El traslado de la terminal de San Diego, un plan atascado 20 años para el que se propuso Vío

Los convenios de 2004 y el protocolo firmado ahora para la reordenación de los muelles recogen la reubicación de la estación de mercancías, pero la única medida planteada en la zona de Pocomaco no ha tenido avances

Madera apilada en la terminal de mercancías de San Diego.

Madera apilada en la terminal de mercancías de San Diego. / Carlos Pardellas

“Los terrenos de la actual estación de ferrocarril de San Diego (...) han perdido gran parte de su funcionalidad, de manera que también se estima procedente, desde Renfe, su desafectación, previa reposición de las instalaciones ferroviarias existentes en un nuevo emplazamiento”. Los convenios de 2004 por la reordenación urbanística de los muelles vinculada a la construcción del puerto exterior reflejaban con estas palabras la necesidad de obtener fondos para trasladar la terminal de mercancías a una nueva ubicación. El protocolo que este miércoles firmaron en María Pita el Concello, el Estado y la Xunta para reordenar la fachada marítima de A Coruña recoge, prácticamente en los mismos términos, el “traslado y reposición” de la infraestructura ferroviaria, una operación para la que reconoce la necesidad de hacer un “esfuerzo inversor”, esto es, pagar a Adif por la mudanza. Ninguno de los documentos (convenios y protocolo) contienen plazos y la previsión de situar la nueva terminal en una zona entre los polígonos de Pocomaco y Vío que el Estado manejaba en 2015 no ha experimentado avance alguno.

El presidente del Puerto, Martín Fernández Prado, dijo el miércoles que el traslado de la estación de San Diego y de la actividad industrial en esta zona permitirá la “mayor operación urbanística de la historia de la ciudad”. Hace menos de un año, en septiembre pasado, la entidad que preside había remitido una carta al comisionado del Corredor Atlántico ferroviario en la que exigía definir y abordar la reubicación de la actual terminal de San Diego. “No podemos quedarnos sin estación de mercancías, hay que buscar una estación a nivel metropolitano”, aseguraba entonces la Autoridad Portuaria.

El desbloqueo institucional al diseño del borde marítimo de la ciudad ha concentrado voluntades políticas alrededor de un protocolo o declaración de intenciones que, como señaló el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, “hay que empezar a concretar”, entre otras cosas para “saber qué hacer con esos espacios que quedan liberados en los muelles”. Uno de los aspectos que necesitan concreción es ese nuevo emplazamiento de la estación de mercancías de San Diego acordado hace veinte años y ratificado ahora.

Vista aérea de las instalaciones del muelle de San Diego.

Vista aérea de las instalaciones del muelle de San Diego. / Víctor Echave

Entre Vío y Pocomaco. Fomento planteó en 2015 el diseño de una nueva terminal para el tráfico comercial en una zona situada entre ambos polígonos empresariales, según informaron entonces fuentes conocedoras el proyecto. Se había empezado a trabajar en ello, pero sin plazos ni presupuesto, y en los años posteriores no hubo partidas consignadas en las cuentas estatales. La ubicación sería frente a un apartadero de trenes de Pocomaco, en desuso desde hace años, y al otro lado de la vía férrea del Eje Atlántico. Fomento construiría una playa de ocho vías de unos 800 metros de longitud para poder realizar obras de acoplamiento y desacoplamiento de vagones, de manera que la terminal tendría una importancia capital a la hora de recibir mercancías procedentes del puerto exterior.

Dos años después, Fomento y el Concello pactaron una permuta de terrenos. A cambio de que la administración local pudiese disponer de suelo para construir la terminal de autobuses de la estación intermodal —obra de la que se encarga la Xunta—, el ministerio obtenía la cesión de parte de las parcelas municipales del polígono de Vío, que Adif ocupaba desde 2007.

Solo madera en San Diego

El planeamiento urbanístico, aprobado en 2013, reservaba en este suelo entre Pocomaco y Vío unos 47.000 metros cuadrados para usos ferroviarios. Así quedaría sin actividad la estación de San Diego, que de forma progresiva ha ido perdiendo tráfico. Hoy en día esta terminal recibe madera y sirve de apoyo técnico a los productos que salen directamente del puerto interior en trenes con cereales y bioetanol, pero en la zona ha llegado a desaparecer por completo el tráfico de contenedores.

Al “dejar de ser necesarios” determinados terrenos del Puerto y de Renfe en San Diego, la obtención de fondos para “la construcción de nuevas infraestructuras portuarias y ferroviarias” aparece en los convenios de 2004, aunque lo que se obtuviera por su venta no se dedicaría a reducir la deuda del Puerto por la construcción de punta Langosteira, al tratarse de una propiedad del administrador ferroviario Adif. El protocolo de 2018 firmado por la Xunta y el Ministerio de Fomento, sin contar con el Concello, y que consolidaba los acuerdos de 2004, mantenía la previsión de vender la estación de San Diego después de su traslado, a lo que se oponían el BNG y Marea Atlántica, entonces en el Gobierno local. Pero esa “reposición” de la infraestructura carece de concreción, y aunque de nuevo figura en otro protocolo, el firmado esta semana entre Estado, Xunta y Ayuntamiento, ningún representante institucional aludió al diseño concebido hace nueve años entre los polígonos de Vío y Pocomaco.

Parece clara, por tanto, la intención de que la estación de mercancías cambie de ubicación, una postura que contrasta con la propuesta que sobre ella planteaban las Líneas Estratégicas para la Reordenación del Espacio Portuario que el Concello encargó a la Universidade da Coruña en 2020. Este documento preveía el soterramiento de la línea ferroviaria para que la terminal de San Diego fuera usada por viajeros metropolitanos y se convirtiese en un edificio multiusos con el doble de superficie.

La comisión para transformar el borde marítimo, en junio

La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, avanzó ayer que la comisión para definir la ordenación de la fachada marítima se constituirá “el próximo mes”. Tras la firma entre el Ayuntamiento, la Xunta y el Estado de un protocolo para sentar las bases de la transformación de los muelles urbanos, Rey presidirá esta comisión, en la que estarán presentes el resto de administraciones implicadas y los grupos municipales. “Ahí empezaremos a trabajar en el diseño de la fachada marítima interior, con la vista puesta en la desafectación de los terrenos, que se irá produciendo paulatinamente en el corto plazo. Entre todos diseñaremos cómo va a ser ese proyecto”, comentó Rey. Sobre la deuda de la Autoridad Portuaria, la regidora explicó que el ministro de Transportes, Óscar Puente, habló hace unos días de su “reestructuración”, por lo que “se abre un nuevo escenario para garantizar la viabilidad del Puerto”, aunque evitó dar detalles. El objetivo, insistió, es “mantener la titularidad pública” de los muelles, “garantizar las actividades portuarias y mantener la solvencia de la Autoridad Portuaria”.

Vecinos de Os Castros

La asociación vecinal Oza Gaiteira Os Castros expresó ayer su recelo hacia el protocolo entre administraciones, al interpretar que la reestructuración de la deuda supone la intención de “hipotecar parte de la ciudad para asumir el coste del puerto exterior”. “Estimamos que todos los organismos deben lograr un acuerdo definitivo para anular todos los convenios firmados hasta ahora, de espaldas a los vecinos, con el fin de que una nueva modificación del plan general asegure la titularidad pública y el uso cívico de todos los espacios portuarios dentro del concepto de la economía productiva y sostenible”, expresa la asociación vecinal, que denuncia “opacidad” respecto a los planes en San Diego y reclama a las administraciones la creación de un “consorcio” que garantice “que todos los muelles sean públicos”.

Suscríbete para seguir leyendo