Esgrima adaptada

Iago Fernández: “A París no llego, lo intentaré en 2028”

El coruñés, con una prótesis en la rodilla tras padecer un cáncer óseo con 15 años, acaba de proclamarse campeón de España de espada: "Prefiero tomármelo con calma"

Iago Fernández, en la sala de esgrima de la Casa del Agua. |  // VÍCTOR ECHAVE

Iago Fernández, en la sala de esgrima de la Casa del Agua. | // VÍCTOR ECHAVE / María Varela

Dice Iago Fernández, campeón de España de esgrima adaptada, que la carrera olímpica prefiere tomársela con calma, que no quiere que el deporte se convierta en una obligación que condicione su vida y que primero es terminar la carrera de Informática en la que está embarcado. La esgrima es su pasión, antes y después de que un cáncer óseo se cruzase en su destino cuando solo tenía 15 años. Tres antes se había iniciado en ella y ya empezaba a destacar, con podios en los Campeonatos Gallegos y subiendo sin parar en el ranking español. Superó la enfermedad, pero con una prótesis en la rodilla que le impide doblar la pierna. “Al principio lo llevé muy mal y pensé que nunca más iba a poder practicar deporte”, reconoce. No fue hasta los 18 cuando volvió a vestirse de blanco. Cinco después, con una adaptación a una nueva modalidad por el medio, se ha convertido en una referencia nacional a la que se le quedan estrechos los márgenes del país. A París 2024 cree que ya no llega. Pero para Los Ángeles 2028... eso ya puede ser diferente.

“Este año he sido oro en espada y plata en florete y sable en el Campeonato de España”, enumera Fernández. “Pero internacionalmente... eso es otra cosa”, admite. A nivel europeo el rendimiento es altísimo y cada vez que ha salido a competir fuera, como hará próximamente en dos torneos mundiales en Francia, se ha dado cuenta. “Siempre le digo al seleccionador que me falta calle. Si quiero mejorar, tengo que salir mucho. Hay gente que vive para esto, entrenando todos los días, que vive de ello y que tiene acceso a cosas que nosotros no podemos por falta de recursos. Este ciclo olímpico ya estoy fuera porque además hicieron un cambio en la normativa. Antes entraban 24, que era asumible, pero ahora solo la mitad... y eso es muy complicado”, añade.

Iago Fernández.

Iago Fernández. / VICTOR ECHAVE

Los Juegos Paralímpicos son su objetivo a largo plazo. Pero con calma. “Pensé en irme a algún centro de alto rendimiento, pero prefiero tomármelo a mi modo. Me gustaría primero terminar la carrera. Porque la esgrima me encanta pero por muy bueno que sea no voy a vivir de ello —cuenta con el apoyo de la Xunta, Concello de A Coruña, Deporte Galego y fundaciones Emalcsa y Abanca, pero las salidas internacionales tiene que pagarlas de su bolsillo—. Y no me gustaría frustrarme, que he visto a mucha gente acabar quemada. El objetivo son los Juegos... pero si no llego, por lo menos disfrutar”, explica.

Su mayor aliado, además de su frialdad a la hora de competir, es la juventud. Tiene 23 años y la media de edad es muy superior. “Me quedan muchos años por delante. Por eso me lo tomo con calma. Sé que este no era mi ciclo. El siguiente, cuando ya tenga un poco más de estabilidad y haya acabado la carrera... creo que puedo intentarlo”, dice. Y si su edad es una ventaja, también lo es su experiencia. “Soy de los más jóvenes... y de los que más tiempo llevan y además en un club de tradición de esgrima —Club Esgrima Coruña—”, continúa. Y eso que el cambio de la esgrima de pie a la silla fue complicado para él: “Aunque hubiesen pasado tres años, seguía con manías de lo que hacía a pie. La silla está fija y solo te mueves hacia los lados. Es un deporte completamente diferente, mucho más rápido porque siempre estás cerca del rival y hay mucha tensión”.

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