La crisis vacía más de 8.000 bajos comerciales, un 40% más que en el estallido de la burbuja

La ciudad de A Coruña tiene un 16% más que en verano | La patronal pronostica un aumento de cierres del 10% por el alza de precios y el auge del comecio ‘online’

Local comercial vacío en A Coruña. |   // VÍCTOR ECHAVE

Local comercial vacío en A Coruña. | // VÍCTOR ECHAVE / R. Prieto

“La campaña no ha sido buena y con lo que ya se arrastraba de la pandemia no queda otra”. En dos meses María echará la verja de su comercio en el centro de A Coruña tras una década de cara al público. La caída de las ventas tras el estallido de la pandemia y el alza del precio del alquiler hacen inasumibles las facturas. Una vez se deshaga del stock, otro local comercial se quedará vacío. A la crisis desatada por el estallido de la pandemia, se suma la guerra en Ucrania, una inflación desorbitada, un alza irrefrenable de los costes energéticos, el auge de las compras online y la reestructuración del sector financiero con el cierre de cientos de oficinas bancarias. Un auténtico cóctel molotov para miles de pequeñas empresas y autónomos que ya no tienen ingresos para hacer frente a los gastos que acarrea el mantenimiento de zapatería, tienda de ropa, restaurante o cafetería, ferretería, peluquería…

Con la finalización de la campaña de Navidades y el cierre del ejercicio anual, son muchos los inquilinos de bajos comerciales y también industriales que se han visto obligados a cerrar. En la actualidad son 8.175 los locales vacíos en Galicia —900 en la ciudad de A Coruña— casi un 40% más en el conjunto autonómico que los registrados en el trienio 2011-2012-2013, los peores años de la crisis económica que provocó el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en 2008, y casi un 30% de los que había el verano pasado, según datos de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein).

En los próximos meses habrá más bajos comerciales que colgarán el cartel de Se alquila. Desde la patronal inmobiliaria advierten de que el segundo trimestre del año engrosará la bolsa de establecimientos en busca de arrendatario entre un 8 y un 10% debido a la desaceleración de la economía y el consumo y el aumento de los costes financieros y energéticos. Además, el auge del comercio online junto con el cierre masivo de oficinas bancarias ha contribuido a aumentar el volumen de locales en el circuito de comercialización en arrendamiento o en venta en la comunidad gallega.

De las cuatro provincias, A Coruña concentra el mayor número de bajos comerciales en alquiler o en busca de comprador: un total de 2.800, un 33% más que el verano pasado. En Pontevedra son 2.500 los establecimientos vacíos, un 47% más que hace ocho meses. Destaca el volumen de negocios en arrendamiento o venta en Ourense, con 2.300, un 4,5% más. Y en Lugo son 575, un 64% más. Las siete ciudades suman ya más de 5.040 locales comerciales e industriales desocupados, el 61% de la bolsa autonómica. El mayor número se concentra en Ourense, con 1.475, casi un 10% más que julio del año pasado. Le siguen en la lista de negocios sin inquilino Vigo (1.275, un 30,7% más) y A Coruña (900, un 16% más). Lejos de estas cifras están las ciudades de Santiago (475, pero son un 46% más), Pontevedra (350, un 75% más), Lugo (290, un 45% más) y Ferrol (275, un 58% más), según un informe recién publicado por Fegein.

En el Concello de A Coruña, el equipo de Gobierno local y el grupo Marea Atlántica impulsaron el programa Mover os baixos, destinado a reactivar los bajos comerciales de la ciudad para hacer frente al abandono de estos locales. Son tres ejes en los que se centra la iniciativa: la compra por parte del Ayuntamiento de estos establecimientos libres de cargas y gravámenes, la creación de un banco municipal de bajos comerciales en alquiler con garantías y una convocatoria de subvenciones para pymes, micropymes, autónomos y entidades de economía social.

En el área coruñesa, Arteixo tiene 120 locales comerciales en el circuito de comercialización; Oleiros, 90; Culleredo, 80; Cambre, 50 y Sada, 40. En la provincia de A Coruña, los concellos de menos de 3.000 habitantes suman 260 negocios cerrados; en Pontevedra, en esa franja de población hay 200 bajos vacíos; en Lugo, 190 y en Ourense, 280.

