Atletismo

Un coruñés completa una súper maratón hacia Times Square

José Luis Fernández es uno de los seis participantes en el reto que recorrió a pie los casi 400 kilómetros que separan Boston de Nueva York en 36 horas

José Luis Fernández, tercero por la derecha, en Times Square.

José Luis Fernández, tercero por la derecha, en Times Square. / LOC

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

La inercia en los momentos de mayor fatiga fue una de las motivaciones que mantuvo en marca a José Luis Fernández en una prueba que llevó al extremo su cuerpo para superar sus límites. Este corredor coruñés participó, junto a otros cinco compañeros en el reto de recorrer a pie la distancia que separa las ciudades estadounidenses de Boston y Nueva York, casi 400 kilómetros (386 en concreto) sin detenerse en ningún momento.

“Salimos a las dos de la tarde de Boston y llegamos casi a las cuatro de la madrugada a Times Square, un día y medio después”, detalla José Luis Fernández. Fueron más 36 horas de travesía que se le hicieron “más duras de lo esperado” a todos los involucrados. Para completar el reto tuvieron que relevarse en carrera cada poco tiempo. “Normalmente, esos turnos se solían hacer más largos, pero, debido a que el recorrido tenía constantes subidas y bajadas, los hicimos cada kilómetro, más o menos, para evitar que el cuerpo entrase en fatiga”.

Pese al intento por mitigar las consecuencias física, las condiciones del recorrido dotaron de épica a toda la experiencia. “Hicimos 12.000 metros acumulados de desnivel, 6.000 positivos, por carreteras rurales”, explica Fernández. Eligieron esta ruta para evitar interferir con el tráfico habitual de vehículos. El equipo, lo formaron seis integrantes y lo capitaneó el actor, humorista y reportero Raúl Gómez. Mientras uno cubría su parte a pie, los demás lo acompañaban en una caravana. La corta distancia a recorrer en los relevos imposibilitó que pudiesen tener descansos prolongados en toda la aventura. “Te tocaba correr o conducir”, recuerda el corredor coruñés, que apunta que el poco tiempo libre en el vehículo lo dedicó a hidratarse y comer para evitar el colapso. Apenas pudo dormir.

Los momentos más complicados los vivió por la noche. “Nos coincidieron la lluvia y la falta de iluminación en las carreteras secundarias, lo que dificultó todo mucho más, pero también lo hizo más épico”, reflexiona. Además, tuvieron que ampliar los relevos de cada uno debido a la lesión de uno de los integrantes del equipo en medio de la carrera. A la llegada a la ciudad de Nueva York, uno de los inconvenientes fueron los semáforos. “Cuando vas tan fatigado prefieres seguir corriendo que pararte un minuto y arrancar de nuevo con el dolor en las piernas y en todos los músculos”.

Las dificultades que se encontraron por el camino no hicieron más que motivarles para llegar de una vez a la ansiada línea de meta, que fijaron en Times Square. El corazón de la ciudad que nunca duerme les recibió cuando, precisamente, todos los neoyorquinos estaban en la cama: a las 04.00 horas de la madrugada. “Aparcamos la caravana y recorrimos el último kilómetro y medio todos juntos. Fue súper emocionante”, rememora José Luis Fernández. Desvela que ese horario de llegada fue una idea planeada para darles más intimidad, sin apenas gente en las calles, ya que en la plaza les esperaban algunos familiares y el equipo de Campofrío, que preparó y documentó esta campaña.

Aunque la carrera duró apenas un día y medio, el proyecto arrancó más de cinco meses antes, con una prueba de selección a la que se presentaron 2.000 candidatos de toda España para cinco puestos. El coruñés preparó esta iniciativa con el equipo de entrenadores asignado. Realizó una convivencia en los Pirineos con el resto del grupo y compitió en la media maratón de Santoña, en Cantabria.

A pesar de todas las aventuras de esa súper maratón, José Luis Fernández se queda con la emoción de llegar a la Times Square en silencio y tras admirar los “preciosos paisajes “ del trayecto.

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