7-2 | Ganar sin desgastar, faena perfecta para el Liceo

La Copa del Rey es una prueba de fondo en tres paradas a cada cual más complicada. Así que además de ir subiendo escalones también es importante ir guardando fuerzas. Por eso la faena del Liceo de ayer contra el Caldes, al que se impuso por 7-2 para meterse en semifinales, fue casi perfecta. Ganó, no gastó en exceso porque fue superior tanto en físico como en intensidad, tendrá hoy jornada de descanso y mañana echará el resto contra el Voltregá (18.30 horas), que dio la sorpresa al eliminar al Noia (2-3), para buscar un puesto en la final. El conjunto coruñés se aprovechó de la debilidad defensiva de su rival y dio el primer paso pero no se conforma con eso. El objetivo es estar en la final y para eso se ha preparado a conciencia.

La velocidad del Caldes pilló por sorpresa al Liceo en un inicio en el que los verdiblancos no estaban cómodos, con imprecisiones en los pases, más espesos de lo habitual. Tardaron cinco minutos en asentarse y a base de superioridad física fueron poniendo la balanza de su lado. César Carballeira dispuso de la primera ocasión clara, pero también cometió el primer error grave. Su pase en diagonal en el centro de la pista lo interceptó Blanqué, que no aprovechó el uno contra uno. Pese a eso, las ocasiones tenían color verdiblanco. Bruno di Benedetto rozó el gol por dos veces. Y este cayó cuando Carballeira mandó un misil que se estrelló contra la valla detrás de la portería, llegó a David Torres, que muy atento en el primer palo metió el stick para abrir el marcador.

La final, la meta; el título, el sueño

Con el tanto a favor el Liceo mejoró. Empezaron las rotaciones y Pol Manrubia hizo una gran jugada individual nada más salir. Fue una gran inspiración para Carballeira, que estaba en todas partes. El coruñés se fue por potencia entre dos rivales por el centro de la pista y a una mano remató para hacer subir el segundo tanto. El Caldes respondió con un disparo lejano de Roger Presas que pilló por sorpresa a Serra y se convirtió en el 2-1. Pero el conjunto coruñés no tenía sensación de peligro. Siguió buscando su juego en ataque, porque el rival sufría en defensa, con un Manrubia que lideraba la producción ofensiva con mucha generosidad con sus compañeros. Aunque finalmente el tercero, antes del descanso, llegó en una jugada individual del capitán. Torres se quedó solo y cuando se le echaban encima los defensa, picó la bola para levantarla y rematar en el aire, hacia abajo, picado, para que se colora por debajo de Jordi Pons.

La eliminatoria se teñía de verdiblanco y en el inicio de la segunda parte el conjunto dirigido por Juan Copa pudo sentenciar cuando Marcos Blanqué vio una azul. Álex Rodríguez falló la directa y la estrategia en superioridad, en la que el Liceo introdujo la novedad de defender con tres, con un jugador descolgado en cancha contraria, y atacar con cuatro, tampoco surtió efecto. Aun así, los coruñeses tenían todo de cara y Arnau Canal, que remató una contra vertiginosa asistido por Bruno di Benedetto, prácticamente sentenció con el cuarto.

El Caldes despertó en ese momento y jugó sus mejores minutos. Martí Serra se vio obligado a sacar su repertorio de paradas ante tres ocasiones seguidas de los catalanes. Aguantaba bien, incluso cuando Sito Ricart recibió cartulina azul. Blanqué tiró fuera la directa y en superioridad, Roger Presas encontró otro chut de larga distancia que sirvió para el 4-2. El Liceo acababa de recibir un gol y encima cometió la novena falta. Una amenaza enorme de la que le salvó Álex Rodríguez, que presionó arriba, robó en el área y batió a Pons para el quinto. Ese tanto sí que fue la sentencia. Y eso que el propio Rodríguez vio azul y Roger Presas roja en una rifirrafe sin más. Ya en la recta final los verdiblancos, que dieron minutos a Fran Torres —entró en convocatoria en detrimento de Fabrizio Ciocale— aumentaron la goleada por medio de César Carballeira, que se llevó así el premio al MVP del partido, con pase de Sito Ricart a la contra, y de Bruno di Benedetto en una jugada personal.