Ley de bienestar animal en A Coruña: Humanos y mascotas bajo el foco legal

Protectoras, animalistas, veterinarios y comerciantes reclaman concreción a la ley de protección animal, con aspectos que tardarán en aplicarse, y menos restricciones en la norma municipal

La perra 'Lima' y su dueño, Rubén Pérez.

La perra 'Lima' y su dueño, Rubén Pérez. / VICTOR ECHAVE

La próxima semana entran en vigor dos normas de protección animal: a escala nacional, la llamada Ley de Bienestar Animal, aprobada hace seis meses, no sin polémica, en el Congreso de los Diputados; en el ámbito municipal, la nueva ordenanza de tenencia y protección de los animales, que modifica aspectos de la de 1997, el principal el de obligar a los dueños de perros a lavar con agua los orines de sus mascotas cuando las paseen en la calle. Ambas normas han suscitado reacciones diversas en sectores relacionados con el mundo animal en la ciudad. El hecho de que algunas medidas tarden en aplicarse porque aún no está constituido el Gobierno central y, por tanto, no se han desarrollado decretos o reglamentos concretos, causa incertidumbre entre los consultados: protectoras, veterinarios, animalistas y comercios que venden animales.

La Ley 7/2023 de protección de los derechos y el bienestar de los animales entrará en vigor el viernes a medio gas, ya que algunas medidas, las que más debate han suscitado como la contratación de un seguro de responsabilidad civil para canes o la realización de un curso de obligado cumplimiento para tener perro, no se aplicarán a corto plazo al seguir el Gobierno del Estado en funciones. También quedará pendiente por definir en un plazo de dos años el llamado listado positivo de mascotas, que indicará qué animales se pueden tener en los hogares y cuáles no. Y los comerciantes aún tienen doce meses para adaptarse a los artículos que les permiten vender unos animales pero no otros

Esta ley establece, por ejemplo, que la venta de perros, gatos y hurones como animales de compañía solo la pueden realizar los criadores con permiso, por lo que prohíbe la participación de mediadores en el proceso y la venta por parte de particulares. También queda prohibida la comercialización de estos animales por internet. La ley fomenta la adopción de mascotas, manteniendo los métodos tradicionales pero añadiendo la posibilidad de adoptar en tiendas especializadas para aligerar la presión sobre los refugios.

La norma obliga a partir de ahora a identificar gatos y hurones, como ocurre con los perros, con el fin de reducir los abandonos; también a esterilizar a los gatos a partir del medio año de vida; a que los dueños de perros acrediten haber realizado un curso obligatorio con validez indefinida; y a contratar un seguro de responsabilidad civil a terceros con el objetivo de asegurar cualquier daño que puedan causar.

Otros detalles que contiene la ley: queda terminantemente prohibido el sacrificio de animales por razones económicas, y un animal de compañía no podrá pasar más de tres días solo en casa, un día en el caso de los perros. Además, tener cinco animales obligará a registrar un hogar como núcleo zoológico.

Falta por resolver, en un plazo de 24 meses desde la entrada en vigor de la ley, la aprobación de un reglamento que desarrolle un listado abierto que indicará qué tipos de animales pueden tenerse en los hogares, así como aquellas especies que, aunque hayan sido animales de compañía en el pasado, no se podrán tener a partir de esta nueva ley. No se conoce ese listado, aspecto que preocupa a veterinarios y comerciales consultados, pero quedarán excluidos como animales de compañía roedores, tortugas, arañas, serpientes, conejos y pájaros no autóctonos de España.

En A Coruña, ciudad donde la población canina se ha incrementado en los últimos años, el Gobierno local ha promovido un cambio en la ordenanza que regula la protección animal. Las sanciones por infracciones se incrementan. Y animalistas y protectoras ya demandan al Concello que permita más lugares y horas para que los dueños paseen a sus perros sin correa.

Raquel Lijó, con mascotas en SOS Pelines.

Raquel Lijó, con mascotas en SOS Pelines. / VICTOR ECHAVE

Raquel Lijó. Presidenta de la protectora de animales SOS Pelines

“A la ley le falta dar autoridad a las protectoras para concienciar contra el abandono y a favor de castrar”

“Los perros y los gatos tienen que ser tratados como miembros de la familia, pero no se les debe humanizar, si no se les trastorna. No son hijos, son animales, y hay que darles calidad de perro y de gato”. Es un consejo que da Raquel Lijó, presidenta de la protectora SOS Pelines, al reflexionar sobre la ordenanza municipal de tenencia de animales y la ley de bienestar animal. De la primera, critica que no disponga de más libertad para pasear a los perros en A Coruña; de la segunda, en la que aprueba la mayoría de medidas (esterilización, seguro), echa en falta que a las protectoras se les conceda “autoridad” para participar en campañas para fomentar la castración, identificar animales y evitar el abandono. Lo explica así Lijó: “Deberíamos unirnos al Seprona para promover el control del abandono de animales sobre todo en entornos rurales, que es de donde vienen más mascotas abandonadas; poder ir junto a la gente que abandona y concienciarles para que no lo hagan. La ley no contempla esto, y otros países sí lo hacen. Cumplimos con un trabajo de protección y no cobramos nada. Si se nos diese más autoridad, a las protectoras no se nos vería como a unas locas animalistas”. También critica Lijó que la nueva norma no eliminase la Ley PPP, que establece los perros de razas potencialmente peligrosas y la sustituyese por tests de sociabilidad. “Un caniche puede ser tan peligroso como un pit bull si ataca a un niño y le destroza la cara. Tendría que analizarse la potencial peligrosidad de cualquier perro”, expone como ejemplo. La presidente de SOS Pelines demanda al Concello que en el ámbito de sus competencias habilite más espacios para “soltar a los perros junto a cada zona infantil” y que a partir de determinada hora puedan pasear y correr por cualquier playa de la ciudad”.

