Entrevista | Laura del Val Humorista, presenta hoy su monólogo ‘De Burgos también se sale’ en el auditorio de Afundación (20.00 horas)

“He salido dos veces del armario, como cómica y como lesbiana”

“He jugado al fútbol y me sé todas las alineaciones, hasta las del Dépor de Bebeto, pero nunca he tenido ningún referente mujer”

La cómica Laura del Val, en uno de sus monólogos.

La cómica Laura del Val, en uno de sus monólogos. / LOC

Cuando llegó la pandemia del COVID la humorista Laura del Val decidió dar un volantazo a su vida para abandonar su trabajo como abogada y dedicarse de lleno a su verdadera pasión: la comedia. “La siento como la primera decisión real que he tomado yo, siendo consciente sin ningún tipo de imposición”, explica. Y la jugada le salió bien. Hoy se sube por primera vez a un escenario en A Coruña para presentar su espectáculo De Burgos también se sale, a las 20.00 horas en auditorio de Afundación.

De Burgos también se sale. ¿Qué quiere decir con ese título para el espectáculo?

Yo soy cómica de Burgos, pero ahora vivo en Madrid. No se tiene el estereotipo de que en Burgos o en Castilla León en general se pueda ser gracioso. Es una manera de reivindicar los estereotipos. También formo parte del colectivo LGTBIQ+, así que también trato la salida del armario y de los estereotipos en general. También antes era abogada y lo dejé todo por la comedia, cambié totalmente de profesión. Este es un poco el significado del título del show. A través del humor se puede buscar tu propia identidad aunque no sea el camino marcado convencionalmente.

¿Está Burgos infravalorado?

La idea del espectáculo es que en Burgos no está solo el Cid Campeador, hay más gente. Estamos el Cid Campeador y yo, ya hay dos personas. Poco a poco.

Habla sobre su salida del armario como miembro del colectivo LGTBIQ+. ¿Se puede hacer humor con eso?

Se puede y es necesario. Aunque parece que hay la sensación de que se han conseguido ya todos los derechos y que todo está aceptado socialmente, la realidad es que no es así. Ojalá todo fuera algo mucho más natural. En Madrid está mucho más aceptado todo, pero cuando voy a sitios más pequeños el público no suele ser tan usuario de la comedia. Quiero que vean que se puede hacer comedia utilizando el humor para hablar sobre ser lesbiana, en este caso. El humor sirve para reivindicar ese espacio, sobre todo desde una perspectiva que mucha gente no tiene porque no ha vivido situaciones discriminatorias y otros hechos por la condición de que te guste una persona del mismo sexo que el tuyo.

¿Y cómo pasó de ser abogada a dedicarse a la comedia?

Estudié derecho y estuve trabajando doce años de abogada, lo típico establecido por la sociedad. Cuando llegó la pandemia me dije que no quería volver a trabajar de abogada, no me gusta ni motiva. Me motivaba mucho más la comedia, quería hacer humor. Probé y dejé la abogacía por la comedia. Eso también fue una salida del armario. Mis padres vieron que dejaba un buen puesto para ser cómica. Yo la siento como la primera decisión real que he tomado yo, siendo consciente sin ningún tipo de imposición. Dejé el curro, y no he vuelto, y aquí sigo. He salido dos veces del armario, como cómica y como lesbiana. Y las que quedan, que seguro hay más.

¿Cuesta mantenerse como autónoma en el mundo de la comedia?

Es complicado. Si alguien quiere seguir los pasos de la comedia tiene que tener un plan de ahorro. Para ser cómica hay que tener una estabilidad mental y una estabilidad económica. Son necesarias para poder crear dentro de la comedia. Si estás agobiado te cierras y no puedes seguir adelante. El mundo de la comedia es complicado, hay que hacer mucho encaje de bolillos. Lo bueno que tenemos ahora es que están las redes sociales.

¿Abren muchas puertas?

Nos dan acceso a que podamos ser conocidas. A través de la televisión generalista o en la radio es más difícil acceder, están muy cerradas las puertas. En televisión siempre salen los mismos, no hay mucha opción a que nuevas personas podamos acceder. Las redes ayudan a ir rompiendo barreras, llegar a más gente, poder vender más entradas y vivir de esto. Pero es una carrera muy a largo plazo.

¿Es más complicado hacerse un hueco por el hecho de ser mujer?

Las redes hacen que no se nos invisibilice a las mujeres. Pueden abrir alguna puerta, pero todavía no todas. Se crea esa sensación falsa de que las mujeres ya están al mismo nivel que los hombres. En los programas el porcentaje de mujeres es muy pequeño, en los equipos de guión solo hay una chica, apenas hay directoras de programa o de edición. Pero cada vez hay más referentes mujeres que permiten a otras a que se lancen y no les dé tanto miedo.

¿Qué referentes tenía usted?

Cuando era muy pequeña, me acuerdo de ver con mi abuela a Lina Morgan en Hostal Royal Manzanares. Me gustaba muchísimo. Creo que la primera vez que entendí la comedia fue a través de ella. Pero ni siquiera lo entendía como que eso era comedia, sino que me hacía gracia y me reía. Antes no había tantos referentes, como ocurre con el fútbol. He jugado al fútbol y no he tenido ningún referente mujer. Me sé todas las alineaciones, hasta las del Dépor de Bebeto. Pero no tenía referentes mujeres, ahora las nuevas generaciones sí que los tienen esos referentes. Como cómicas solo teníamos las clásicas, como Anabel Alonso, Eva Hache o Patricia Conde. Lo bueno de ahora es que se visibiliza más y hay más variedad.

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