La reforma de Panaderas ampliará las aceras y dejará un solo carril en sentido de bajada

La calle tendrá al mismo nivel el espacio para peatones y vehículos

El pavimento pasará a ser de enlosado de granito

La plaza del Pintor Sotomayor tendrá una mayor superficie al suprimirse el tráfico de subida

Plaza del Pintor Sotomayor, en el tramo final de la calle Panaderas. |   // CARLOS PARDELLAS

Plaza del Pintor Sotomayor, en el tramo final de la calle Panaderas. | // CARLOS PARDELLAS / José Manuel Gutiérrez

El proyecto de reurbanización de la calle Panaderas en el que trabaja el Concello establece que la circulación será solo en sentido descendente desde la plaza de España hacia la calle del Orzán, por lo que ya no podrá accederse a la zona de As Atochas a través de las calles San Andrés y Cordonería. El desvío de todas las líneas del transporte público que se dirigen a Monte Alto por la calle Sol favorece la adopción de esa medida, ya que la implantación de la dirección única solo afectará a los vehículos privados. El proyecto, que ha sido presentado para su evaluación por la comisión de asesoramiento del plan del casco histórico, carece, por ahora, de fecha de ejecución.

La nueva ordenación implicará que para acceder desde la Pescadería al aparcamiento del complejo Bulevar del Papagayo los conductores deberán ir por las calles San Andrés, Sol y Hospital hasta la plaza de España, donde deberán girar hacia Panaderas. Esta decisión convertirá además en la práctica en peatonal la calle Cordonería, que comunica San Andrés con Panaderas, ya que la imposibilidad de circular hacia la plaza de España y de girar en la plaza del Pintor Sotomayor hacia la calle del Orzán hará que no tenga sentido circular por ella, ya que no tendrá salida en su parte superior.

Antes de la reforma de la calle Cordonería, los buses que se dirigen a Monte Alto circulaban por Panaderas, por lo que en 2007 el Concello analizó la posibilidad de instalar en esta calle un carril bus o que los dos de circulación fueran en dirección a la plaza de España, aunque uno reservado para el bus. Finalmente esta opción se descartó al estimar que sería negativa para el tráfico.

Cuando en 2008 se abrió el carril bus entre Juan Flórez y Orillamar, desmontado por el Gobierno del PP en 2012, el tramo de Panaderas fue el único que careció de un sector de la calzada reservado para el transporte público.

Esta actuación no figura con una partida específica en el presupuesto municipal de este año, aunque podría ser incluida en alguna de las que tienen carácter genérico dentro del área de Urbanismo y que tienen una importante dotación económica. El proyecto para llevarla a cabo está concluido y sigue las directrices fijadas por el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) del casco histórico, que cuenta con una comisión de técnicos que asesora a los responsables municipales sobre las obras que se realizan dentro de esa zona y que ya propuso algunas correcciones que se incorporaron al diseño definitivo.

El nuevo diseño de la calle prevé la reducción de la calzada para hacer posible la ampliación de las aceras, de las que el Pepri señala que son “extremadamente mínimas en algunos trechos”. El modelo que se seguirá es el de otras zonas del casco histórico, ya que se creará una plataforma única que dejará las aceras y la calzada al mismo nivel, mientras que el pavimento estará formado por losas de granito. Para diferenciar la zona reservada a los vehículos se instalarán bolardos de piedra de pequeño tamaño.

La supresión del tráfico de subida hará posible ampliar la superficie peatonal en la plaza del Pintor Sotomayor, el extremo inferior de Panaderas, que se extenderá hacia la acera opuesta a la Real Academia de Belas Artes. El autor del proyecto, el arquitecto Carlos Seoane, detalla que la farola existente se desplazará hacia un lado para dejar espacio para el juego de los niños en la plaza y que se instalará una pequeña fuente en las proximidades del convento de las Capuchinas. Este lugar contará con una bancada de piedra que permita la estancia en la plaza.

La reordenación de la calle incluirá además la sustitución de la actual marquesina de la parada de los autobuses por una más plana y elaborada con acero y madera, cuyo objetivo es que “pase desapercibida”, según explica Seoane. La existencia de la medianera de un edificio junto al convento de las Capuchinas que tiene una gran visibilidad para quienes descienden desde la plaza de España hace que se prevea la colocación de una rejilla a corta distancia de ese muro sobre la que crecerá una enredadera que formará una pantalla vegetal.

La calle de “subida natural a la Ciudad Vieja”

“Tuvo que ser una calle de mucha importancia por la calidad de los edificios existentes”, señala el arquitecto Carlos Seoane, autor de la propuesta de reurbanización de Panaderas, quien recuerda que esta vía fue en el pasado la “subida natural a la Ciudad Vieja”. En su opinión, la existencia del tráfico rodado “dificulta” en la actualidad que la calle tenga ese carácter de distinción del que gozó en otro tiempo y que se refleja en la presencia de un amplio número de edificios de galerías. Uno de ellos, el número 13, es un inmueble diseñado en 1908 por el prestigioso arquitecto Julio Galán Carbajal que destaca por la belleza de su fachada. La relevancia que adquirió la calle queda patente además porque el número 7, proyectado en 1916 por Juan de Ciórraga, fue el primero de esta parte de la ciudad que dispuso de servicios higiénicos. Otra muestra de la relevancia de Panaderas es que el número 12 fue el domicilio de Santiago Casares Paz, un acaudalado personaje que llegó a ser alcalde y que fue el padre de Santiago Casares Quiroga, varias veces ministro y jefe de Gobierno durante la II República. El edificio alberga en la actualidad la Casa Museo creada por el Concello para rendir homenaje a la memoria de este destacado personaje de la política española.

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