Piragüismo | Iván Fernández Subcampeón del mundo y de Europa sub 23

Iván Fernández: “Después de estas cuatro medallas ya sé de lo que soy capaz”

“Noto que voy a más y que ya estoy cerca cuando aún tengo mucho que aprender”

Iván Fernández, en las instalaciones del Ría de Betanzos, con sus medallas. |  // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA

Iván Fernández, en las instalaciones del Ría de Betanzos, con sus medallas. | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA / María Varela

Con 8 años empezó a practicar piragüismo en Betanzos. Con 16 se marchó a Pontevedra. Con 18 a Sevilla y con 21, a Madrid. Y dos después, Iván Fernández se despidió de la categoría sub 23 con dos platas mundiales (K4 500 y K2 500 mixto) y una plata (K1 200) y un bronce (K4 500) europeos en un mes de julio para enmarcar.

¿Qué siente cuando mira a esas cuatro medallas?

Siento que me cuesta asimilarlo y creerlo. Nunca me imaginé esto. Había ganado una de bronce y pensaba que podía caer algún día alguna otra... pero cuatro el mismo año, el mismo mes.... Además este año he tenido muchos problemas. Si me dices en marzo que me va a pasar esto, no me lo creo. Pasé una etapa complicada a nivel personal. Pero a día de hoy lo agradezco porque me sirvió para valorarme y quererme y gracias a eso me centré mucho en mí, en entrenar, en motivarme... y si no hubiese pasado por eso, creo que no hubiese conseguido estas medallas. Todo pasa por algo, tuve que pasar ese bache, aprender de él y llegar a mi mejor momento.

¿Se queda con alguna?

Me quedaría con dos. Con la de subcampeón del mundo del K4 500 porque para mí el K4 es la prueba reina del piragüismo, la más bonita. Y la del K1 200 porque es mi primera medalla individual. Además solo tuve dos horas de diferencia entre finales y por la entrega de medallas no puede hacer lo que tenía pensado... pero mantuve esa capacidad de concentración, que yo no sabía ni que la tenía, para que me diera igual todo lo que pasara. Acabé una prueba muy dura como el K4, con viento en contra, y tener esa capacidad de reactivar en el K1... me sentí como un superhéroe. Quince minutos antes, en el calentamiento, no sentía ni las piernas. No sé cómo hice. Lo celebré con todo y me preguntaron si era por haber ganado medalla. Y no, lo celebré porque no sabía que yo era capaz de eso.

¿Son gasolina para llenar el tanque y seguir?

Es que después de esto ya sé de lo que soy capaz y que con trabajo se puede conseguir cualquier cosa. Esto vale como aprendizaje para los años que vienen, para saber que con paciencia y trabajo tiro para arriba.

¿Paciencia por todo lo que tiene por delante en España?

Antes del Europeo remé el K1 200 en el Campeonato de España contra Carlos Garrote y Carlos Arévalo, dos campeones del mundo. Cuando estaba en el Europeo para la final del K1, con los nervios, pensaba, “¡pero si hace unos días estaba en una final de muchísimo más nivel!”. Fue más complicado ganar medalla en España que en el Europeo. Comparado con ellos, soy el último en llegar. Pero siempre hay que intentar estar con ellos. Porque si ellos están ahí, ¿por qué no vas a poder estar tú?

Alguno tendrá que ir dejando paso a las nuevas generaciones.

Sí, y se montarán nuevos barcos... pero en España creo que montas dos K4 y los dos son medallistas. Somos potencia mundial, en el top tres de los medalleros en todas las categorías. Cada vez somos más, gente que anda más... me pongo más nervioso en un selectivo nacional que en un Mundial. El año pasado en K2 tenía a Carlos Arévalo y a Saúl Craviotto al lado y pensaba: “¿Qué hago yo aquí?”. Pero si estoy cerca de ellos significa que estoy andando mucho y eso ya motiva. Porque, además, ellos llevan mucho más tiempo que yo, que solo llevo cinco años en los equipos nacionales, y noto que cada año voy a más y que todavía no estoy en mi madurez. Aún me queda mucho por mejorar, sobre todo de cabeza, de creérmelo. Y eso puede darme ese último subidón para ver qué me depara el futuro. Hay veces que el cuerpo puede, pero falla la cabeza y es lo que más cuesta entrenar. Por eso estoy muy agradecido a mi psicólogo. Antes me agobiaban los días previos a las competiciones. Ahora solo gasto fuerzas en concentrarme los quince minutos previos, cuando enfilo la recta de salida.

¿Tiene que creerse que también es uno más entre tanto ‘animal’ que hay en España?

Soy animal chiquitito... pequeño pero matón. Sé que va a estar muy complicado, pero si fui capaz de esto, por qué no voy a ser capaz de más. Tendré que buscar mis oportunidades, pero prisa no tengo, puedo esperar cuatro o cinco años más.

¿Le molesta que le comparen con Carlos Arévalo o que le digan que es su sucesor?

Es normal. Pero esto es cuestión de etapas. Carlos está en la suya y yo espero tener la mía. Obviamente me encantaría que estuviéramos los dos ahí arriba, ir a unos Juegos con él. Yo lo que quiero es ir a unos Juegos. Ya si voy con él... pues mejor. Dos de Betanzos en unos Juegos, sería increíble para un pueblo tan pequeño.

¿Le ha dado consejos?

Siempre tenemos comunicación entre nosotros. En momentos críticos sí que me ayuda bastante. Porque tiene más experiencia y me puede dar consejos. Antes más que ahora porque al estar en el equipo nacional en Madrid ya me dicen allí. Antes sí, cuando tomé la decisión de irme a Madrid y dándome consejos para el 200. Pero voy a decir que solo algo para que no se lo crea mucho (se ríe).

Podrían hacer un K2.

Tengo esa espina porque él se marchó del club justo cuando yo ya podría haber hecho un K2 con él. Pero quién sabe si algún día.

¿Qué tiene Betanzos?

No sé lo que tiene la verdad. Se habla de la tortilla. Simplemente creo que el club ayuda muchísimo. Yo desde que empecé con 8 años me trataron muy bien y después me metí con Javito y él fue quien me llevó para arriba y aún ahora, llevando seis años fuera, con los equipos nacionales, sigue pendiente. Ayuda tener esa tranquilidad.

Betanzos, la nueva Aldán.

Van a tener que poner una estatua fuera (se ríe).

Están los aros olímpicos y tendrán que ir añadiendo nombres.

De aquí a que tengan que poner mi nombre ahí, aún queda bastante tiempo. París 2024 ya es un ciclo muy cerrado. Soy joven y en España es muy complicado, hay gente muy top y, además, se reducen cada vez más las plazas (K4 500, K2 500 y K11.000). Yo busco más hacia 2028. Falta mucho, pero por qué no. Voy a intentarlo y no tengo nada que perder.

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