Entrevista | Bernardo Caal Activista medioambiental guatemalteco, que visitó esta semana A Coruña

“Estar en la cárcel por delitos falsos es lo más tormentoso que le puede pasar a alguien”

“España y la UE deberían hacer una ley que controle a las empresas que invierten en Latinoamérica”

El activista guatemalteco Bernardo Caal, esta semana en su hotel en A Coruña.   | // VÍCTOR ECHAVE

El activista guatemalteco Bernardo Caal, esta semana en su hotel en A Coruña. | // VÍCTOR ECHAVE / Jacobo Caruncho

El río Cahabón es una importante fuente de recursos para el pueblo maya Q’eqhi’ de Guatemala, que históricamente ha cuidado de su caudal como una “riqueza sagrada”. Pero ese río ya no es río. O por lo menos en uno de sus tramos, desde que empresas europeas llegaron en 2015 para desviarlo para llevar a cabo un proyecto hidroeléctrico en sus tierras ancestrales, con el beneplácito del Gobierno guatemalteco. El activista Berbardo Caal, que estuvo esta semana en A Coruña acompañado de Amnistía Internacional, alzó la voz en 2018 contra esta situación, lo que le llevó a prisión durante más de cuatro años acusado de delitos que nunca cometió.

¿Qué importancia tiene el río Cahabón para su comunidad?

Durante muchos años los ancestros y ancestras han cuidado del río, que es una riqueza sagrada para nosotros. Desde pequeños se nos enseña a tenerle amor a la naturaleza, nos enseñan a respetarla y que nuestra vida depende de la madre tierra. Pero para el capital no hay nada sagrado, sino que allí hay riqueza y vienen a explotarla y destrozarla.

Y así empezó a llegar maquinaria extranjera...

El río tiene 195 kilómetros y aproximadamente 50 kilómetros fueron desviados, lo llevaron en un canal para generar electricidad, donde se instalaron hidroeléctricas. Esa energía eléctrica tampoco es para las familias o las comunidades locales sino que lo comercializan en otras ciudades. Aquí viene la discriminación y el racismo que es estructural en el aparato estatal y que en componenda con las empresas invisibilizan a los pueblos.

Usted sabe qué empresas son las responsables. ¿Cómo llegó a ellas?

Cuando nos dimos cuenta de la maquinaria que se metía ahí, levantando grandes piedras y ensuciando el río, empezamos a averiguar. Nos fijamos en los rótulos que llevaba la maquinaria y se leía Cobra ACS. Al hacer bien las averiguaciones nos dimos cuenta de que es la empresa de Florentino Pérez, del Real Madrid. ¿Qué hace la empresa de Florentino Pérez explotando en el otro lado del mar? Estas empresas van a saquear siempre en los países donde hay pueblos originarios que han cuidado su tierra por muchos años.

Son empresas españolas y europeas las que van a explotar sus recursos. ¿Hacen algo al respecto las autoridades de aquí?

No. La Unión Europea y España deberían hacer una ley que controle a estas empresas que quieren supuestamente ir a invertir en países de Latinoamérica para que respeten los derechos de las personas, de los pueblos originarios. Si esto no se hace, que no vengan. Basta ya de estar atropellando los derechos de los pueblos originarios con la finalidad del saqueo y despojo. Ahora no hay ninguna ley donde ir con la que quejarnos por lo que hacen estas empresas. Si el capital europeo quiere ir a los diferentes países, que haya una regulación, normas jurídicas que controlen estas empresas.

Capitaneó una lucha en defensa denunciando esa situación que le supuso serios problemas con el Gobierno guatemalteco.

A mí me metieron dos órdenes de captura para poder meter un susto enorme para que se calmara la protesta y la lucha del pueblo. Yo soy maestro y me quitaron el trabajo. Quisieron frenar todo y silenciarlo pero no lo lograron. Así que se inventaron que yo cobré los salarios del Gobierno sin trabajar. Ordenaron mi captura por estafa. Entonces yo me presenté al juzgado, llevé los documentos que demostraban que no había tal delito y no me pudieron encarcelar.

¿Cómo terminó entonces en prisión?

A los 25 días salió otra orden de captura, por robo agravado y detenciones ilegales. Me acusaron en falso de haber robado cables de la empresa y retención de un grupo de trabajadores. Me sentenciaron a siete años y cuatro meses de prisión por robo agravado y detenciones ilegales. Fabricaron los delitos y yo estuve injustamente en la prisión, eso era lo incómodo.

Debió de ser complicado su paso por la cárcel en esa situación.

El paso por la cárcel tiene muchísimas consecuencias físicas y psicológicas, estar en la cárcel por delitos falsos es lo más tormentoso que le puede pasar a una persona. Fue complicado convivir con gente que sí cometió delitos, con criminales, y yo en medio de ellos sabiendo que no había cometido ningún delito. Eso era lo que incomodaba mucho, pero a la justicia no le importaba. Pero esto se visibilizó, muchas organizaciones se pronunciaron y hubo muchas manifestaciones también.

¿Cómo llegó su historia hasta esas organizaciones?

Empecé a escribir cartas desde la prisión, invitando a muchas organizaciones a que viesen el expediente a ver si había pruebas de los delitos. Reté a universidades, estudiantes conocedores de leyes, estudiantes de derecho... Muchas organizaciones se informaron y empezaron a pronunciarse.

Una de ellas Amnistía Internacional, que le trajo esta semana a A Coruña.

Amnistía pidió una copia del expediente penal, estando yo en la prisión. Lo analizaron y llegaron a la conclusión de que mi caso es una criminalización contra defensores de derechos humanos. Me declaran un preso de conciencia. Entonces empiezan a divulgar esta injusticia en muchos países del mundo. Empecé a recibir muchas cartas en prisión de personas de todo el mundo. Ahora que estoy libre vengo a agradecerles a estas personas su apoyo y compartir mi experiencia.

¿Fue el apoyo social lo que le sacó de la cárcel?

Las comunidades del pueblo maya Q’eqhi’ nunca se pararon de manifestar, incluso iban frente a la cárcel a protestar. Yo sabía que si el pueblo seguía luchando, yo no podía dejar de luchar también.

¿Y ha podido volver a ejercer de profesor?

No puedo todavía. Estoy libre de prisión, pero mi expediente sigue abierto. Ahora que he salido pues sigo denunciando las injusticias.

¿En qué punto está la lucha por la defensa del río a día de hoy? ¿Se ha conseguido algo?

Sí, se detuvieron las construcciones. Lo que ya habían construido se quedó ahí pero ya no siguieron más. Tenían más licencias pero no avanzaron por todo lo que hemos expresado, toda la condena social que recibieron.

Todo lo que ha pasado no le ha frenado en su lucha.

Exactamente. Se les revirtió, porque lo que pretendían era que la comunidad parase sus quejas, pero ya es imposible callarnos. Si callamos, más abusan. Hay que frenarles.

¿En qué mundo vivimos?

Hay grupos de personas que su única finalidad al haber venido a este mundo es acaudalar, acumular aunque se lleven por delante los derechos de muchas personas e incluso vidas. Y nosotros también como humanos caemos en el consumismo y tiene repercusión. Aquí nadie se escapa del cambio climático, de tanto daño que se le hace a la madre naturaleza. Ahora estamos viendo los resultados, pero solo es el principio.

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