Entrevista | Isabel San Sebastián Escritora y periodista, imparte en A Coruña una conferencia sobre el Camino de Santiago, organizada por LA OPINIÓN

“En el Camino de Santiago echo en falta información para que el peregrino conozca la historia”

La escritora y periodista Isabel San Sebastián llegó el pasado Domingo de Resurrección a Santiago de Compostela para completar un Camino que la ha conquistado y que ha llevado a varios de sus libros. Su origen y la literatura asociada a esta vía santa fueron las claves de la conferencia que impartió ayer en el Centro Fonseca de A Coruña. El encuentro, organizado por LA OPINIÓN, forma parte del ciclo Oviedo, como Origen del Camino, impulsado por La Nueva España, del mismo grupo editorial que este diario, en colaboración con el Ayuntamiento de Oviedo.

¿Cómo nació su inquietud por el Camino de Santiago?

Fue un hallazgo casual en un libro de historia de Sánchez-Albornoz que leí en 2006, cuando estaba documentando La visigoda, y surgió la frase “en ese tiempo apareció el sepulcro de Santiago”. Me quedé con eso en el disco duro y diez años después, me acordé. Pensé que estaría bien hacer una novela sobre el origen del Camino, aunque creí que había muchísimas, y no. Había varias novelas sobre el Camino, pero no sobre el origen. Ahí empezó una aventura fascinante de personajes apasionantes como Alfonso II o el Apóstol Santiago y una historia sobre la genialidad política de ese rey que fue en busca del sepulcro. Yo sostengo que el Camino de Santiago fue el primer fenómeno global de la historia.

¿Por qué?

Porque 30 años después de que el rey llegara a Santiago y levantara la primera iglesia, ya llegaban peregrinos desde lugares tan remotos como París, Lombardía y Austria. En el siglo IX, viajar desde Lombardía hasta Santiago era una odisea. Y 30 años era poquísimo tiempo para que hubiera corrido la voz del hallazgo. Han pasado 1.200 años y sigue habiendo millares y millares de peregrinos que recorren esos caminos en sus distintos trazados todos los años. El Camino es una historia prodigiosa.

Es curioso que no haya encontrado mucha literatura sobre el origen de algo tan grande.

Sí, hay muchas más sobre los mitos artúricos. A mí me sorprende que haya algunas novelas sobre el Camino y todas, sin excepción, se sitúan en el Camino Francés. Pero ese vino después. El primer Camino lo hizo el Rey de Asturias, Alfonso II, en una época en la que Galicia formaba parte de Asturias. De ese Camino Primitivo no había nada. Es un fenómeno que a mí me parecía interesantísimo de novelar. Nadie se había molestado en documentar eso.

Sí hay canciones, testimonios y narraciones sobre esta vía santa.

Han ido surgiendo después. El reto que me propuse fue escribir sobre el Camino antes de que existiera el Camino. Para eso tuve la ayuda impagable de una asociación de amigos del Camino Primitivo, que me llevó a ver cosas que estaban en el Camino antes de que fuera el Camino, como una mina romana y las calzadas romanas por las que se transita todavía. Tesoros maravillosos. La novela La Peregrina, que se sigue reeditando, la disfruté como ninguna de las otras que he escrito.

¿Qué hay de leyenda y qué de historia?

Hay mucho de ambas. Lo que sabemos a ciencia cierta es que en el año 834 el rey Alfonso II hizo una donación a los monjes del monasterio de Antealtares que tenían como misión custodiar el sepulcro de Santiago. En este documento de la donación, que se conserva en Compostela, se dice que el rey viajó al lugar sagrado en un momento indeterminado. Sabemos que quien halló esas reliquias fue el obispo Teodorimo, que fue obispo de Iria Flavia entre 818 y 842. Todo lo demás son conjeturas. ¿Por dónde fue? Tuvo que ir por donde había calzadas romanas. ¿Dónde paró? Pues tuvo que parar en Lugo o en el monasterio de Samos. A partir de ahí, a lo largo de los siglos se han ido tejiendo leyendas y leyendas. Se escribió la guía de la peregrinación medieval, que es el Códice Calixtino. Enseguida Compostela se convirtió en un centro de poder y riqueza gigantesco por tener las reliquias de un apóstol. En Europa solo hay dos, en Roma, que es San Pedro, y en Santiago. Otro hecho histórico innegable es que todos los reyes de Asturias, y después de León, de Castilla y de España protegieron y ampararon ese Camino con legislación especial. Mimaron y cuidaron el Camino de Santiago durante siglos.

¿Habría que impulsar una mayor difusión histórico-política?

A mediados de los años 60, [Manuel] Fraga empezó a recuperar ese Camino en Galicia y para Galicia. Él trabajó mucho para el Camino en su trazado gallego. En Asturias, por ejemplo, nunca se ha hecho nada hasta que el alcalde de Oviedo decidió reivindicar la ciudad como origen del Camino. A nivel estatal, se ha hecho muy poquito por el Camino, por no decir nada. Y tampoco hace falta hacer mucho porque el Camino funciona solo. Hoy en día es un fenómeno turístico de primera magnitud. En el Camino te encuentras cantidades ingentes de personas y cada una lo hace por razones distintas. Yo lo que echo en falta es un poco más de historia a lo largo del Camino. Muchos peregrinos lo hacen sin tener ni idea de la historia que hay detrás y cómo ha ido evolucionando. Por ejemplo, uno va a Roma y eso está lleno de gente vestida de soldado romano y te cuenta la historia. Echo en falta un poco más de información y contexto histórico para que el peregrino conozca la historia.

Ahí entra la literatura. En su caso, ¿considera que ha rescatado la historia?

Efectivamente. En qué momento nació ese Camino, por qué, en qué contexto geopolítico, quiénes fueron los protagonistas... Creo que eso debería hacerse a nivel institucional en todo el trazado del Camino. Sería de mucha ayuda para mucha gente que hubiera centros de información o de interpretación donde se explicara la historia.

Que eso no exista, ¿es por dejadez o por renegar del pasado?

Una mezcla. En parte es dejadez, desidia y una especie de prejuicio porque el origen del Camino es religioso. Aunque creo que con el paso de los siglos, eso ha adquirido una dimensión cultural que va más allá de lo religioso. Además, en España parece que la historia empieza en la Guerra Civil y antes no hay nada y no interesa nada, como mucho la República, pero antes nada. Así que uno llega a Santiago y ve la plaza del Obradoiro y dice “¿y esto de dónde sale?”. Si no conoces la historia del Camino, no entiendes nada. No sé por qué ese empeño en taparla.

¿Hay tiempo de cambiar eso?

Yo creo que sin duda. El Camino es un valor en alza, es un fenómeno que está creciendo. En el siglo XVII cayó en declive, pero a partir del XX se reavivó y ahora está en pleno auge. Hay un montón de trazados. Habría que apostar a nivel nacional y autonómico por fomentar ese Camino. Hay que mejorar las infraestructuras. Se puede y se debe hacer mucho en el terreno del contexto histórico y cultural. Incluso literario, se le puede dar un toque de fantasía. Decía Sánchez-Albornoz que el que estaba allí no era el Apóstol Santiago sino un hereje prisciliano. Yo no sé quién está, pero a mí me da igual. Lo cierto es que, desde el año 800 y algo hasta hoy, han ido peregrinos ininterrumpidamente y eso ha sido una fuente de riqueza, de intercambio, de comunicación, de unión y de aprendizaje impagable.