Baloncesto

Rubén Vázquez: “Yo me subí a un tren en marcha”

El director de la cantera del Leyma, premiada como la mejor de Galicia, afirma que la clave es “crear un entorno seguro donde las familias quieran estar”

Rubén Vázquez, director de la cantera del Leyma, con jugadoras a las que dirige. |  // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA

Rubén Vázquez, director de la cantera del Leyma, con jugadoras a las que dirige. | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA / María Varela

La Xunta reconoció al Básquet Coruña con el premio a la mejor entidad de Galicia en la promoción del deporte base durante el periodo entre 2019 y 2022. Es prácticamente el mismo tiempo que lleva como director de la cantera naranja Rubén Vázquez (A Coruña, 1987). Pero él insiste en que se subió “a un tren en marcha”. Un tren con muchos vagones y que mueve cerca de 750 niños, más de 40 equipos, 12 colegios y 30 entrenadores. El pasado viernes sacó músculo con la tradicional foto de familia, que cubrió la pista del Palacio de los Deportes de Riazor de jugadores con un desfile coordinado de todas las categorías. “Es el reflejo de lo que somos”, señala Vázquez. Un grupo en el que es esencial el trabajo en equipo y en el que el objetivo es crear “un entorno donde los niños y las familias se sientan partícipes y quieran estar”. “Lo estamos consiguiendo”, añade, “y ese es nuestro mayor premio”.

Nunca había pensado en recibir uno así. “Lo primero de lo que me acordé fue de la gente del día a día, en la confianza que nos dan las familias, en nuestros niños y niñas, que nos apoyan, confían y quieren estar con nosotros y sobre todo en la directiva y en los entrenadores, sin ellos sería imposible no solo el reconocimiento sino la labor que hacemos cada día. Mi agradecimiento eterno a los entrenadores y entrenadoras que son el motor del club”, dice. “Me siento muy afortunado de estar donde estoy y por la gente de la que estoy rodeado”, continúa agradecido. Llegó hace tres años. Venía de haberse formado en el Maristas, donde fue el entrenador del equipo de Liga Femenina 2 —al que pide que el público vaya a apoyar viernes y domingo, porque se está jugando la permanencia—; de ser asistente de Antonio Pérez en el Clavijo y de pasar otra temporada en casa. El paso al Básquet Coruña daba un poco de vértigo. “Era salir de mi zona de confort, de un sitio que me lo había dado todo e inculcado unos valores. Y seguro que sin lo que aprendí en ese momento con Susana Lousame no podría estar haciendo ahora lo que estoy haciendo”, asegura. “Pero pasé de Maristas, un club más cercano a una cantera como la del Básquet Coruña, con más de 600 niños”, reconoce.

Y encima, en época post pandemia. “Llegué en un momento precioso”, ironiza, “con la incertidumbre, sin saber qué iba a pasar, con las normas cambiando de una semana a otra y me acuerdo de volverme completamente loco para sacarlo todo adelante, colaborando los entrenadores a muerte”. Lo único que le pidieron, recuerda, fue ir poco a poco. No le exigieron resultados. Tampoco recuperar masa social. Solo ir poco a poco poniendo unas bases. Y aun así, el reto era mayúsculo. “No es fácil. Al ser un club que no tiene una instalación deportiva propia —ojalá algún día lo puedan ver mis ojos— dependemos del Concello y de los acuerdos con centros educativos. Entrenamos en más de doce pistas y hay que ir moviéndose por ellas”, reconoce. Y se propuso hacerlo con humanidad. “Creo que hay que tener un trato cercano, que las familias sepan quién soy y que estoy para ellos para lo que necesiten”, afirma y apunta: “Fallarles es lo que más me abruma. Lo paso fatal cuando tenemos una decepción con alguna familia”.

Retos

Los retos que tiene la cantera para el futuro son muchos. “Desde los campus que hacemos cada año, al día del deporte en la calle, los torneos a los que podamos ir... en un mes nos vamos con cien niños a Cartagena, por ejemplo. El año pasado fuimos a Blanes con 90”, enumera. Y por último, empezar a nutrir de jugadores al primer equipo, algo por lo que el club ha sido criticado. “No es un objetivo deportivo real”, aclara. “Pero yo nunca pongo vendas en esto. Cuando llegué, hice un análisis. El último jugador que tuvo licencia con el primer equipo y formado en la cantera fue Darío Suárez —Carlos Martínez se fue en infantil—. Darío salió con 18 años de la cantera, estuvo en Primera Autonómica, después en un vinculado de EBA y llegó al primer equipo con 23 años y en LEB Plata”, recuerda.

Por eso llega a una conclusión: “Tenemos que hacer un camino formativo para el jugador que le ayude llegar el día de mañana. A ellos hay que decirles que tienen que apostar. Pero que nosotros les vamos a poner todos los medios para que puedan hacerlo”. Y ya están poniendo las herramientas. “Ahora mismo tenemos un equipo en Primera Autonómica, otro vinculado en EBA que es el Xiria de Carballo y el equipo de LEB Oro. Bien, pues vamos a ir quemando etapas poco a poco para que nuestros chicos vayan dando saltos. Es el camino que está haciendo ahora Santi Martínez y ojalá que sea nuestro exponente de la cantera el día de mañana y tener muchos Santis.”, desea, con un pedido final para la categoría femenina: “Estamos sacando muy buenas generaciones de niñas, cada vez mejores, cada vez competimos más a nivel gallego y ojalá que nuestra cantera femenina siga creciendo e ir impulsado poco a poco al equipo para jugar en mejores ligas e incluso en categoría nacional”.

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En los Premios Deporte Gallego hay más protagonismo coruñés ya que el betanceiro Carlos Arévalo recibirá un nuevo galardón como el mejor deportista masculino. En la lista también aparece el Dépor Genuine, reconocido junto al Lugo Genuine en el apartado de mejor equipo de deportistas con discapacidad. En cuanto a la categoría Galicia Saludable a las entidades destacadas en el fomento y promoción de la actividad física y hábitos de vida activa, la Fundación Abrente Equipo Enki se llevó el premio a la entidad de carácter privado y el Inibic (Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña), a la de carácter público. Entre los otros galardonados destacan Teresa Perales y Ana Peleteiro, mejor deportista femenina ex aequo; Adiaratou Iglesias y Martín de la Puente, mejores deportistas femenina y masculino con discapacidad; Antía Jácome, mejor promesa, y el Burela y el Cidade de Lugo Fluvial como mejores equipos.

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