La intermodal: el barrio que viene

Si uno entra estos días en la estación de tren de San Cristóbal, encuentra los tornos de entrada a las vías inhabilitados, carteles que informan de las obras de la intermodal y las excavadoras picando piedra, aunque el flujo de trenes continúa. Está previsto, según los cálculos del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), que los trabajos de esta nueva estación, que unirá buses y trenes, estén finalizados en 2026.

A partir de entonces, las avenidas del Ferrocarril y de A Sardiñeira mostrarán una nueva imagen y, por lo tanto, una parte del barrio de Os Mallos cambiará. Queda por despejar la duda de si lo hará para bien, integrando a vecinos, comerciantes y hosteleros de la zona, o, por el contrario, la estación no se quedará como un elemento aislado que servirá solo para llegar o irse de A Coruña.

Esta duda la tienen todos aquellos que diariamente pasan por la zona. Ven la evolución de las obras, pero no tienen claro “por dónde se va a entrar, cuántos comercios va a haber o si se va hacer alguna actuación adicional en la zona”, comentan los vecinos que observan los trabajos en A Sardiñeira a través de las rejas.

La intermodal, el “revulsivo” deseado

La situación es la siguiente: la estación será reformada —de esto se encarga Adif— y el espacio ganado a las vías actuales —se alejarán 85 metros del edificio actual— se añadirá a un gran vestíbulo y una zona comercial, en la que habrá 18 negocios, además de cafeterías y nuevos servicios. En paralelo al vestíbulo pero a mano derecha, mirando las vías y en dirección a la avenida de A Sardiñeira, se reformará todo el lateral —donde ahora se encuentran las excavadoras— y se hará un aparcamiento en superficie y la estación de autobús, que corresponde a la Xunta. Justo al lado estarán las vías del tren. Las avenidas estarán conectadas por una pasarela peatonal sobre la terminal de pasajeros. Además, se mejorarán los accesos, de lo que se encarga el Concello, y se creará una rotonda de acceso en A Sardiñeira.

“No estoy seguro de la repercusión que esto va a tener en el barrio”, apunta el comerciante Dani Rocha, quien pone como ejemplo la zona de las Cuatro Torres de Madrid, junto a la estación de tren de Chamartín, “en la que solo hay oficinas y es bastante deprimente porque no hay vida de barrio”. Lo que espera de la intermodal es que dé un nuevo impulso a Os Mallos, como todos los que allí residen, aunque temen que el precio de los alquileres suba por este motivo.

Estas son las obras de este año de la intermodal de A Coruña

Los taxis, en un principio, estarán ubicados en uno de los laterales de la estación, lugar que actualmente ocupan los coches de alquiler. “Todavía no sabemos fijo la ubicación, pero seguro que habrá espacio suficiente. La intermodal va a ser algo muy positivo porque la movilidad de la ciudad pivotará sobre ella. Va a marcar un antes y un después”, señala el presidente de Teletaxi, Ricardo Villamisar. Junto a los taxis también habrá una parada de bus urbano y un espacio de kiss and ride, es decir, de parada puntual de vehículos que acudan a llevar o recoger viajeros a la estación, todo ello con el fin de fomentar la intermodalidad y conectividad de la terminal. “Está claro que esto va a generar un tráfico de pasajeros, pero está por ver si cogen un taxi y se van al centro de la ciudad o si se quedan en la zona”, reflexiona Alba Balsa desde su tienda en Ángel Senra.

Los comerciantes y hosteleros, además, no saben si la estación atraerá gente o, por el contrario, le quitará clientes a los pequeños negocios de la zona y a bares y restaurantes, ya que en la intermodal habrá tiendas, zonas VIP, cafeterías y hasta espacios de lactancia.

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