terraza de una vivienda de A Coruña. | // VÍCTOR ECHAVE / José Manuel Gutiérrez

Las limitaciones impuestas por la normativa urbanística coruñesa a la instalación de terrazas y balcones de gran tamaño en todas las plantas de los edificios de nueva construcción llevan al Concello a consultar a la Xunta si es posible modificar este aspecto del plan general. Fuentes municipales indicaron a este periódico que la iniciativa surge del interés de los promotores inmobiliarios por incluir terrazas en los proyectos que ponen en marcha ante la demanda de este tipo de espacios surgida durante la pandemia, en la que el confinamiento en los domicilios los convirtió en objeto de deseo por parte de numerosas personas.

La Xunta Consultiva en Materia de Ordenación do Territorio e Urbanismo —formada por técnicos de la administración gallega y profesionales de sectores relacionados con esa actividad— es la destinataria de la información solicitada por los responsables municipales, quienes desean saber si la legislación autonómica permitiría interpretar la ordenación urbanística coruñesa de forma que se pueda autorizar la construcción de terrazas en todos los edificios para los que se solicite. Según fuentes de la Consellería de Medio Ambiente, la consulta efectuada por el Concello es puramente técnica y acaba de ser formulada, por lo que es posible que no dé tiempo a que sea abordada en la próxima reunión del órgano, prevista para finales de este mes.

Para Juan José Yáñez, secretario general de la Asociación Provincial de Promotores Inmobiliarios de A Coruña (Aproinco), el inicio de la pandemia del COVID-19 fue “la espoleta final” para activar la demanda de terrazas en las viviendas, ya que considera que los compradores quieren “mayores espacios” en ellas. Este factor ha hecho dispararse la búsqueda de viviendas unifamiliares que además dispongan de una parcela, pero Yáñez apunta que para quien no puede acceder a ese tipo de residencia, las que cuentan con terraza son “una buena alternativa”.

Ante esta demanda del mercado, Aproinco planteó tanto a la administración autonómica como a la municipal que la regulación urbanística sobre las terrazas se plantee desde un punto de vista “más liberal”, de forma que sea posible instalar más elementos de esta clase en los edificios y que la superficie que ocupan compute menos en la edificabilidad total de la vivienda. Yáñez sitúa el origen del problema en que el Plan General de Ordenación Municipal de A Coruña fue aprobado en 2013, mientras que la Ley del Suelo de Galicia lo fue en 2016, por lo que considera que el Concello coruñés interpreta de un modo “absolutamente restrictivo” el artículo del reglamento referido a las terrazas, de forma que “discute el concepto mismo de terraza”.

También considera que la normativa urbanística local contiene definiciones “complejas en su aplicación práctica”, por lo que entiende que plantea unas “dificultades extremas” a las promotoras inmobiliarias para incluir terrazas en sus proyectos. Para el secretario general de Aproinco, la actitud municipal hacia estos elementos es el “miedo a que en el día de mañana se puedan cerrar esas terrazas”, ya que en el pasado muchas de ellas fueron clausuradas por los propietarios de las viviendas e incorporadas al espacio interior como una prolongación del mismo.

Esa actuación incrementa de forma irregular la superficie edificable de las viviendas, pero Yáñez recuerda que la legislación autonómica ya prevé que toda la superficie de algunas terrazas compute como edificabilidad, mientras que otras lo hacen por la mitad. También considera que para evitar este problema el Concello puede prohibir cerrar las terrazas en cualquier caso y que Aproinco propuso para impedirlo que se construyan en los edificios de forma que todas no se encuentren en la misma línea vertical de la fachada. Este diseño haría que, en caso de que un propietario decidiese cerrar la de su vivienda, no dispusiera de otra en la planta superior que le sirviera como cubierta, de manera que el precio de esta iniciativa se disparase y la hiciera prácticamente inviable, según explica Yáñez.

El secretario general de Aproinco pone de relieve que la demanda de las terrazas ha llegado a tal extremo que el País Vasco acaba de aprobar una normativa que hace posible incluso la instalación de terrazas en edificios ya construidos. “Se ha llegado al caso de edificios que cerraron las terrazas y que ahora están pidiendo autorización para reabrirlas”, expone como una de las consecuencias de la tendencia actual en la construcción.

Las características del clima gallego hacen que el número de viviendas que cuentan con balcones o terrazas sea mucho menor que el de otras partes de España que disponen de un volumen de horas de sol mayor. Un estudio de la consultora urbanística CoHispania revela que en 2020 el 46,34% de las viviendas españolas en venta disponían de terraza, aunque en Baleares se llegaba al 55%, al el 52% en la Comunidad Valenciana, el 51% en Andalucía y el 50% en Cataluña.

Las condiciones atmosféricas menos favorables, junto con la intención de acabar con problemas de humedades generados en esos espacios, y el deseo de algunos propietarios de incrementar el tamaño de sus viviendas llevó en el pasado al cierre de una gran cantidad de terrazas, lo que puede comprobarse en numerosos puntos de A Coruña.

Pero la pandemia iniciada en 2020 produjo un vuelco en esta tendencia, ya que la búsqueda de superficie al aire libre en las viviendas para soportar el largo confinamiento convirtió a las terrazas en un bien codiciado. Ya ese mismo año se apreció en el mercado inmobiliario un crecimiento en la demanda de los pisos que cuentan con ellas, tendencia que ha continuado tras el fin de las restricciones impuestas para hacer frente a la propagación del virus.

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