NATACIÓN

Almudena Quereda y el sueño madurado de unos Juegos Paralímpicos

Sabe que es “difícil”, pero piensa en “disfrutar del proceso”: “Si no es 2024, pelearé por 2028”

Almudena Quereda, en el podio del Oceaman de Tailandia. |  // CEDIDA A. Q.

Almudena Quereda, en el podio del Oceaman de Tailandia. | // CEDIDA A. Q. / Carlos Miranda

Carlos Miranda

Carlos Miranda

La coruñesa Almudena Quereda es nadadora, es ejemplo y tiene un sueño, pero no piensa obsesionarse con él. Hace algo más de cuatro años la deportista tuvo un accidente y, meses después, para superar las secuelas del trance, se metió en la piscina. Y de ahí no ha salido ni piensa hacerlo. Entre brazada y brazada y sesión a remojo y en seco, pretende llegar a unos Juegos Paralímpicos. Le encantaría que fuesen los de París. Pero sobre todo va a “disfrutar del proceso” y paladear cada paso que está dando. Es un reto, también una filosofía de vida. “Si tiras para adelante y dejas de magnificar los problemas, cuando te das cuenta, ya has vencido”, tercia. “Mi objetivo, aunque está muy difícil, es clasificarme para los Juegos Paralímpicos de París 2024. Podría pensar que no lo voy a conseguir o disgregar los objetivos e ir paso a paso. Lo importante es disfrutar del proceso y dar lo mejor de ti cada día, no el resultado”, apunta quien, eso sí, seguirá luchando por vivir esa experiencia. “Si no es en 2024, será en 2028, seguro. Lo tengo muy en mente. No concibo la vida sin la natación”, enfatiza.

Ese motor es el que le lleva a zambullirse cada día, a las sesiones de gimnasio, de yoga... A jornadas interminables bajo la supervisión del Club Natación Liceo. Todo con constancia y también con perspectiva, porque en plena vorágine del día a día, a veces hay que detenerse y pensar en el punto de partida y hasta dónde ha llegado. “Ahora tengo un dolor de espalda que me está limitando en la braza, que es una de mis pruebas potentes, pero hace unos días me di cuenta de que hace un año, cuando me operé el brazo, no podía hacer la extensión de muñeca y ahora veo a dónde he llegado, lo que he conseguido por no tirar la toalla”, relata y prosigue. “Hay que seguir, a pesar de las circunstancias y los varapalos de la vida. Hay procesos de duelo siempre, pero intento que sean lo más cortos posibles. Todo depende la perspectiva con la que mires los problemas, porque siempre hay otros puntos de apoyo para tirar hacia adelante”, razona quien prepara, ante todo, los “100 braza y 400 libre” para conseguir “los tiempos mínimos” que hagan posible el sueño para el que piensa esforzarse, no correr.

Mientras llega ese anhelo, amplía la mirada y se marca otros objetivos. En la piscina y en el mar, tras brillar en aguas abiertas en Cerdeña y en Tailandia, tiene en mente el Europeo en piscina de abril de 2024, para el que necesita conseguir los tiempos antes de finales de febrero, y la Copa del Mundo de aguas abiertas que tendrá lugar pasados los Juegos Paralímpicos. Una temporada cargada, un ambicioso calendario nacional e internacional.

Toda esa vena competitiva la combina con una idea divulgativa. Dio hace unos meses una conferencia en la sede de Madrid del Colegio de Ingenieros de Caminos. Ya hay más apalabradas para este 2024, alguna en A Coruña. “El feedback fue positivo (en la charla), me gustó la experiencia. Es uno de los objetivos que tengo desde que salí del hospital: aportar mi granito al mundo. Si puedo ayudar a otras personas, bienvenido sea”, asegura tras exponer en público su experiencia, su filosofía de vida. Todo mientras nada y disfruta del proceso. No es únicamente unos Juegos, es dar pasos y sentirse lleno cada día.