La perseverancia del Oleiros tiene premio

Los sectores de clasificación para los Campeonatos de España confirmaron la tendencia de los últimos años. La base del hockey gallego está dominada principalmente por dos clubes de canteras ligadas a colegios coruñeses, Compañía de María y Dominicos. A ellos les empieza a dar caza el Oleiros, que consiguió en alevín la primera clasificación nacional en su corta vida. Histórico fue también el pleno de los de Riazor, campeones en las cuatro categorías: alevín, infantil, juvenil y júnior. En tres logró el billete el conjunto de la Ciudad Vieja. No hubo sitio para nadie más. Ni de Galicia. Ni de Asturias. El Liceo fue el que se quedó más cerca, con tres derrotas en semifinales que le dejaron sin el ansiado premio.

Compañía y Dominicos ya son expertos. “Compañía siempre ha estado ahí. Y Dominicos está trabajando muy bien con gente de la casa”, analiza Martín Payero. Él sí que es un veterano. Con 46 años jugó esta temporada en la OK Plata con el Ordes y aún tuvo tiempo para entrenar al equipo alevín del Oleiros, en el que juega su hijo Nico. El ex de Liceo, Barcelos, Cerceda y Dominicos encabeza el éxito que el club llevaba varios años persiguiendo y que se ha convertido en un premio a la perseverancia.

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“Somos un club nuevo, sin la base ni los recursos que te da tener un colegio detrás, ni toda la base de patinadores que puede aportar”, indica el argentino, que destaca el espíritu familiar que guía al Oleiros: “Es un club hecho a base del trabajo de los padres”. Uno de ellos ya fue su primer presidente. “Si no fuera por la locura de Jorge Estébanez, hoy no estaríamos aquí”, se acuerda de él. Y empezando desde abajo, con una apuesta decidida por la base, arrancó el despegue. Cada vez más fichas. Cada vez más categorías. Primeras clasificaciones para finales a cuatro gallegas. Primeras veces en sectores nacionales. Y ahora, el primer Campeonato de España. “Se está trabajando muy bien a nivel de base, vamos por el buen camino y esperemos que sea el primero de muchos. En esto tiene mucho de culpa Hugo Sobral, que es el coordinador y es muy fácil trabajar con él”, apunta.

Cuando Jacobo Copa nacía, Martín Payero ya goleaba

Payero sabe de hockey, pero da sus primeros pasos como entrenador. “Me da una satisfacción enorme ver cómo mejoran cada día. Es un grupo que quiere aprender”, dice y reconoce que le cuesta encontrar el límite a la exigencia. Ya como jugador tiene en estos últimos años un poco ese rol de apadrinar a los jóvenes. “Ahora el objetivo es disfrutar pero compitiendo, asentar nuestra filosofía de la cultura del esfuerzo. Nada es gratis”, concluye.