Entrevista | Eduardo Fonseca Capdevila Jefe del Servicio de Dermatología del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac)

“La incidencia del melanoma en A Coruña es mucho más elevada de lo que cabría esperar”

“En nuestra área sanitaria se producen entre 130 y 150 nuevos diagnósticos cada año”

El doctor Eduardo Fonseca Capdevila, jefe del Servicio de Dermatología del Chuac, posa junto a una camilla y un dermatoscopio, en su consulta de A Coruña.

El doctor Eduardo Fonseca Capdevila, jefe del Servicio de Dermatología del Chuac, posa junto a una camilla y un dermatoscopio, en su consulta de A Coruña. / Víctor Echave

A menos de un mes del comienzo del verano, y coincidiendo con el Día mundial contra el melanoma, que se conmemora hoy, el jefe del Servicio de Dermatología del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), el doctor Eduardo Fonseca Capdevila, ofrece recomendaciones para evitar quemaduras solares durante las prolongadas jornadas al aire libre que están por venir, así como sus consecuencias a largo plazo. “Lo primero es el dicho clásico de ‘conócete a ti mismo’. Los consejos no pueden ser nunca iguales para todos”, apunta el doctor Fonseca, quien insiste en que los ciudadanos “con una piel especialmente sensible, muy clara, que toman medicaciones fotosensibilizantes o que ya han sufrido episodios de quemaduras solares”, deben “tener una precaución especial”. “Concienciación existe en grado más que suficiente. Otra cosa es que, para algunas personas, sobre todo, en determinados grupos etarios, primen otros factores por encima de la prevención”, sostiene, antes de desvelar que en el área sanitaria coruñesa se producen “entre 130 y 150 nuevos diagnósticos” de melanoma cada año. “La incidencia es mucho más elevada de lo que cabría esperar, probablemente, porque tenemos un tipo de población muy envejecida, y también con una piel extraordinariamente clara”, resalta.

¿Está la sociedad suficientemente concienciada sobre los peligros que entraña el sol?

Creo que concienciación existe en grado más que suficiente. Los medios de comunicación hacen una labor continua y repetida, todos los años, en la época de mayor exposición solar, así como en determinadas conmemoraciones, como los días mundiales, etc. Aparte, están las labores de prevención del cáncer en general. Otra cosa es que hay una importante parte de la población que, aún conociendo la problemática, no hace ningún caso a las recomendaciones. Y luego, en el extremo contrario, está quien se pasa con la prevención y deteriora su calidad de vida, quizás, de una forma innecesaria.

¿A qué se refiere?

A que, en ocasiones, la población de más edad desarrolla un pánico a la exposición solar excesivo y no justificado, de modo que evita exponerse a toda costa. Una cosa un poco absurda, al tratarse de personas que quizás no tienen daño acumulado o, en cuyo caso, los daños a largo plazo carecen de trascendencia por su perspectiva vital. En este grupo, una pequeña exposición solar puede resultar beneficiosa para equilibrar la síntesis de vitamina D y otra serie de cuestiones, siempre con precaución y protegiendo determinadas zonas que pueden tener daño solar. Sí ha de tenerse en cuenta, y esto es algo que se olvida con frecuencia, que con determinadas medicaciones fotosensibilizantes, como algunos tipos de diuréticos, se desaconseja la exposición solar o hay que extremar las precauciones.

"Concienciación existe en grado más que suficiente, otra cosa es que una parte de la población prime otros factores sobre la prevención"

¿Hay algún colectivo que preocupe a los dermatólogos de un modo especial?

Las quemaduras solares en la infancia y en la adolescencia son las que tienen un riesgo muy importante, porque hablamos de personas con mucha perspectiva vital por delante, sobre todo, si luego continúan acumulándose esos daños. En el colectivo infantil, la concienciación es muy alta. Se ve algún niño que se quema, pero es una cosa bastante rara, porque los padres están hiper concienciados con el tema y, por lo general, hacen una prevención muy eficaz de la quemadura solar, y del daño solar excesivo. Donde hay mucho problema es en el siguiente grupo etario, el de los adolescentes, porque priman otros valores, como el estético. El bronceado a cualquier costa (‘me tengo que broncear el fin de semana porque hay una fiesta o tengo no sé qué…’; ‘porque voy a ir a la playa con fulanito...’; ‘no me pongo crema fotoprotectora porque en mi grupo de amistades eso no se lleva...’). Ahí es donde hay grandes problemas. Luego eso se extiende, en determinadas personas, ya en edad adulta. Sobre todo, en adultos jóvenes o con edades medias de la vida, en las que también prima el aspecto estético. Pero no es solo la exposición solar, también están los usuarios de salones de bronceado, muchas veces, en cantidades francamente lamentables. En todo caso, no es un problema de falta de conocimiento, sino de preocuparse más por otras cuestiones.

