Los delitos bajan por primera vez desde el COVID, pero crecen los robos con violencia y en inmuebles

En 2023 cayeron los hurtos y los ciberdelitos, que juntos suman la mitad de la criminalidad

Las agresiones sexuales suben un 19%

Agentes de la Policía Nacional en una intervención en Monte Alto el año pasado. |   // IAGO LÓPEZ

Agentes de la Policía Nacional en una intervención en Monte Alto el año pasado. | // IAGO LÓPEZ / Enrique Carballo

El año pasado, A Coruña rompió una tendencia de aumento en el número de delitos que se llevaba prolongando casi una década. En 2015, cuando todavía existían las faltas, el Ministerio del Interior contó 9.107 infracciones penales en la ciudad, y fueron aumentando año a año hasta las 12.874 de 2022; solo cayeron en 2020, con el confinamiento por la pandemia de COVID. Pero tras este pico, según publicó este sábado el Ministerio, bajaron hasta los 12.304 en 2023, una caída del 4,4%. Esto se debe sobre todo al descenso de crímenes menores y estafas informáticas, mientras que aumentaron los robos violentos y las sustracciones en inmuebles.

El alza es especialmente significativa en los primeros. En 2022 se registraron 240 robos con violencia o intimidación en la ciudad: esto es, los que se cometen agrediendo a una persona o amenazándola para que entregue sus propiedades. El año pasado subieron hasta los 287, casi un 20% más. Los robos con fuerza en inmuebles (que implican romper o forzar objetos, pero también escalar para entrar en el edificio, o usar llaves falsas) pasaron de 436 a 483, casi un11% más. Dentro de esta categoría descendieron los robos en domicilios, de 233 a 193, lo que supone una caída de más del 17%. Los datos apuntan a que la subida se debió a un aumento de delitos cometidos en locales comerciales, naves, almacenes y otros inmuebles que no están habitados.

Dentro de los crímenes violentos subieron los homicidios y asesinatos. En 2022 se produjo uno, pero el año pasado hubo que lamentar tres muertes violentas en el municipio: la de una anciana a la que mataron en su domicilio en la calle Parque; el joven Yoel Quispe, muerto de una puñalada; y un hombre fallecido por un disparo de la Policía en Agrela después de que, según la versión policial, el varón, que padecía una enfermedad mental, intentase agredir a un agente con una barra de hierro. Los intentos de homicidio y asesinato bajaron de trece a tres, y los delitos de lesiones y riñas apenas variaron: hubo 77 en 2022, y uno más el año pasado.

Sí que hubo un aumento importante en los delitos de naturaleza sexual, si bien, al igual que otros crímenes, la estadística no refleja todos los que se cometen, sino solo los que se denuncian. Subieron casi un 19%, hasta los 69 casos, y en el caso de las agresiones sexuales con penetración se pasó de nueve a quince, un aumento del 67%.

El secuestro es un crimen muy poco frecuente en la ciudad, y en 2023 no se cometió ninguno, mientras que en 2022 hubo un solo caso. El número de sustracciones de vehículos no varió con respecto a 2022, pues ambos años fueron 38, y sí que hubo un salto en los delitos de tráfico de drogas, que aumentaron de 42 a 50.

Desciende el crimen menor

La mayor parte de la caída de delitos se deben al descenso de crímenes que causan menos alarma que la violencia o los robos. Los hurtos, esto es, sustracciones de pequeño valor que se cometen sin violencia ni romper objetos, bajaron un 2%, de algo más de 4.500 casos a unos 4.440. Aún así, siguen siendo los más frecuentes en la ciudad: se comete, aproximadamente, uno cada dos horas.

También descendieron los ciberdelitos, que, junto a los hurtos, suponen más de la mitad de la criminalidad. En 2022 se registraron casi 2.500, y el año pasado cayeron un 15,4% hasta los 2.111. El descenso llegó al 17% en el crimen más común en esta categoría, las estafas informáticas, pero siguen siendo una cantidad importante, 1.857. Esto significa que, cada cinco horas, un vecino de la ciudad sufre una estafa a través de internet. El Ministerio no desagrega las estadísticas de estafas tradicionales, y las engloba, junto con otros muchos delitos, dentro de la categoría “resto de criminalidad convencional”. Esta cayó un 2%, de 4.939 casos en 2022 a 4.743 el año pasado.