Baloncesto - LEB Oro | Sebastian Aris Jugador del Leyma

Sebastian Aris: “¿Nervios? Para nada, solo feliz por jugar un partido tan importante”

“Trabajamos duro, no debemos tener presión: si lo hacemos como sabemos, ganaremos”

El jugador del Leyma Sebastian Aris, ayer, en el Palacio de los Deportes de Riazor.

El jugador del Leyma Sebastian Aris, ayer, en el Palacio de los Deportes de Riazor. / Iago López

Nervios de acero. Y sangre caliente. Una mezcla explosiva la de Sebastian Aris (Viborg, 1995), el director de juego del Leyma Coruña que mañana se juega el ascenso a la ACB en Melilla. “Aquí estamos, a un paso de conseguirlo”, dice. El base danés, reconocible por la cinta blanca con la que siempre juega —es la misma desde hace cuatro años y ni siquiera es una cinta, sino un trozo de camiseta—, ha ido de menos a más a lo largo de una temporada en la que ha tenido que hacer un esfuerzo extra para adaptarse al baloncesto español y ganándose la confianza de Diego Epifanio.

‘All you need is, Sebastian Aris’. ¿También se le ha pegado la canción que le dedica la afición?

Mi prometida me tiene prohibido cantarla en casa (se ríe). Pero me encanta cuando los aficionados la cantan, es increíble.

Casi no le reconozco sin la cinta. ¿Por qué siempre juega con ella?

Es una larga historia... pero la corta es que en el COVID las peluquerías estaban cerradas y mi pelo creció demasiado. Nadie podía cortármelo. Necesitaba una cinta para la cabeza así que corté una camiseta que tenía en casa y me la puse para jugar... y he jugado los últimos cuatro años con ella.

¿Con la misma?

Sí, sí, la misma. Soy un poco supersticioso. Y la cinta resiste.

¿Está nervioso por el partido de mañana en Melilla?

Para nada. Solo feliz y con ganas de jugar un partido tan importante. Es una gran oportunidad y tenemos que sacarle el máximo rendimiento. Creo que nervios es una palabra negativa y nosotros solo tenemos que estar contentos y alegres por tener esta oportunidad de hacer algo tan especial. Hagamos historia (habla en inglés, pero esto lo dice en español).

¿Se podía imaginar que la temporada iba a ir así de bien?

No me lo podía imaginar, sí desear. Además ya me lo dijeron cuando vine, que el objetivo era acabar en la primera posición. Iba a ser difícil, especialmente con Estudiantes y San Pablo Burgos... pero aquí estamos, a un partido de conseguirlo.

¿Qué le dijo y le pidió Epi antes de venir?

Él me pidió mucho trabajo. Me dijo que nosotros íbamos a jugar para ganar y que si yo le podía ayudar a ganar, tendría minutos. Así que todos los días intento ayudar al equipo, a mis compañeros, escucho a Epi, escucho al resto de los entrenadores... Tuve que hacer un poco de trabajo extra para adaptarme al baloncesto español y hacer todo lo posible para ayudar al equipo. Y ha merecido la pena porque ha salido bien.

¿Le sorprendió ser el base titular?

Yo creo en mí mismo. No sabía qué esperarme del nivel de mis compañeros, pero sabía que si trabajaba cada día tendría mis opciones de jugar. Tenemos grandes jugadores en mi posición con Ingus (Jakovics) y Álex (Hernández). Ha sido una buena competencia y he aprendido mucho de ellos a lo largo del año. Si Epi considera que lo mejor para el equipo es que sea yo el base titular, yo contento de que recompense así mi trabajo diario.

¿Es el puesto de más responsabilidad del equipo?

Los bases tenemos una gran responsabilidad. Tenemos que hacer lo que Epi quiere y hacer que el equipo lo haga, tomar buenas decisiones y mantener todo bajo control. Y para mí al principio fue difícil llegar sin conocer el baloncesto español, mientras la mayoría de mis compañeros tenían más experiencia, y tener que decirles yo lo que tenían que hacer. Pero también traté de escucharles, especialmente a Goran (Huskic), Ingus y Álex, para aprender.

¿Ha tenido que estudiar mucho?

