Carballeira, un goleador a fuego lento

César Carballeira renovó su contrato con el Liceo este verano después de cuajar la mejor temporada goleadora de su carrera, con 27 anotaciones, en la que fue el segundo que más veces vio portería. En el momento de firmar la ampliación por un año más ya era el primer realizador, tras la salida confirmada de Álex Rodríguez. El niño del colegio se quedó establecido, ya, como un referente para todos los jóvenes de la cantera verdiblanca. Él mismo pasó de las aulas del colegio a capitanear, junto a Dava Torres, al primer equipo colegial en la OK Liga, un destino que más de un alumno del centro aspira a replicar.

En Calafell, César firmó sus dos primeros tantos de esta campaña. Aunque no sirvieron para que el Liceo volviese de Cataluña con un botín de puntos, Carballeira demostró su actual etapa de madurez en la faceta goleadora. Para el jugador de 27 años, recién cumplidos, ha sido un proceso a fuego lento. En sus inicios con el Liceo no destacó en este apartado. En ningún año alcanzó la decena de goles entre todas las competiciones oficiales. Se quedó cerca en la 2017/18, cuando convirtió nueve dianas en 36 duelos.

El curso siguiente se marchó a Reus, donde sí llegó a la decena exacta en su primer intento. Bajó dos goles, hasta los ocho, en su segunda temporada con los catalanes. Eso sí, disputó 19 partidos por los 32 que jugó en su debut. El canterano explotó su facilidad de cara a puerta nada más retornar a las órdenes de Juan Copa. Selló 18 tantos en 36 choques en la 2020/21 y aportó otros 15 en la 2021/22 para ayudar a conquistar el título de liga. De hecho, firmó tres goles en los partidos de la final, precisamente, ante su ex equipo, el Reus.

La eclosión total del César más anotador se produjo en la última campaña, en la que se elevó hasta los 27 goles: 23 en OK Liga, dos en Champions y dos en la Copa del Rey. Además, demostró sus galones con constancia en pista. No se perdió ni un encuentro de los 44 del Liceo entre todas las competiciones oficiales.

Este año arrancó con menos aportaciones de cara a puerta, aunque conservó el peso en las alineaciones iniciales. Metió cinco de los 37 goles del equipo en la pretemporada, aunque no anotó ni en la Supercopa ni ante el Igualada en la primera jornada. Un tiro picado en el 1-0 y un cañonazo para el 3-2 ante Camps, el meta del Calafell, estrenaron la cuenta del niño del colegio en esta liga.

El sábado, ante el Rivas en Riazor, tendrá la oportunidad de armar de nuevo el disparo para ampliar sus registros con la elástica verde.

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