La Xunta rechaza las alegaciones presentadas al plan de urbanización de Fariña Ferreño

La Consellería de Medio Ambiente admite que recibió ocho enmiendas al informe de impacto ambiental, pero no incorpora ninguna de las peticiones al proyecto definitivo

Parcela del polígono de urbanización de Fariña Ferreño. |   // VÍCTOR ECHAVE

Parcela del polígono de urbanización de Fariña Ferreño. | // VÍCTOR ECHAVE / G.M.O. / E.C.

G.M.O. / E.C.

La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda ha rechazado las ocho alegaciones presentadas —por particulares, entidades vecinales y formaciones políticas— contra el informe de impacto ambiental del proyecto de urbanización del polígono de Fariña Ferreño.

El Ejecutivo autonómico admite que se equivocó al decir que no había recibido solicitudes de modificación durante el proceso de exposición pública, cuando realmente, había registrado ocho, entre ellas, las de Marea Atlántica y las de la asociación vecinal O Castrillón-Urbanización Soto IAR, que se oponen al desarrollo de este polígono. A pesar de que ahora aparece como corregido que se presentaron enmiendas la situación del proyecto de urbanización no ha cambiado, ya que ninguna de ellas ha sido incorporada al texto definitivo del informe de impacto ambiental, por lo que su tramitación sigue adelante.

El polígono en el que se prevé levantar una docena de edificios de entre siete y nueve alturas cuenta con 57.000 metros cuadrados, y el actual Plan General de Ordenación Municipal (PGOM), aprobado en 2013, incorporó el permiso para levantar viviendas en este espacio del documento anterior, fechado en 1998. Las parcelas —que se encuentran entre el parque de Eirís y el barrio de O Castrillón— tienen una edificabilidad (la superficie que se puede construir contando todas las plantas) de 2,44 metros por cada uno de terreno de la finca, la proporción más elevada de todos los proyectos urbanísticos heredados que se incluyeron en el plan general vigente. Además, la ordenación municipal no obliga a que ninguno de los pisos que se construyan en esta docena de nuevos edificios sea público, y tampoco hay reserva de vivienda protegida.

Las obras de urbanización —que en 2018 los promotores estimaban que podrían durar un año y medio y costar unos cinco millones— modificarán la superficie de la ladera, en el plan está contemplada la construcción de pequeñas zonas verdes, en total, unos 2.330 metros cuadrados y que 9.000 se reserven para equipamientos municipales. Tanto los vecinos como Marea Atlántica criticaron en varias ocasiones que se lleve a cabo este proyecto, por formar parte de un concepto de urbanismo anticuado, así como porque supondrá un gran impacto visual y ambiental en el barrio que perderá no solo zonas verdes con esta edificación, sino también espacios abiertos. Los afectados pedían también que el trámite ambiental se realizase por el procedimiento ordinario, que es más laborioso que el elegido por la Xunta, el abreviado.

Suscríbete para seguir leyendo