Polideportivo

“¿Messi o Modric?”

El argentino del Liceo Fabrizio Ciocale y el croata del Leyma Goran Filipovic, cara a cara horas antes de la semifinal del Mundial que enfrenta a sus países

Fabrizio Ciocale, jugador del Liceo, con una camiseta de Argentina, y Goran Filipovic, del Leyma, con una sudadera de Croacia. |  // CARLOS PARDELLAS

Fabrizio Ciocale, jugador del Liceo, con una camiseta de Argentina, y Goran Filipovic, del Leyma, con una sudadera de Croacia. | // CARLOS PARDELLAS / María Varela

Las semifinales del Mundial también se juegan en el Palacio de los Deportes de Riazor. Es la casa del Liceo y del Leyma y aunque el hockey sobre patines y el baloncesto son las verdaderas pasiones de sus jugadores, es imposible no dejarse arrastrar por la corriente, sobre todo a estas alturas, cuando se ve tan de cerca la estatuilla dorada. Esta noche, cuando salten al campo Argentina y Croacia buscando un puesto en la final, el verdiblanco Fabrizio Ciocale y el naranja Goran Filipovic serán dos más de los aficionados que alienten a sus selecciones. El argentino tiene cita con su compañero Fran Torres en el conocido bar al que acuden sus compatriotas a ver los partidos. La comunidad croata en la ciudad es menor y el base buscó apoyo balcánico en el serbio del Leyma Djordje Simeunovic. “Como a Serbia ya la eliminaron en la fase de grupos, ahora va con nosotros y quedaremos para verlo”, apunta Filipovic. “Vais a ganar”, le dice Ciocale cuando se encuentran, “estoy convencido de que este año seréis campeones del mundo”.

Están de acuerdo en eso. Bien por superstición, bien por convencimiento, el del Liceo pasa la presión al bando contrario. “Va a ser un partido muy disputado. Croacia es un equipo que viene armado y que lleva jugando junto desde hace bastante tiempo. Tiene todas las de ganar. Argentina no pasa a la final”, indica. Filipovic también lo cree. “Pasará Croacia, por supuesto. Con prórroga, por supuesto. Y en los penaltis, por supuesto. Como siempre”, bromea en inglés porque dice que si aprendizaje del español va despacio —salvo las “palabras feas”, que es lo primero que se aprende—. Y los dos también coinciden en elogiar a las estrellas de sus equipos. “Yo me quedo con Messi, obviamente. Desde chiquito fui de Messi. Siempre lo voy a elegir a él, pero reconozco que a Modric le tengo un gran respeto como deportista”, asegura Ciocale y el del Leyma opina que aunque objetivamente Messi sea mejor, él se queda con el producto nacional, Modric.

En cuanto a las claves del partido, Flipovic cree que a su selección le benefició el hecho de ir sin grandes expectativas e ir creciendo poco a poco. “Hay muy buen ambiente, saben que tienen a todo el país cien por cien apoyándoles... y ahora vamos a por el oro que se nos escapó hace cuatro años”, señala y aconseja que para ganar “hay que hacer un buen partido defensivo y aprovechar alguna de las ocasiones en ataque”, pero también tener mucho cuidado con “Messi y compañía”. Ciocale analiza que la fortaleza de ambos combinados es la resiliencia: “Croacia viene demostrando desde el pasado Mundial que resiste, llega a los penales y tiene esa frialdad de cerrar los partidos. Y Argentina ya lo demostró el otro día, es un equipo muy temperamental, es su fuerte. Todos van a por lo mismo. Están muy unidos. Y tienen al mejor jugador del mundo, que eso les da un plus arriba, creo que la mayoría de los goles pasan por él”.

Fabrizio Ciocale y Goran Filipovic.

