“Nos gusta compartir un poquito de nuestra cultura”

Los tripulantes del mexicano ‘Cuauhtémoc’ disfrutan de las visitas, a las que muestran su “gusto por el mar”

Tripulantes del ‘Cuauhtémoc’ posan en la cubierta.

Tripulantes del ‘Cuauhtémoc’ posan en la cubierta. / VÍCTOR ECHAVE

Una fotografía con el timón del barco o con los tripulantes mexicanos enfundados en sus trajes blancos, un sello con el escudo en un cuadernillo o una gorra para recordar esta visita siempre. Estos son algunos de los souvenirs que pudieron llevarse este jueves las personas que visitaron el buque escuela mexicano Cuauhtémoc, construido en 1982 y que participa en la Tall Ships Races. “Para muchos de los que estamos aquí, esta aventura, que empezó en Falmouth, es una experiencia nueva sobre la que tenemos las expectativas muy altas”, comenta el teniente Carlos Reyes, mientras, junto al resto de sus compañeros, saluda a todo aquel que pisa el barco.

Una mujer posa en el timón del barco.   | // VÍCTOR ECHAVE

Una mujer posa en el timón del barco. | // VÍCTOR ECHAVE / Ana Carro

Para Reyes, esta es su primera vez en la regata de grandes veleros, pero el Cuauhtémoc es ya un habitual de esta cita. “Nos gusta mucho que nos vengan a visitar, compartir un poquito de nuestra cultura y también nosotros conocer las ciudades a las que vamos. Es algo muy bonito para todos”, resume.

Los visitantes también están encantados. “Qué pasada de barco”, le decía un niño a su madre. Otra visitante, justo al bajar, comentaba que es “una suerte tener estos barcos en A Coruña”. Y la cantidad de gente que paseaba por el muelle de Trasatlánticos lo confirma.

La Tall Ships Races regresa a A Coruña, la ciudad que más veces ha visitado, tras siete años de ausencia

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De hecho, una de las imágenes que se llevan guardada los 258 tripulantes de esta embarcación es el recibimiento cuando entraron en la ciudad el miércoles por la tarde. “La llegada a A Coruña fue algo muy bonito con toda la gente que nos estaba esperando en el muelle. Esos recibimientos son muy típicos cuando venimos a España”, revela Carlos Reyes.

Sobre el barco no falta la música mexicana, por supuesto, ni tampoco los souvenirs —camisetas o gorras— que se venden desde el bote salvavidas. El objetivo del Cuauhtémoc es “darlo todo en la regata y disfrutar y compartir con el resto de tripulaciones y con los visitantes”. Una regata de grandes veleros que más que una competición es un lugar de encuentro.

Los tripulantes mexicanos explican a todo el que pregunta cómo es el barco, las diferentes zonas, dónde está el timón y cómo es su vida en el mar. “A veces es complicada y a veces es muy buena. Uno se acostumbra poco a poco a lo que se va a dedicar. La mayoría de los que estamos aquí compartimos nuestro gusto por el mar, que es lo que queremos transmitir”, confiesa, feliz de haber pisado A Coruña.

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