Hockey sobre patines - OK Liga masculina

3-1 | Siempre el Palacio, siempre el Liceo

Los verdiblancos tiran de orgullo para imponerse a un Barça que llevada más de dos años sin perder en liga

La última vez había sido en A Coruña y también por 3-1

La última vez que el Barça había perdido en la OK Liga fue el 5 de marzo de 2022. 3-1 en el Palacio de los Deportes de Riazor, que más tarde ese año vería levantar la liga a los suyos. Más de dos temporadas después, vuelve a ser A Coruña la que acaba con la hegemonía azulgrana. Otro 3-1. La liga necesita al Liceo. A un Liceo fuerte. Que le dé salsa a la competición. Que no sea un paseo del de siempre, que hay que decir que llegó tocado con tres importantes bajas (Sergi Fernández, Pau Bargalló y Xavi Barroso). El conjunto de Juan Copa saca el orgullo. La competitividad es su razón de ser. Sigue en la pelea por la segunda plaza. Pero además lanza el aviso de que no se conforma con las migajas.

Mucha igualdad en la primera parte. Los dos equipos salieron sin especulaciones, sobre todo el Liceo. También era el que más se jugaba. Y tuvo las primeras ocasiones, obligando a Carles Grau a tener que intervenir en varias ocasiones, sobre todo a disparos de Dava Torres. El capitán fue además el que tomó la responsabilidad cuando a los cuatro minutos, Ignacio Alabart vio tarjeta azul. Torres tiró raso, intentando sorprender a su excompañero por abajo, pero respondió bien el meta azulgrana. También el portero local pudo lucirse en varias intervenciones clave porque se notaba que el Barça, con bajas, quería ponerse delante antes de que comenzaran las rotaciones.

También movió el banquillo Juan Copa. Entraron Pablo Cancela y Tomas Pereira. El portugués mandó varios obuses dirección a las redes que llegaron a su destino desviados por muy poco. Al coruñés le tocó pelearse contra todos en el área, de palomera. Se llevó golpes por todos los lados. Y encima, una azul por repetidas protestas. Compartida la tarjeta con Eloi Cervera. Subía la temperatura y los decibelios. Y también el nivel de juego. Los verdiblancos resistieron cuando les tocó descansar a Torres y César Carballeira, siempre el pulmón sobre la pista. Y en la recta final de la primera parte se desataron las hostilidades. Palo de João Rodrigues para el Barça en su ocasión más clara. Otro para Guido Pellizzari en una ofensiva liceísta en la que el argentino pudo volver a marcar pero su bol a se marchó rozando el larguero. Después lo intentó Fabrizio Ciocale. El Liceo se fue al descanso con mejores sensaciones, pero faltaba el gol, y con ocho faltas como amenaza, lo único en lo que no hubo igualdad (tres el Barça).

En un inicio del segundo tiempo más pausado, a los coruñeses les cayó demasiado pronto la novena. Así que aceleraron los locales para ponerse por delante antes de la bola parada. Torres encontró el pase al área, primero con Ciocale y después con Ricart como asociados. A la tercera el capitán chutó y pilló desprevenido a Grau para batirle por abajo. Poco tiempo tuvo para celebrar porque un minuto después los árbitros señalaron la décima al Liceo. Ignacio Alabart anotó con maestría la directa.

El Barça disfrutó de sus mejores minutos. Hasta entonces no le había salido ninguna de sus asociaciones y Alabart conectó con Rodrigues en el área que llegando desde atrás tiró demasiado alto. La azul, la segunda a Pablo Cancela, fue el momento más crítico. Alabart, que acababa de marcar una directa, volvió al punto. Pero Martí Serra le tapó el camino. En inferioridad, el Liceo resistió un auténtico asedio. Cuatro gigantes amenazando su portería, cada vez más cerca. Pero con los jugadores verdiblancos multiplicándose en tareas y con Serra como el último guardián. Después de hacer lo más difícil tocaba rematar. El encargado fue César Carballeira. Su entrega no entiende de reservas. Principalmente atrás. Pero este año además marca. Y de qué manera. Anotó el 2-1 con un disparo y después el 3-1 de penalti. Quedaban 3 minutos y 16 segundos. El Barça presionó con todo. Pero dos años después le tocó volver a perder en Liga. Y por supuesto, fue en el Palacio de Riazor.