A Coruña autoriza que se urbanice el polígono de San Amaro tras rechazar el recurso vecinal

La asociación de vecinos de Atochas-Monte Alto reclamó que Costas emitiese un informe, que se crease un parque conjunto con el de la Torre y se protegiese la Fonte do Picho

El proyecto prevé construir 260 viviendas

PARCELAS DEL POLIGONO RESIDENCIAL DE SAN AMARO, EN A CORUÑA.

PARCELAS DEL POLIGONO RESIDENCIAL DE SAN AMARO, EN A CORUÑA. / Carlos Pardellas

La desestimación por el Concello del recurso de reposición presentado por la asociación de vecinos de Atochas-Monte Alto, que será aprobada hoy por la Junta de Gobierno Local, da vía libre a los promotores del polígono residencial de San Amaro para poner en marcha el proyecto de urbanización de los terrenos, de 15.781 metros cuadrados de superficie. Esta iniciativa se desarrollará en parcelas situadas entre el paseo marítimo, la calle Orillamar, la residencia de mayores Torrente Ballester y el cementerio y prevé la construcción de unas 260 viviendas en edificios de nueve alturas, aunque uno tendrá solo seis.

La alta edificabilidad autorizada a este polígono es consecuencia de que figuraba ya en el plan general de 1998 y que se incorporó al de 2013 con las mismas características. La Xunta dio hace un año el visto bueno ambiental a este proyecto al considerar que su puesta en marcha no tendrá efectos de relevancia sobre el entorno, lo que hizo posible agilizar su tramitación.

La entidad vecinal del barrio había solicitado en su recurso que el Ministerio para la Transición Ecológica elaborase un informe sobre este proyecto, de acuerdo con lo establecido en el Reglamento General de Costas. La respuesta municipal fue que la Demarcación de Costas de Galicia entendió que los terrenos del polígono “se situarían en servidumbre de protección” del litoral, por lo que la emisión de un informe le corresponde a la Dirección Xeral de Ordenación do Territorio e Urbanismo de la Xunta, ya que es el organismo competente para ese tipo de suelo.

También menciona el Concello que ese departamento autonómico le concedió una “autorización en la zona de servidumbre de protección del dominio público marítimo-terrestre para la ejecución de las obras” , por lo que entiende que el informe sectorial preceptivo reclamado por la asociación de vecinos “está emitido”, aspecto que también señaló la junta de compensación del polígono, que agrupa a los promotores que construirán las viviendas proyectadas.

El colectivo vecinal solicitaba además que el proyecto incluyese el diseño de un “parque temático unificado” de San Amaro y la Torre de Hércules, lo que obligaría a hacer de uso público el terreno colindante con la residencia Torrente Ballester, entre las calles Fuente San Amaro y San Amaro.

Otras de sus peticiones es que en la iniciativa se modificase el planeamiento propuesto para la Fonte do Picho, un manantial del que los residentes en la zona se abastecían tradicionalmente. En el proyecto se menciona que la prospección realizada no apreció la existencia de agua, pero el grupo municipal del BNG denunció en un pleno que es posible ver como discurre pocos metros más abajo de donde se halla la fuente.

Tanto para el Concello como para los promotores, la aceptación de ambas cuestiones implicaría una modificación del plan general, por lo que estima que sobrepasan la competencia que tiene el proyecto de urbanización, cuyo objetivo es proporcionar al polígono los servicios y dotaciones que exige la normativa urbanística.

En el documento que desestima el recurso vecinal se cita además que en este se expresan cuestiones que reflejan la “disconformidad” de la asociación con los informes y resoluciones emitidas sobre los organismos públicos con competencias para la autorización del proyecto, de las que dice que “tampoco procede su análisis en este momento”. Los promotores del polígono manifiestan por su parte que esas opiniones “carecen de sustento normativo” de forma que “no pueden situarse por encima de las consideraciones fundadas de las distintas administraciones”.

La primera propuesta de un plan de urbanización para esta iniciativa inmobiliaria fue presentada en 2012 por los propietarios de los terrenos, entre los que se hallan algunos de quienes poseían suelo en el vecino polígono del Agra de San Amaro —entre la Ciudad Deportiva de A Torre y el barrio de Durmideiras—, a los que el Concello compensó con parcelas en este lugar al no poder hacerlo en las proximidades del faro romano. El proyecto quedó en suspenso hasta 2018, aunque la Junta de Gobierno Local no lo aprobó hasta 2021 y con un presupuesto de 1,6 millones, que deberá ser costeado en su integridad por los promotores, que calculan que las obras se desarrollarán en un plazo máximo de seis meses.

Esta actuación distribuye las viviendas previstas en tres parcelas, una de ellas con forma de herradura y próxima a la residencia Torrente Ballester, en la que se construirá el mayor número de pisos y que en la actualidad es utilizada por los vecinos de la zona para estacionar sus vehículos de manera informal. Los otros dos terrenos en los que se edificará se encuentran al final de las calles San Amaro y San Pedro separadas del paseo marítimo por un fuerte desnivel.

La urbanización proyectada establece la creación de una circunvalación para unir la avenida de Navarra y Fuente de San Amaro con Orillamar, así como la apertura de conexiones con las calles San Pedro y San Amaro con el paseo marítimo a través de espacios libres. La iniciativa hará necesario el derribo de parte de un edificio de la calle San Pedro que fue declarada fuera de ordenación urbanística, ya que impediría construir las aceras de la nueva calle que está planteada en ese lugar.

Otras obras que se incluyen en el proyecto son la creación de tres zonas ajardinadas con césped y árboles y áreas infantiles en la calle Regata Cutty Sark —el acceso principal al barrio de Durmideiras—, así como en la avenida de Navarra junto a la residencia Torrente Ballester y en un vértice del espacio comprendido entre el cementerio y el paseo marítimo.

La proximidad del polígono a la zona protegida de la Torre de Hércules obliga a que las obras de urbanización se lleven a cabo bajo supervisión arqueológica, con atención preferente en los puntos en los que existieron la ermita y la fuente de San Amaro, ya que es posible que haya restos de ambas.

Suscríbete para seguir leyendo