Desde la patronal inmobiliaria destacan que un importante número de locales comerciales cerrados se han incorporado al circuito de comercialización. “Esto es positivo porque aumenta la oferta y resalta que muchos propietarios no quieren seguir asumiendo gastos sin retorno, como el IBI, la luz, el agua o las tasas municipales”, destaca Benito Iglesias, presidente de Fegein. Pese a este retorno a la actividad, los que hoy están a la espera de un nuevo arrendatario son más que los registrados hace una década, en los peores años del estallido de la crisis del ladrillo. “Los locales en arrendamiento en la comparativa de la última década se ha incrementado un 38%. Esto obedece a cierres —las fusiones y cierres de oficinas bancarias, matiza, tienen un peso importante— ya que los locales de obra nueva son poco significativos”. “La desaparición de las entidades en muchos ayuntamientos de menos de 3.000 habitantes le da la puntilla a la Galicia vaciada al disminuir notablemente la demanda de locales comerciales en estos municipios”, detalla Iglesias. Incluso las grandes marcas y franquicias han reducido y, lo seguirán haciendo, espacios físicos en calles y centro comerciales al aumentar y reforzar sus canales de venta online. Los propietarios, asegura el presidente de la patronal inmobiliaria, deben comprender que ese perfil de cliente ya no volverá. Y esta es una de las principales razones por las que, si no se abarata el precio de los locales vacíos existentes, ante una oferta abundante como la actual, aumenta las posibilidades de que este bajo quede vacío.

Aunque la oferta actual es más que suficiente, Iglesias advierte de una “atomización” de las necesidades en las áreas de influencia de las siete ciudades, “mucho más reducida o marginal” que en el resto de ayuntamientos.

La comercialización de bajos comerciales constata, apunta Iglesias, una Galicia de dos velocidades. Así en unas áreas se aglutina el 80% de la demanda y la oferta, prácticamente concentrada en 40 de los 313 concellos. Esto deriva en más de 270 municipios en los que la demanda es reducida y se deriva al núcleo más céntrico de las localidades más pobladas y que únicamente representan el 20% de la demanda. “Es una anacrónica a tener muy en cuenta y que evidencia el despoblamiento y el envejecimiento de los municipios de menos de 5.000 habitantes y su falta de poder de atracción de nuevas actividades económicas de ropa, bisutería, calzados y complementos”, apunta el presidente de la patronal inmobiliaria en Galicia.

Desde Fegein, demandan a las administraciones líneas de apoyo fiscales a arrendadores y arrendatarios en ayuntamientos de interior de menos de 5.000 habitantes al constatar la “gran dificultad” de dinamizar una oferta estática y una pérdida del valor patrimonial considerable.

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Luz, agua, impuestos, nóminas... Son gastos que hay que asumir todos los meses, vaya o no bien el negocio. Y con las crisis del COVID y ahora la desatada por la guerra en Ucrania, con una inflación que llegó a máximos, y una factura de la luz al alza, las cuentas están el límite o ya en números rojos. Esta merma de ingresos, en algunos casos ya no dan para afrontar los gastos, ha provocado un repunte de los traspasos y también un aumento de los conflictos por impagos de la renta. Según datos de la patronal inmobiliaria, los traspasos en los sectores de hostelería, restauración y comención en los últimos seis meses han crecido un 42%. Como consecuencia del desplome del consumo, el pago en las mensualidades no se tiene al día y se van acumulando. Esta situación, apuntan desde Fegein, ha provocado un “aumento considerable de lso coflictos en os pagos del alquiler entre arrendadores y arrendatarios”. Ubicación, estado de conservación y reforma, metros de fachada, cristalera... Son algunos de los factores claves que determinan el precio del alquiler de un local comercial. En el conjunto de la comunidad, las rentas de arrandamiento de bajos para negocios han descendido un 10% en el último año. En A Coruña, Vigo y Santiago son las tres ciudades en las que menos ha descendido el coste del arrandamiento. La patronal inmobiliaria destaca que las calles más céntricas de las principales ciudades están “tomadas” por las grandes marcas y franquicisas, con lo que el comercio local de toda la vida queda desplazado a los barrios semicéntricos o a la perriferia ya que resultan inasumibles los precios de arrendamiento de los locales en los núcleos céntricos. La propiedad de un local comercial acarrera al propietario unos gastos medios anuales de 3.000 euros, al tener que hacer frente a los gastos de comunidad, IBI y mantenimiento de los servicios de agua y luz. Por ello, el sector aconseja a los dueños tener un arrendamiento acorde al precio de mercado, que tener un local vacío que solo origina gastos y deterioro.

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