Con el verano a la vuelta de la esquina, es importante incidir en las recomendaciones de exposición solar responsable y fotoprotección. ¿Cuáles son ineludibles?

Lo primero es el dicho clásico de ‘conócete a ti mismo’. Los consejos no pueden ser nunca iguales para todos. Las personas con una piel especialmente sensible, muy clara, que toman medicaciones fotosensibilizantes o que ya han tenido episodios de quemaduras solares, han de tener una precaución especial. Las que son muy pigmentadas, incluso de raza negra, necesitan muy poco tema de protección porque están dotadas genéticamente de forma muy distinta. Las personas de alto riesgo son las que tienen que extremar las precauciones. Las otras han de seguir unos consejos generales dependiendo del tipo de piel que tengan. El grupo más importante son los niños, los adolescentes y adultos jóvenes, que son los que por edad tienen más riesgo y más perspectiva temporal de sufrir problemas consecuentes de la exposición solar excesiva y, sobre todo, de las quemaduras solares a muy largo plazo. Y luego están las personas que tienen otros problemas por su situación inmunológica, su tipo de piel, su medicación, etc.

¿Qué más?

Es importante saber también qué tipo de radiación solar hay cada día. A veces es obvio, pero en ocasiones puede resultar engañoso. Por ejemplo, si está un poco nublado, la gente puede pensar que no tiene riesgo ninguno, sin embargo, puede haber irradiación. Hay que conocer las condiciones de cada persona, y las condiciones del medio en el cual se va a exponer.

Y evitar, en todo caso, pasarse horas y horas seguidas al sol.

Eso ya es de sentido común, insisto, hay quien lo hace, pero no porque desconozca lo que hay, sino porque ya priman otros factores. Sobre todo, en determinados grupos etarios, en los que quizás la labor de prevención que llevan haciendo los padres durante 15 años se va al traste en cuestión de segundos.

¿Cuántos casos de melanoma se diagnostican, cada año, en el área de A Coruña?

Entre 130 y 150 nuevos casos. La incidencia en nuestra área sanitaria es mucho más elevada de lo que cabría esperar, probablemente, porque tenemos un tipo de población muy envejecida, y con una piel extraordinariamente clara, poco pigmentada. El tipo de clima también lleva a exposiciones intensas y discontinuas, que es mucho peor que la exposición más o menos continuada, de un orden. Hay diversos factores que se barajan, como cuestiones genéticas que todavía no están estudiadas, aunque estamos intentando mejorar ese conocimiento.

“La exposición inadecuada al sol es el principal factor de riesgo prevenible”

“La exposición inadecuada al sol es el principal factor de riesgo prevenible para el desarrollo de melanoma”, hace hincapié el jefe de Dermatología del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), el doctor Eduardo Fonseca, antes de detallar ante qué señales o síntomas en la piel se ha de consultar a un especialista.

La detección de lesiones que no existiesen previamente (o que no tuviésemos constancia de que existiesen) ya es un motivo de consulta, al igual que lo es que se modifiquen otras que ya estuvieran desde hace tiempo”, apunta el doctor Fonseca. “Luego están la reglas ‘A-B-C-D-E’ para la prevención: que las lesiones tengan un diámetro mayor o igual a 6 milímetros, que tengan varios tonos de coloración o bordes irregulares, que sean asimétricas, que tengan caracteres atípicos”, agrega, y especifica que, a continuación, habrá que saber si se trata de “lesiones melánicas o de otro tipo, que puedan tener relación con un cáncer de piel”, o si “son lesiones que no tienen nada que ver, sin ninguna trascendencia, como queratosis seborreicas” que, “a partir de determinada edad, tiene toda la población”.

Llama la atención, el doctor Fonseca, sobre la necesidad de recordar las recomendaciones de exposición solar responsable y fotoprotección, ya que “una de las funciones” de los sanitarios es “la formación y la información de las personas a su cargo”. “Tiene que ser una labor muy importante, a la que se le dé bastante más relevancia, igual que la formación continuada de los profesionales en este tema, que es manifiestamente mejorable. Antes, periódicamente, se llevaban a cabo charlas, cursos de formación, etc... para profesionales de Atención Primaria, e incluso para la población en general. A raíz de la pandemia de COVID, esto se dejó de lado y no se ha retomado con la importancia que se debería”, considera.

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