Rebeca Guimarey atiende a un perro en su clínica.

Rebeca Guimarey atiende a un perro en su clínica. / VICTOR ECHAVE

Rebeca Guimarey. Vocal del Colegio Oficial de Veterinarios de A Coruña

"Al quedar aún abiertos aspectos de la ley, estamos limitados para informar a los dueños de mascotas"

Rebeca Guimarey es vocal del Colegio Oficial de Veterinarios de A Coruña y dirige la clínica Travesía en Arteixo. En su opinión, el borrador de la nueva Ley de Bienestar Animal era más restrictivo y el texto aprobado es “más suave”. Las buenas medidas que cree que aporta la norma “por ser más protectora y obligar más a los dueños”, como la identificación de los animales mediante chip o la contratación de un seguro de mascotas, se ven por ahora condicionadas por el tiempo que tardarán en aplicarse, lo que, cree, no ayudará a mantener bien informados a los clientes. “Como aún no hay listado positivo los dueños de reptiles, peces o determinadas aves exóticas no saben adónde acudir para legalizar sus mascotas. De momento, estamos limitados para informar. Hasta ahora dábamos deberes o recomendaciones, ahora ya habrá obligaciones”, lamenta Guimarey. La veterinaria señala que una gran parte de los propietarios de animales los tienen identificados —para los perros es obligatorio desde 2001—, pero otra parte “no lo hace”, y su obligatoriedad, así como la de esterilizar a los gatos, aunque es una medida positiva, “asusta o parece una traba”. Respecto a los seguros de responsabilidad civil, apunta que las compañías deberán informar a sus clientes sobre si sus pólizas ya cubren el comportamiento de los animales o si deben contratar nuevos servicios. “Al no haber un reglamento, las compañías aún no saben cómo actuar”, comenta.

Rubén Pérez Sueiras, con su perra 'Lima'.

Rubén Pérez Sueiras, con su perra 'Lima'. / VICTOR ECHAVE

Rubén Pérez. Activista y director de campaña de la ONG Fundación Franz Weber

“La ley estatal previene estafas y abandonos; la ordenanza tiene cambios meramente estéticos”

La ONG Fundación Franz Weber, que desde 1975 promueve campañas para la protección de la fauna y la flora, tiene representación en A Coruña con el activista animalista Rubén Pérez Sueiras, quien considera que la nueva norma estatal tiene de momento un alcance limitado al carecer de reglamentos sobre el listado de animales permitidos como mascotas o consejos consultivos, y que la ordenanza municipal modificada contiene “cambios meramente estéticos” y le falta promover una “mayor sensibilización” en la protección de los animales. “La ley introduce mejoras importantes como la prohibición de comerciar con animales en internet, fundamental para prevenir transacciones irregulares, estafas, abandonos y compras irresponsables. Es importante que a partir de ahora se exija al Ayuntamiento hacerse cargo de las colonias felinas con métodos éticos y que los gatos, al contrario que antes, deban estar identificados en todos los casos. Esto tendrá incidencia en la comarca de A Coruña, donde existen municipios que han obviado la materia todos estos años”, resume. Pérez cree positivo que ahora establecimientos como locales de hostelería deban indicar expresamente si admiten o no el acceso de mascotas, “lo que contribuye a la normalización de una convivencia que ya se daba en términos aceptables”, pero lamenta que la norma no regule “la formación de plantilla en tiendas de animales que se pueden vender”. El representante de Fundación Franz Weber analiza con más decepción la ordenanza municipal. “Se ha apostado por una playa accesible con animales todo el año, en Bens, que no contenta a casi nadie, sin limpieza habitual, sin acceso con transporte público accesible para los perros y alejada del centro urbano”, expone. Pérez demanda campañas informativas para fomentar la adopción y el buen trato animal, y añade que el sacrificio de animales ya estaba prohibido en la ley autonómica y que las multas por infracciones leves, también en la misma norma, “restan capacidad a la propia ordenanza y a la gradación de las infracciones”.

Lorenzo Suárez. Propietario de la tienda Hobby Zoo

“Que no se nos obligue. Unos quieren adoptar y otros comprar”

Asegura Lorenzo Suárez, dueño de la tienda Hobby Zoo en Los Rosales Centro Comercial, abierta desde hace casi veinte años, que ha buscado aspectos positivos en la nueva ley estatal de protección animal pero no los ha encontrado. El texto legal “perjudica” su actividad, dice, y cree que “la solución no es otra ley sino que se cumpla la que ya existía”. Considera que la prohibición de vender perros, gatos y hurones en tiendas especializadas, aspecto para el que habrá un año para adaptarse, “incentivará el mercado negro” en el sector. Y se pregunta: “¿Por qué no se han incluido los toros y los animales de caza en esta ley?” “Porque son sectores que dan votos, y si se regulasen más se perderían votos”, responde. Suárez vende mascotas y multitud de animales exóticos (reptiles, aves, peces), pero todavía no conoce el listado de animales que podrá comercializar porque no está elaborado. Defiende la libertad de comprar animales y también la de adoptarlos. “Que se determine que las tiendas han de tener en mejores condiciones a sus animales, pero que no se me obligue a vender esto y no lo otro. Hay gente que quiere adoptar y gente que quiere un tipo concreto de raza porque busca unas condiciones especiales y puede comprarla. Hay mercado para ambos. ¿Van a incentivar el mercado negro con este ley?”, expone el comerciante. Suárez, que señala que desde que se empezó a redactar la ley de protección animal las tiendas “han sufrido un 30% de pérdidas o han cerrado”, cree que sus autores “no han contado con la opinión de veterinarios, psicólogos y mucha gente metida en el sector”.

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