Los trabajadores de autobús en Galicia convocan una huelga indefinida a partir del 8 de mayo

Los sindicatos CCOO, UGT y CIG realizarán previamente dos días de paro, el 27 y 28 de este mes | Las posiciones entre patronal y plantilla “están muy alejadas” en materia salarial

Autobuses parados en la estación de A Coruña en la huelga del 31 de marzo. |   // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIAS

Autobuses parados en la estación de A Coruña en la huelga del 31 de marzo. | // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIAS / R. Prieto

Miles de pasajeros se quedaron en tierra el pasado día 31 de marzo por la huelga del sector del transporte de viajeros por carretera en Galicia. En total, más de 4.000 servicios suprimidos al cumplirse solo el 45% de los servicios mínimos fijados por la Xunta, que eran del 100% para el transporte escolar y las horas punta. Ante la falta de respuesta de la patronal a sus reclamaciones y la negativa de la Administración a mediar en un conflicto enquistado y con las posiciones muy alejadas, los trabajadores dejarán de nuevo los autobuses en las cocheras, pero en esta ocasión no será por tan solo 24 horas, sino con carácter indefinido a partir del 8 de mayo. Lo harán, anuncian, mientras no se atiendan sus reclamaciones de mejoras salariales y laborales. La huelga convocada por el sector en 2017 se prolongó durante dos meses. En una reunión convocada ayer entre los representantes de Transportes de CCOO, CIG y UGT, acordaron un nuevo calendario de movilizaciones. Para el lunes día 24, la plantilla está llamada a una manifestación en Santiago, una protesta que sucede a las ya convocadas en A Coruña el pasado mes de febrero y en Compostela en marzo.

Ese día y los siguientes a esta concentración, están convocadas las asambleas de trabajadores en las estaciones de autobuses que, como en la pasada convocatoria de huelga, votarán la propuesta de paros. Según acordaron ayer los sindicatos, el plan de movilizaciones incluye una huelga para los días 27 y 28 de este mes y de carácter indefinido a partir del 8 de mayo, salvo que, finalmente, la patronal atienda sus reclamaciones salariales.

En la anterior huelga del sector del transporte de viajeros por carretera, en 2017, medió el Consello Galego de Relacións Laborais. En esta ocasión, volverán a pedir el arbitraje pero los sindicatos entienden que es poco viable ya que las “posiciones están muy alejadas” y es complicado que pueda producirse un acercamiento entre las partes.

El sector en Galicia suma 250 empresas con una flota que supera los 3.700 vehículos y unos 5.000 trabajadores. En el último año, derivado de la crisis del COVID junto con los efectos de la guerra en Ucrania y la disparada inflación, el 15% de las compañías de autobuses en la comunidad gallega se vieron obligadas a echar el cierre, según datos de la patronal.

Tres son las reclamaciones que han llevado al sector a echarse a la calle y convocar un primer paro de 24 horas el pasado 31 de marzo y ahora una huelga de carácter indefinido. La primera, la actualización de los convenios. Aunque son provinciales, los problemas de las plantillas son similares en toda Galicia: en Pontevedra está caducado desde 2020 y la patronal ofrece una subida salarial del 0,8%, la misma que en la provincia de A Coruña; en Lugo “los últimos contactos “datan de la prehistoria” y en Ourense se acaba de proponer un incremento del 3% para 2023 y 2024 —un 1,5% para cada año—, lo que queda 15 puntos por debajo del IPC de los últimos cuatro años. Para el próximo día 17 esta convocada una reunión para la negociación del convenio de Pontevedra y para el 25, el de A Coruña.

Los sindicatos lamentan que la patronal ofrece una subida salarial de un 0,8% —el IPC subió en Galicia un 6,4 % entre enero de 2022 y enero de 2023— sin cláusulas que garanticen el mantenimiento del poder adquisitivo.

El segundo motivo de las protestas obedece al estado de los vehículos, con un mantenimiento deficitario y averías continuas, y el tercero, al estado del servicio (tardanza de los refuerzos, madrugones para evitar quedarse sin plaza, llegadas tarde al destino). Esta situación provoca, advierten, “insultos y amenazas prácticamente a diario” por parte de los usuarios.

Desde la Federación Galega de Asociacións de Transporte de Viaxeiros en Autocar (Transgacar), reconocieron a este periódico tras el anuncio de la huelga del 31 de marzo que “no hay margen de maniobra” para atender sus reclamaciones ya que al desembolso que tuvieron que hacer las empresas con el plan de transporte público de la Xunta en 2019, con la renovación de la flota y los contratos; y el embate de la pandemia, con un parón de la actividad, se suma ahora el impacto de la guerra en Ucrania y la desorbitada inflación. El coste de los transportes, detallan, creció desde enero de 2020 entre un 15 y un 16% y el 15% de las empresas del sector en la comunidad se vieron obligadas a echar el cierre.

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