La Asociación de Desenvolvemento Rural, como entidad gestora de la Reserva de Biosfera As Mariñas-Terras do Mandeo, ha acordado en su asamblea anual reclamar al Ministerio de Transición Ecológica una moratoria en el desarrollo de los parques eólicos para “revisar adecuadamente los emplazamientos y características”. La propuesta fue planteada por el presidente de la Reserva, José Antonio Santiso Miramontes, después de que asociaciones ecologistas como Adega, Hábitat o la Sociedade Galega de Historia Natural, ayuntamientos como Curtis o ganaderos y agricultores de la comarca o sindicatos como Unións Agrarias o el Sindicato Labrego Galego le trasladasen su preocupación por el impacto de los parques proyectados en la comarca, cuya autorización tramita la Xunta. A consulta de este diario, Santiso explicó que el objetivo es defender “una actuación racional, con garantías de un desarrollo sostenible y sin hipotecar el futuro del territorio”.

La Reserva de Biosfera ha presentado alegaciones a los quince parques en tramitación en su territorio para reclamar medidas que minimicen su afección, especialmente en las zonas ambientalmente más sensibles, las denominadas núcleo, que deben quedar libres de infraestructuras, y las zonas tampón, de amortiguamiento o transición, en los que pueden permitir el desarrollo eólico pero extremando las cautelas.

La Reserva ha solicitado además que los seis parques proyectados por Greenalia y Galernegy en Monte do Gato, con cuarenta molinos en un radio de cuatro kilómetros, se sometan a evaluación ambiental conjunta, como reclaman también el BNG, asociaciones o particulares afectados.

La solicitud de una moratoria en el desarrollo eólico se produce en pleno debate sobre su impacto en la comarca y el conjunto de Galicia. El bum del negocio del viento tras años al ralentí ha cogido por sorpresa a los residentes en municipios como Aranga, Oza-Cesuras, Curtis y Coirós, que apuran los contactos para constituir una plataforma en colaboración con sindicatos como SLG o Unións Agrarias o asociaciones como Aldeas Libres de Macroeólicos. Colectivos, sindicatos y formaciones como el BNG y el PSOE reclaman cambios normativos para garantizar que los eólicos no se conviertan “en uno negocio en manos de unas pocas empresas” y velar porque generen riqueza en las comarcas y porque las infraestructuras no provoquen un éxodo del rural por su impacto en la actividad del sector primario y en el paisaje.

El debate sobre el modelo eólico se solapa con críticas a proyectos en concreto. En la comarca de la montaña, vecinos, formaciones como el BNG, ecologistas denuncian un fraccionamiento indebido de los proyectos de Monte do Gato que impide conocer su afección real. Afectados lamentan la “opacidad”, la falta de asesoramiento por parte de las administraciones y afirman que lo que se está tramitando realmente es un macroeólico en las proximidades de las aldeas, con molinos con alturas de hasta 200 metros, tendidos eléctricos y subestaciones con una grave afección al entorno y el sector primario.

El asunto llegó incluso a la Unesco, que requirió información a la Reserva tras recibir el escrito de dos vecinas, la bióloga Mónica Fernández-Aceytuno y la directora de Casa Grande de Xanceda , Cristina Fernández-Armesto, en el que pedían su intervención para evitar daños “irreversibles” en los espacios ambientales y patrimoniales protegidos de As Mariñas-Betanzos.

Todas las partes admiten la necesidad de apostar por las energías renovables, pero discrepan de los métodos y ubicaciones. La Reserva de Biosfera incide en sus alegaciones que se trata de un modelo que no está exento de impacto y reclama medidas para evitar la fragmentación de hábitats prioritarios y ecosistemas y alerta de la posible afección a zonas incluidas en la propuesta de ampliación de la Rede Natura, en alusión a las Brañas do Deo, pendiente de aprobación desde 2011.

No todos los concellos comparten el mismo grado de rechazo. El Ayuntamiento de Curtis, gobernado por el PP, ha reclamado la supresión del parque de 45 megavatios Pena Ombra, con 10 molinos y una subestación. Denuncia su impacto en viviendas, explotaciones forestales, ganaderas y agrícolas y pide la reformulación del Plan Eólico y la supresión de la franja del municipio y alerta de su afección a la sierra de Cova da Serpe, incluida en la propuesta de ampliación de la Rede Natura. El alcalde de Aranga, Alberto Platas, también del PP, se muestra menos combativo. Sostiene que ha presentado alegaciones a los tres proyectos de su municipio para exigir que se cumplan las normativas sectoriales y se minimice en impacto ambiental y paisajístico y recalca que ha trasladado a los vecinos todas la documentación que le solicitaron para que redacten las alegaciones que consideren oportunas. Platas ve posible la convivencia y apunta a otros eólicos en funcionamiento en el municipio que no generan problemas.

En declaraciones a la Cadena Ser, la conselleira de Medio Ambiente, Ánxeles Vázquez, defendió que se toman medidas para evitar que los parques afecten a zonas protegidas, aunque sigue sin aclarar a este medio qué plazos maneja para aprobar la ampliación de la Rede Natura, que incluye dos enclaves que se verían afectados por los proyectos. También ha evitado pronunciarse sobre las demandas de la Reserva y el Concello de Curtis. Los parques están en tramitación y pueden ser objeto de modificaciones, como recalca Greenalia, que defiende que sus proyectos cumplen la normativa, aunque se abre a consensuar cambios.