Los depredadores de bivalvos se ceban con bancos marisqueros y esquilman A Illa de Arousa

Mariscadoras en la playa de O Bao, en A Illa de Arousa.

Mariscadoras en la playa de O Bao, en A Illa de Arousa. / Iñaki Abella

A. G.

Si no era suficiente la ausencia de marisco en las playas de A Illa, los mariscadores de esa cofradía se encuentran también con otro problema importante que está causando estragos en las zonas que gestionan: la presencia de depredadores de bivalvos que dañan la escasa producción, y lo que es peor, acaban con el futuro de la actividad, al llevarse por delante individuos que todavía no han alcanzado la talla comercial.

Una de las especies que más problemas causa y que lleva mucho tiempo convertida en un problema en toda la ría de Arousa es la ouxa o águila marina, una especie de raya que se alimenta de bivalvos y que ha encontrado en la ría de Arousa el lugar ideal para reproducirse sin riesgo y bien alimentada. Así lo reconoce el patrón mayor de A Illa, Juan José Rial Millán, que habla de los problemas que está causando un pez que “cuando entra en un banco marisquero, acaba con todo”. Un ejemplo de ello es visible en verano desde el puente de A Illa, “desde el que son apreciables una serie de manchones en la arena provocados por el aleteo de estos animales para levantar las almejas”.

Millán no ve una solución fácil para acabar con este problema. Su cofradía llegó a solicitar la posibilidad de trasladar a todas aquellas que se capturen fuera de la ría, donde el daño que puedan causar es mínimo y cuentan con depredadores que pueden frenar su expansión. También ha llegado a plantear la posibilidad de su aprovechamiento comercial, una propuesta que él mismo ve muy complicada ya que “no existe una cuota de captura para esta especie, pero sobre todo, porque no tiene una carne muy apetecible”.

Desde hace meses, las mariscadoras de A Illa también están realizando batidas contra el ocinebrellus inornatus, una especie de “caramecha” que devora el marisco en las playas. Esta cofradía ha sido la única que ha dado la voz de alarma sobre la presencia de esta especie foránea, de la que se tiene constancia que llegó a Galicia hace unos ocho años procedente de aguas japonesas.

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