Fabrizio Ciocale y Goran Filipovic. / CARLOS PARDELLAS

Esa actitud, esa garra de la que el jugador de hockey habla, es parte del arraigo cultural de su país. “Tenemos como sociedad mucho que aprender, pero hay una cosa que no nos puede quitar nadie y es por lo que nos caracterizamos: somos muy pasionales en todo lo que hacemos”. Y por encima de todo, el fútbol. “En Argentina es lo máximo. Y los jugadores de nuestra selección son nuestra cara visible, los que nos representan a nivel mundial. Así que pueden ser más o menos habilidosos, dotados, pero la garra nunca les falta”, subraya. Tampoco en su deporte. “Lo demostraron las tres selecciones en el Mundial —masculina, femenina y sub 19, campeonas en los World Roller Games—, jugaron con la camiseta en el pecho, el palo entre los dientes y muchos de los partidos los ganaron así”.

Filipovic desvela que el fútbol también es el deporte número uno en Croacia. “Se lleva toda la atención y todo el dinero. Está el fútbol y tres o cuatro peldaños por debajo, el resto”, explica. Aunque dentro del resto, el baloncesto está por delante. “Si quitáramos el fútbol de la ecuación, entonces sí que el baloncesto sería el número uno”. Y eso que el nivel deportivo en su país es altísimo. “Podemos estar orgullosos del deporte croata, sobre todo en cuanto a equipos: baloncesto, waterpolo, balonmano... hay mucho talento... pero la atención se centra toda en lo mismo”, se lamenta. Porque aunque ahora viven con pasión el Mundial, ni a Ciocale ni a Filipovic les gusta excesivamente el fútbol. “Hay deportes que me llaman más la atención porque son más dinámicos, pero el Mundial de fútbol es siempre el que más sigo”, reconoce el argentino. “Estos días sí... pero normalmente no sigo mucho el fútbol”, admite el croata pero sale bien del regate: “Sí se que el Deportivo es muy importante aquí”.

[object Object]

Fabrizio Ciocale regresó este año al Liceo después de un año en el Valdagno italiano. Llegó en un momento de cambio, de renovación de una plantilla que acababa de ser campeona pero que perdía a siete de sus piezas. Por eso, cree que pese a las tres derrotas en el inicio de la temporada, “el balance es súper positivo”. “Tenemos un grupo humano impresionante, una linda mezcla de gente con muchas ganas y con juventud y madurez”, analiza. “Los puntos que se nos escaparon fueron contra equipos más afianzados y descuidamos detalles. Para la segunda parte del año vamos a estar mejor preparados. Somos gente con mucha ambición y yo creo que va a ir todo para adelante”, anuncia. Para el argentino, tienen que mejorar en “cuidar los detalles”. “Marcan la diferencia y que distinguen los equipos que ganan de los que están casi por ganar”, dice. Y en lo individual, adaptarse a todos los roles dentro de la pista.

[object Object]

“Hemos tenido altos y bajos y ahora no estamos en el mejor momento de la temporada”, reconoce Goran Filipovic, “pero esta es larga y tenemos tiempo para llegar al nivel que queremos, hay unas expectativas altas y lucharemos para llegar a ellas”. Para el base croata, todo pasa por entrenar más duro y levantar la cabeza. “Oviedo y Gipuzkoa fueron las derrotas menos esperadas. Tenemos que aceptarlas, afrontarlas. Nadie en este momento puede ayudarnos más que nosotros mismos. Tenemos partidos por delante para demostrar que solo han sido dos partidos con mala suerte”, indica. Como receta, analiza que el equipo debe subir el nivel ofensivo y defensivo. “Individualmente tengo que ser más consistente para ser la persona que marque el ritmo y que haga mejores a mis compañeros”, se pone como meta para las próximas jornadas mientras sigue disfrutando de su experiencia en A Coruña: “Me encanta estar aquí, la ciudad me recuerda a la mía porque también hay mar y me siento muy cómodo. Y me encanta también la liga. Hay mucho talento y se sabe jugar al baloncesto a nivel táctico”.

Suscríbete para seguir leyendo