El sesgo de género persiste en la Universidad: ellos estudian Ingeniería y ellas, Humanidades

La institución académica registra desequilibrios de género en titulaciones históricamente masculinizadas o feminizadas

En los puestos de liderazgo, la proporción de mujeres disminuye conforme se asciende en la jerarquía

Una investigadora, en un laboratorio de la Universidade da Coruña. |   // CARLOS PARDELLAS

Una investigadora, en un laboratorio de la Universidade da Coruña. | // CARLOS PARDELLAS / Marta Otero Mayán

Ellas copan la rama de la Salud y las aulas de Artes y Humanidades. Ellos, las facultades y escuelas técnicas de Ingeniería. El sesgo de género a la hora de elegir titulación, a pesar de todos los avances registrados en los últimos años, sigue imponiéndose en el ámbito académico. La Universidade da Coruña no escapa a esa tendencia. Tal y como detalla el último Plan de Igualdad impulsado por el Vicerrectorado de Igualdad, las mujeres son mayoría en las áreas de Ciencias de la Salud, con hasta el 76,6% de las matrículas. La proporción se repite en las facultades de Artes y Humanidades, con el 73,2% de mujeres entre su alumnado. En el caso de las ingenierías, históricamente masculinizadas, el perfil del alumnado continúa cumpliendo el estereotipo, ya que sus plazas las ocupan mayoritariamente por hombres. No obstante, la institución académica matiza que, a pesar de los desequilibrios entre géneros en algunas titulaciones, no existe “en términos globales” una diferencia numérica entre mujeres y hombres matriculados en la UDC.

Más allá del alumnado, los datos, desgrana el plan, aprobado esta semana por el Consello de Goberno de la Universidad, muestran que “aún siguen persistiendo desigualdades importantes en los colectivos de la comunidad universitaria” de la institución coruñesa, distinguiendo entre Personal Docente Investigador, el Personal Técnico, de Gestión y de Administración y Servicios y el propio alumnado. Con respecto a los PDI, sigue habiendo un mayor número de hombres y de mujeres, si bien detallan que en un porcentaje “reducido”, que, en cómputo global, “se acerca a la paridad”. Lo que sí se observa, como consta en el informe y tomando como referencia la relación jurídica con la institución, es una mayor diferencia cuando se trata de personal funcionario, donde se aprecia una “segregación horizontal importante” por áreas de conocimiento. Un “espejo”, concluye el plan, de lo que sucede en un estrato inferior, cuando toca elegir titulación y rama.

Lo que sí tiene implicaciones importantes es la “segregación vertical”, existente entre los puestos de mayor categoría en la carrera universitaria. Estas disparidades se dan, especialmente, en el personal catedrático y titular de la Universidade: a medida que se asciende en la jerarquía universitaria hacia puestos de liderazgo o responsabilidad, como las cátedras, las mujeres, presentes no obstante en la base, van desapareciendo “notablemente”.

Una coyuntura que, el informe sitúa entre “los desafíos persistentes en la igualdad de oportunidades de promoción y liderazgo para mujeres en el ámbito académico”, y que adscribe a “prejuicios y obstáculos sistémicos”. En el caso del personal administrativo, la proporción se invierte y el personal femenino es más numeroso, con el 63,23% de mujeres frente a un 36,77% de hombres en los puestos de responsabilidad.

El plan de igualdad que el Vicerrectorado correspondiente acaba de aprobar se apoya en varios ejes, con el objetivo de construir una Universidade más igualitaria. El primero de ellos abarca la gobernanza del ente, y recoge una serie de actuaciones que buscan “consolidar la posición de la UDC como universidad feminista y libre de violencias”. Un propósito que se busca a través de iniciativas como la formación de la comunidad universitaria en perspectiva de género, la celebración institucional de actos el 8 de marzo, el 11 de febrero y el 25 de noviembre, el rediseño de los pliegos de contratación para tener en cuenta esta perspectiva de género; así como los procedimientos internos de contratación. El nombramiento de personal específico de igualdad, la instalación de puntos violeta y la creación de colecciones de obras de autoras femeninas son otras de las iniciativas propuestas para paliar estos desajustes. Otras actuaciones se orientan específicamente en visibilizar la labor, el rol y los méritos de las mujeres en la institución académica, el fomento de nuevas vocaciones femeninas y del acceso de mujeres a puestos de liderazgo.

El plan pretende corregir ese desequilibrio estructural que rige, desde hace décadas, las aportaciones de hombres y mujeres a la creación de conocimiento, su difusión y su incorporación a currículo. Así, pretende “darle impulso a la incorporación de la perspectiva de género” en los ámbitos de metodología, visibilidad y reconocimiento de las aportaciones de mujeres. Un eje fundamental del Plan, detalla el informe, estriba precisamente en la sensibilización y la pretensión de dar a conocer el propio plan, sus iniciativas y sus propósitos, por lo que recoge acciones formativas, el fomento del asociacionismo feminista y la promoción del lenguaje no sexista. Asimismo, desde la UDC sitúan la prevención de la violencia de género y la intervención frente a esta como el punto “más crucial” de todo el plan, que llama a tener en cuenta también las necesidades de conciliación de las mujeres de la institución, en quienes, tradicionalmente, recaen las tareas de cuidados. Asimismo, la Universidade llevará a cabo un proceso de seguimiento y observación para “controlar el cumplimiento” de los objetivos y las medidas, una labor que desempeña la Comisión de Seguimiento y Evaluación, en colaboración con otros órganos de la institución.

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