Baloncesto - LEB Oro

Triple oportunidad de revancha para el Leyma

Después de perder contra Gipuzkoa, se mide de forma seguida a tres de sus cuatro verdugos en la primera vuelta: Fuenlabrada (esta tarde, 19.00 horas) a domicilio y Cáceres y Menorca en casa

Ingus Jakovics, en el partido contra el Estudiantes.

Ingus Jakovics, en el partido contra el Estudiantes. / Carlos Pardellas

Solo cuatro equipos fueron capaces de ganar al Leyma en la primera vuelta de la LEB Oro. Los naranjas ya se tomaron la revancha con uno de ellos, el San Pablo Burgos —aunque sin recuperar el basquetaverage— y ahora el calendario le sirve una triple oportunidad de revancha, ya que se enfrenta consecutivamente a los otros tres: esta tarde al Fuenlabrada (Fernando Martín, 19.00 horas) y las próximas semanas recibe en el Palacio de los Deportes de Riazor a Cáceres (domingo 24) y Menorca (domingo 31). Lo afrontan, además, todavía con más ganas de resarcimiento después de perder su quinto partido del curso, el martes frente a Gipuzkoa, que cortó una racha de doce victorias seguidas. Lo que no les bajó, no obstante, del liderato. Mantienen un triunfo de ventaja frente a Estudiantes más el basquetaverage en el caso de empate y dos respecto al pelotón formado por Tizona, Lleida, San Pablo Burgos y Gipuzkoa. Aún hay margen de error en las diez jornadas que quedan. Pero lo mejor es no tener que gastar el comodín tan pronto y, sobre todo, retomar cuanto antes las buenas sensaciones.

“Llevábamos tiempo sin tener la sensación de una derrota dentro del vestuario. En ese momento fue un mazazo, sobre todo por cómo fue. No nos sentimos cómodos en ningún momento del partido”, reconoce Diego Epifanio sobre la derrota del martes. “Creo que hemos hecho muchas cosas bien durante el año, entonces tampoco nos tenemos que venir abajo, pero sí ser conscientes de que esta liga es muy dura. Ahora hay que levantarse trabajando y entendiendo cuáles son nuestras virtudes y dónde tenemos que hacer hincapié”, señala.

El Leyma sufrió un bloque ofensivo contra Gipuzkoa, una mezcla entre el mérito del rival, que encontró la tecla para hacer daño y frenar al mejor ataque de la liga, y la propia incapacidad para encontrar puntos cuando dejó de entrar el tiro exterior. “No creo que abusemos mucho del triple. Somos un equipo que tiene muchas opciones en ataque y evidentemente es un recurso”, se defiende el técnico burgalés. “Nosotros no entendimos que una opción podía ser seguir jugando, y sobre todo, no tuvimos acierto. Cuando te colapsan tanto se da esta situación. Ahora, a ver si somos capaces de entender que, cuando nos vuelva a pasar, la solución es la que llevamos trabajando desde el primer día”, valora.

Fuenlabrada ya encontró en su momento la manera de hacer daño al Leyma. De hecho, fue el primero y hasta el martes el único en ganar en el Palacio de los Deportes de Riazor (83-86). Su trayectoria, sin embargo, es muy diferente a la de los coruñeses. Recién descendido de la ACB, por plantilla y por historia, se esperaba que estuviese más arriba. Es decimoquinto, cuarto por la cola, con solo ocho victorias por 16 partidos perdidos, y necesita un par de triunfos que le permitan respirar con tranquilidad, alejando la zona de peligro. “Es verdad que la clasificación dice que han tenido muchas derrotas, pero tú miras el roster de Fuenlabrada y ‘madre de Dios’. Empezando por jugadores de Euroliga, por jugadores que han pasado por la liga y se han ganado luego el derecho de ir a ACB... Jugadores que en el mercado de verano eran muy codiciados por el resto de equipos y no les pudimos fichar”, confiesa. “Contra nosotros jugó increíble”, continúa, “lo que le puede dar esperanzas”.

Para intentar frenar cualquier atisbo de incendio, la clave siempre es empezar centrado desde el salto de centro. “Tenemos que intentar ser capaces de hacer un buen inicio, pero ellos tienen muchos puntos también. Si no somos capaces de hacer un buen inicio, tenemos que ser capaces de resetear en mitad del partido y competir e intentar llegar al final del partido con opciones. Esto se trata de trabajar nuestra cabeza y de que cada uno demos lo mejor de nosotros para ganar el partido. Si puede ser en los 40 minutos, perfecto. Si en algún cuarto no empezamos bien, a ponernos las pilas y entender cada uno de nosotros lo que el equipo necesita”, concluye Diego Epifanio.