Baloncesto - LEB Oro

67-84 | Gipuzkoa, principio y final de la racha del Leyma

El equipo vasco repite como verdugo de la ilusión naranja y con un plan ejecutado a la perfección pone fin a la racha de doce victorias del conjunto coruñés, que sigue líder

Alejandro Galán, en el partido contra Gipuzkoa.

Alejandro Galán, en el partido contra Gipuzkoa. / Casteleiro/Roller Agencia

Gipuzkoa fue principio y fue final. La racha de doce victorias del Leyma llegó a su fin de nuevo ante el rival que el año pasado ya había sido el verdugo de la ilusión naranja en el play off. Los vascos, conscientes de que al equipo coruñés es muy difícil ganarle con su propio juego, impusieron su dureza defensiva y con el control absoluto del rebote, desactivaron una a una las armas locales. Barrueta, imposible conectar con él. Jakovics, imposible armar su tiro. El equipo coruñés no podía correr y apenas tuvo tiros liberados, con un acierto bajísimo (22 de 63 en tiros de campo). No hubo juego coral. Pero si el planteamiento de Mikel Odriozola fue perfecto, más lo fue la ejecución con tres hombres, Barcello (27 de valoración), Oroz (26) y Vrankic (25) como sus protagonistas. El Leyma, para el que la actuación arbitral fue la puntilla, perdió hasta el basquetaverage con una desconexión final. La afición despidió al equipo de pie, con aplausos. Lo que se está viviendo esta temporada es un sueño. Y por más que este partido y Gipuzkoa se convirtieran en una pesadilla, nadie se quiere despertar. Todavía queda mucho. Y el Leyma sigue líder.

Si el recuerdo de la última visita de Gipuzkoa no era el mejor, la salida del conjunto vasco intentó desatar los nervios. El Leyma, con Sebastian Aris a la manija, no encontraba el ritmo. Cinco ataques sin anotar, tres pérdidas. Y su rival le castigó cada vez. 0-2, 0-5, 0-7 y 0-10. Epi tenía que pedir tiempo muerto. El base danés cortó la sangría con un triple, que fue respondido con otro desde el bando contrario seguido por una gran circulación de balón de esquina a esquina que si no fue triple es porque el tirador estaba pisando ligeramente la línea (3-15). Gipuzkoa jugaba a placer. Entró Jakovics, que acortó con un triple. La competitividad de Lundqvist empezó a despertar a los suyos. Anotó dos tiros libres, se lanzó a por un rebote por encima de los pívots visitantes para asistir a Huskic, volvió a la línea de la personal. También salieron Burjanadze y Diagne. El pívot senegalés se hizo grande en defensa (hizo un tapón que casi parecía un remate en una red de voleibol). El georgiano dejó la cuenta en solo cinco de desventaja con un triple antes del primer parón (18-23).

Era un partido nuevo, pero el Leyma no se encontraba. Lo más cerca que estuvo fue con el 24-26 en el que Diagne se volvió a colgar del aro. Era el minuto tres del segundo cuarto. Ninguno de los dos equipos volvería a anotar hasta pasados otros tres. Ambos encadenaron errores. Gipuzkoa forzados. El Leyma demasiado precipitado y fallando un triple tras otro. Y desquiciándose con los árbitros, reclamando faltas unas veces, otras intentando forzarlas. Una dinámica que no solo le costó la concentración sino también una falta técnica a Lundqvist. Los visitantes amenazaban con otro arreón (26-35). Lo único que lo cortó fue el acierto individual con triple de Barrueta (31-37).

Gipuzkoa tenía el partido donde quería. Jugando con toda la tranquilidad del mundo mientras el Leyma se estrellaba él solo. Empezó bien el tercer cuarto, pero parecía que cada vez que los coruñeses se ponían a dos (35-37) sucedía algo que los volvía a cortocircuitar, con cuatro faltas en tres minutos. Era el momento de tirar de orgullo. Un triple de Barrueta empató el partido (40-40) por primera vez desde el 0-0 inicial y un robo y canasta de Huskic le dio ventaja al conjunto de Epi (42-40). Fue un espejismo. Con un parcial de 1-17 —el Leyma solo anotó un tiro libre de Huskic— en cuatro minutos, Gipuzkoa volaba (50-62).

Si hay un equipo en la liga con los suficientes puntos en las manos para remontar ese es el Leyma. Pero la gesta se erigió en epopeya en pocos minutos. La laguna en defensa y en ataque fue de desconexión total (53-71). Los últimos minutos ya no eran de remontada. Eran de al menos no perder el basquetaverage particular con los vascos, con el 84-91 de la primera vuelta. Ni eso. Gipuzkoa puso la puntilla con dos triples finales (67-84).