El baloncesto español es muy diferente sobre todo al húngaro, canadiense y el danés. Es completamente diferente. Así que tuve que aprender muchas cosas, me llevó un tiempo, pero seguí trabajando y ahora estoy contento.

¿Cuáles son esas diferencias?

Más control, más pick and roll. Estaba más acostumbrado a más uno contra uno. Es más táctico aquí, con muchos sistemas de equipo. Más lento, pero al mismo tiempo rápido.

¿Cuál fue el peor momento de la temporada?

En la pretemporada me lesioné y estuve fuera dos o tres semanas. Fue difícil porque estaba en el momento de aprender y tuve que parar de entrenar y no podía probar que podía jugar. Fue difícil luchar para volver. Como equipo, creo que perder en casa contra Gipuzkoa, porque veníamos de ganar a Estudiantes y estábamos en una nube. También Alicante.

¿Es duro aguantar la presión de tener que ganar cada partido?

Mmm, no, no lo creo. Nosotros trabajamos duro cada día y cuando vamos a los partidos, si hacemos lo que sabemos, pienso que ganaremos y por eso no deberíamos de tener presión. Trabajamos muy duro.

¿Y el momento más decisivo?

Burgos, Estudiantes y Tizona en casa. Creo que Burgos y Estudiantes es cuando realmente empezamos a creer que podíamos acabar en la primera posición. El de Tizona ya fue más de tener que ganar para continuar como líderes.

¿El título tiene el premio extra de las vacaciones anticipadas?

Para mí cada día aquí es como vacaciones. No me quiero ir. Amo estar aquí, a mis compañeros, al club... Estoy pasando un gran momento. El título es la corona. Pero aunque se acabe el campeonato, yo me voy a quedar un tiempo. Mi ciudad es gris, con lluvia, nieve, viento... ahora en primavera mejora un poco. ¡Para mí el tiempo de aquí es perfecto! Todos los días voy a la playa y me baño.

Eso también es histórico. La primera persona que no cree que el agua de Riazor está congelada.

Mis compañeros no quieren venir conmigo y para mí... ¡es perfecta!

¿Cómo empezó su historia con el baloncesto?

Mi padre jugó y nos enseñó a mí y a mi hermana. Jugábamos en casa, era como una cosa familiar. También hice fútbol, balonmano, natación, tenis... siempre baloncesto y otra cosa.

¿Cuándo se dio cuenta de que era bueno y podía ser profesional?

Cuando tenía 14 años me llamaron para una prueba de la selección danesa de la categoría y el entrenador me dijo que era bueno. Yo deseaba llegar a ser un jugador profesional, pero no sabía si podría lograrlo. Soy de una ciudad pequeña, con un club pequeño de baloncesto. Cuando cumplí 14 años tuve que mudarme e irme de casa para jugar en otra escuela. Yo lo deseaba y lo soñaba y trabajé duro, pero tampoco fui nunca muy alto, era más bien pequeño... Entonces parecía algo más lejano, pero siempre creí que sería posible si trabajaba duro.

¿Tampoco era alto su padre?

Mi padre es más o menos como yo. Hasta los 15 años no empecé a crecer. Con 16 ó 17, ya llegué a la estatura que tengo ahora (1,88). Y entonces empecé a creer más que sería posible lo de ser jugador.

Ha pasado por Dinamarca, Suecia, Alemania, Hungría, Canadá y España. ¿Lleva una vida nómada?

Sí, la vida del jugador es nómada y muy complicada también. Pero he conocido mundo, experimentado diferentes culturas... Con la suerte de que mi prometida ha viajado conmigo y eso me ha ayudado mucho.

¿Qué pasó en Alemania?

No cumplió con las expectativas con las que fui. No era un club demasiado profesional así que fui yo el que pedí irme porque además mi equipo de Dinamarca me había pedido que volviera. Era mejor para mí.

¿Eso le condicionó a la hora de decidirse a venir al Leyma?

A finales de julio estaba con la selección de Dinamarca y recibí la oferta. Estuve un par de días hablando con Epi, con Olle (Lundqvist), también algunos compañeros de la selección como Sturup (Gipuzkoa), Berg (que había jugado el año anterior en Alicante con Sean Mc Donnell), también Larsen (Estudiantes). Todos me dijeron que este era un buen club, una buena ciudad y Epi un buen entrenador. Me pareció una gran oportunidad.