Hockey sobre patines

Alberto Areces, jugador total, pionero del hockey femenino y ante todo, maestro

La facultad de INEF, donde era profesor, rinde hoy homenaje

El pabellón de las instalaciones oleirenses llevará el nombre del asturiano

Homenaje a Alberto Areces en el INEF de A Coruña

María Varela

“Un día estaba en la Polideportiva de Riazor, que era donde entrenábamos entonces con el Liceo, y el delegado, que era asturiano, me dijo: ‘Si le buscas un puesto de trabajo a Alberto Areces, se viene para aquí’. Le pedí una moneda, me fui a una cabina telefónica y llamé a Augusto (César Lendoiro). Al día siguiente, Areces ya estaba en A Coruña”. Así es como recuerda José Manuel Campos, el que era entrenador verdiblanco, la llegada en 1979 de Gayo, como deportivamente era conocido, a una ciudad donde hizo historia. Ya la había hecho con su Cibeles, con el ascenso de 1976. Pero la huella de la figura poliédrica del asturiano, fallecido en 2018, fue todavía más profunda aquí: como jugador, al contribuir a la construcción de un equipo de leyenda —ganó tres Ligas, una Champions, dos Copas del Rey, y una Copa CERS hasta que se retiró en 1987—; como entrenador, sobre todo de base, pero también pionero en el hockey femenino; y por su labor pedagógica en el INEF, donde desarrolló una Maestría de hockey que entonces era única en España. La facultad de la UDC le rendirá hoy a las 12.30 horas un homenaje y le pondrá su nombre al pabellón de sus instalaciones en Oleiros. No faltarán su familia, sus amigos, los de Asturias y los de Galicia, ni muchos de sus discípulos.

Jugador total, pionero del hockey femenino y ante todo, maestro

Jugador total, pionero del hockey femenino y ante todo, maestro / María Varela

Uno de ellos es Josep Sellas, ahora coordinador en Compañía de María. “El primer recuerdo que tengo de él es en la Maestría de hockey. Yo estaba jugando a alto nivel y pensaba que iba a aprobar y a sacar la asignatura sin hacer mucho. A la primera, ¡pum! Suspenso en reglamento”, reconoce. “La relación empezó tirante, pero a medida que fue pasando el tiempo me di cuenta de que es de los profesores que más me exigió, pero también de los que más aprendí”, añade. Una relación que fue cambiando con el tiempo. “Empezó siendo mi profesor, acabó siendo compañero, porque yo le ayudaba en muchas de sus tesis y en los cursos de entrenador. Y cuando ya acabé la carrera, fue una de las personas con las que más quedaba para hablar de hockey”, dice.

Arriba, Areces con el Liceo (de pie, primero por la izquierda). A la izquierda, imagen de un reportaje de ‘Informe Robinson’ |  // L. O.

Arriba, Areces con el Liceo (de pie, primero por la izquierda). A la izquierda, imagen de un reportaje de ‘Informe Robinson’ | // L. O. / María Varela

Areces era serio fuera y dentro de la pista. “Exigía mucho y siempre entrenaba al 100% y porque no existía el 140%...”, apunta Campos. “Destacaba como defensa, pero para mí porque tenía el disparo más duro que había en ese momento en el mundo. Le pegaba como un animal. Los porteros le tenían miedo, les faltaba tiempo para escapar corriendo”, bromea. Pero Sellas insiste en destacar su vertiente docente. “Creó los cursos de entrenador de la Federación Española. Era un estudioso de nuestro deporte. Por algunos disgustos que tuvo, se desvinculó un poco. Pero le gustaba muchísimo. Yo le agradeceré siempre que quisiera compartir conmigo sus conocimientos. Porque hay gente que también los tiene y no los quiere compartir. Pero él, sí. Eso no tiene precio. Dejó un poso imborrable”.

Por eso cree que es justo el reconocimiento que le harán hoy por la mañana en el INEF: “Se merece eso y mucho más. A nivel hockey femenino hizo una gran labor en Galicia al sacar el equipo del INEF, el primero. Pero también porque uno de los motivos por los que muchos vinimos a jugar a A Coruña fue por la Maestría de hockey que era única en toda España. Peleó mucho por eso”. Seis años después de su fallecimiento, su nombre estará para siempre relacionado a esas tres facetas que marcaron su vida: jugador, entrenador y, ante todo, maestro de maestros.

Suscríbete para seguir leyendo