La final, la meta; el título, el sueño

Calafell acoge desde hoy y hasta el domingo la Copa del Rey, segundo título de la temporada en juego. El primero, la Supercopa de España, llegó demasiado pronto para un Liceo que llevaba solo un mes de rodaje tras tener que cambiar de arriba a abajo la plantilla, con siete piezas nuevas, que unos meses antes se había proclamado campeona de liga. Eso sí, una reconstrucción sobre unos sólidos cimientos, empezando por el banquillo, con Juan Copa al frente, y siguiendo por la columna formada por los de casa David Torres y César Carballeira y Álex Rodríguez, ya convertido en uno más de los exponentes del ADN verdiblanco. El primer rival de los coruñeses en su camino hacia la final es en cuartos el Caldes (18.15 horas), partido que además abrirá la competición en la que el Barça vuelve a ser favorito pero en la que habrá hasta cinco candidatos, además del habitual factor sorpresa.

Pese a la derrota del domingo en el Palau (6-1), el Liceo llega a la Copa en el mejor momento de la temporada. Porque acumula partidos de máxima intensidad en las últimas semanas (Benfica, Noia, Reus, Calafell y Barça), precisamente ese tipo de enfrentamientos que una plantilla nueva, con siete cambios con respecto al curso pasado, necesita jugar para ir avanzando en su proceso, que suele ser el mismo, o por lo menos es el que ha desarrollado Juan Copa a lo largo de los últimas temporadas. Primero, ser competitivos. Después, hacerlo con regularidad. A continuación, serlo en los partidos contra los grandes para ir llegando a finales. Lucharlas. Y ya el último y definitivo paso, ganarlas, como hicieron hace dos años al proclamarse campeones de Copa y el pasado, de Supercopa y liga. De momento, están en ese antepenúltimo escalón. Porque para levantar títulos lo primero y más importante es alcanzar las finales aunque el técnico coruñés insiste y no se cansa en repetir una y otra vez ese mantra, este año no están obligados a nada.

Lavandería a domicilio para el Liceo

Pasa la presión al bando azulgrana, líder con veinte victorias, un empate, ninguna derrota, 120 goles a favor y 30 en contra. El Barça va por la otra parte del cuadro, a priori más complicada. Mañana a las 18.00 horas se cruzará con el Igualada, equipo joven y peleón. En semifinales el nivel subirá porque su rival saldrá del plato estrella de los cuartos, el duelo entre el Reus y los anfitriones del Calafell, también mañana, a las 20.30 horas. El cuadro del Liceo parece más plácido. Si consigue superar al Caldes, se medirá al vencedor del Noia-Voltregá (20.45 horas), ambos con un día de descanso porque los dos partidos son hoy, otro beneficio del sorteo.

Pero el Caldes tampoco será fácil. El conjunto dirigido por Eduard Candami ha hecho un esfuerzo descomunal para, sin olvidar, intentar pasar página de la desgracia que les tocó vivir con el fallecimiento en accidente de tráfico de uno de los jugadores con más peso de la plantilla (Alexandre Acsensi), además de la baja de su capitán Xavi Rovira, herido en el mismo siniestro. El 6-0 en el Palacio es engañoso porque fue precisamente el primer partido que tuvieron que jugar después del suceso, todavía en estado de shock. Sus últimos resultados ya demuestran la mejoría de un equipo muy ordenado y vistoso que tendrá una motivación extra.

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