Seis de cada diez pisos turísticos en los barrios de A Coruña deberían cerrar si se les aplica el plan general

Al menos 449 negocios, que en conjunto suman una cantidad equivalente al 45% de las plazas que ofrecen los hoteles y hostales de la ciudad, se encuentran en una situación que el Concello considera fuera de normativa

Entrada a un edificio de la zona de Pescadería con todas sus viviendas de uso turístico.   | // CARLOS PARDELLAS

Entrada a un edificio de la zona de Pescadería con todas sus viviendas de uso turístico. | // CARLOS PARDELLAS / E. Carballo / R. D. Rodríguez

E. Carballo / R. D. Rodríguez

El 62% de las viviendas turísticas en los barrios de la ciudad, esto es, excluyendo las zonas de la Ciudad Vieja y Pescadería en la que hay vigente un plan especial que introduce más restricciones, tendrían que cerrar si se les considera negocios hoteleros y se les aplican los criterios del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) en los términos enunciados por el Concello. Según explicó este martes el concejal de Urbanismo, Francisco Dinís Díaz, los pisos turísticos solo se permitirán en plantas bajas, primeros pisos y edificios dedicados exclusivamente a este negocio, pero, según figura en el listado de viviendas turísticas de la Xunta, 449 de las 728 que se encuentran en estas zonas están claramente prohibidas, porque se encuentran en pisos sueltos de segundas plantas o superiores.

Otras 162 viviendas de los barrios, algo más del 22% del total, están en plantas bajas o en primeros pisos mientras que 90, o el 12,4%, se encuentran en edificios que parecen estar dedicados tan solo a este negocio. Así, entrarían dentro de las situaciones permitidas por la normativa, según la interpretación municipal. En otros 27 casos, algo menos del 4%, la información que aparece en el registro de la Xunta no es suficiente como para determinar la situación.

Pero incluso aplicando el criterio más generoso, y suponiendo que todas las viviendas incluidas en estos tres grupos tienen un uso aceptado por la norma, la mayoría del parque tendría que cerrar aplicando el nuevo criterio del Concello. Y se trata de una parte importante de la oferta de alojamiento en la ciudad: suman 1.259 habitaciones y un total de 2.280 plazas. Por comparación, el número de plazas en los hoteles y hostales de la ciudad, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) es de 5.157. Así, el cierre de estas viviendas turísticas supondría sacar del mercado el equivalente a cerca del 45% de todas las plazas de los establecimientos convencionales.

El Ayuntamiento, hasta ahora, no había interferido en los pisos turísticos, no había establecido una regulación sobre ellos ni les había pedido licencia, pese a que en diciembre de 2021 firmó un convenio con Marea Atlántica comprometiéndose a regularlos. Los trataba, así, como viviendas dedicadas a uso residencial, y no como negocios, y fueron creciendo de manera importante: de unas 700 a principios de año se ha pasado ahora a más de mil en toda al ciudad, un incremento que Díaz vinculó con el interés de los propietarios por registrarlos ante la posibilidad de que se regulen. “En todas las ciudades se ha visto que cuando se ha empezado las modificaciones para regularlas ha habido un incremento” de viviendas, afirmó.

Ya desde 2021 los tribunales gallegos han emitido sentencias relativas a los municipios de Pontevedra y Santiago de Compostela, y el criterio del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) es que los ayuntamientos tienen potestad para regular su actividad, regularlos como actividad económica y cerrarlos si están en contra de los usos establecidos en el ordenamiento. Díaz explicó el pasado martes, antes de entrar en una reunión con organizaciones sociales, profesionales y de propietarios convocadas a una mesa para explorar una regulación de estas viviendas, que ahora que “acumulamos” sentencias “en la misma dirección” el Gobierno local ha entendido que está “amparado” para aplicar el plan general y limitar estos establecimientos. Las viviendas turísticas, remachó el concejal de Urbanismo, “son un uso terciario” y no pueden abrirse a placer.

Aplicación a pisos ya abiertos

El edil afirmó que el primer paso será “trasladarle a la Xunta que apliquen nuestra normativa” y no permitan que se inscriban en su registro de viviendas las que estén en situaciones “que el plan no contempla”. En cuanto a la aplicación del plan general a los pisos ya existentes, el responsable de Urbanismo señaló que “es un tema que trabajaremos” en la mesa de negociación y en el Gobierno local.

Sin embargo, varios miembros de la mesa dan por supuesto que estas restricciones se aplicarán a las viviendas ya abiertas, como la presidenta de la delegación coruñesa del Colexio de Arquitectos, Ruth Varela, que indica que “los usos tienen que cumplir con la normativa, da igual si no la venías cumpliendo”. Esto genera las protestas de la patronal, Aviturga, cuya presidenta, Dulcinea Aguín, indicó a este diario tras salir de la reunión del martes que el Concello “está ilegalizando por la vía de facto” y “sin diálogo” o intenta desarrollar una “normativa intermedia”. La presidenta de Aviturga cree que el Ayuntamiento ha tomado una “decisión política” sin tener en cuenta sentencias contrarias al criterio del Superior de otras partes de España y busca “exterminar a las viviendas turísticas en beneficio de los hoteles”.

Quince edificios de Ciudad Vieja y Pescadería tienen la totalidad de viviendas de uso turístico

El Registro de Empresas y Actividades Turísticas (REAT) de la Xunta recoge hasta el 1 de octubre quince edificios completos del ámbito de protección (Ciudad Vieja y Pescadería) que están exclusivamente dedicados a viviendas de uso turístico. De acuerdo con las restricciones que prevé aplicar el Concello apoyado en la normativa del plan general, estos inmuebles sí podrán mantener estos pisos, que en total suman 135 habitaciones. Se encuentran en los distritos postales 1, 2 y 3, en las calles Franxa, Galera, Puerta de Aires, San Nicolás, Zapatería, Argudín Bolívar, Orzán, Real y Alcalde Canuto Berea, donde alguno de esos inmuebles fue reformado en los últimos años para habilitar pisos turísticos. El registro no especifica si otros dos casos tienen el mismo uso y recoge que en otros dos la mitad de las viviendas de un edificio son turísticas y la otra mitad no.

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