Os Mallos y Sagrada Familia es el distrito de la ciudad con más viviendas de uso turístico

Los propietarios niegan que las 706 del municipio sea un número excesivo y que haya saturación en algún barrio | Achacan la proliferación en el casco histórico a la baja rentabilidad del alquiler tradicional tras una rehabilitación

Vista de los barrios de Os Mallos y la Sagrada Familia, con la avenida de Arteixo en el centro.

Vista de los barrios de Os Mallos y la Sagrada Familia, con la avenida de Arteixo en el centro. / Carlos Pardellas

Los barrios de Os Mallos y Sagrada Familia, que conforman el distrito postal número 7, son los que concentran en la actualidad un mayor número de viviendas de uso turístico, contabilizadas en 114 según los datos de la Asociación de Viviendas de Uso Turístico de Galicia (Aviturga). Este colectivo de propietarios cifra en 706 las disponibles ahora en todo el municipio, en el que el distrito 1, integrado por la Ciudad Vieja y la parte de la Pescadería más próxima a ella, es con 111 el segundo en el volumen de estos alojamientos.

A continuación, con 109 se halla el resto de la Pescadería, mientras que Monte Alto, con 100, le sigue en número de viviendas de este uso. Ya a considerable distancia se encuentra el distrito 11 con 62, aunque hay que tener en cuenta su amplitud territorial, ya que está formado por Riazor, Os Mariñeiros, Visma, Labañou y Os Rosales. O Castrillón y A Gaiteira, con 42 viviendas, integran el siguiente distrito en cuanto a número de alojamientos, seguido de cerca por el de Riazor y una parte del Ensanche con 40, el mismo número que el resto de ese último barrio con el de A Falperra.

Entre Cuatro Caminos y Os Castros suman 37 viviendas, mientras que en Agra do Orzán y O Ventorrillo se registran 29. Los distritos con menor número son el formado por Elviña, Barrio de las Flores y Lonzas con 17, Novo Mesoiro con tres y A Zapateira con dos.

Aviturga niega que se produzca una concentración excesiva de viviendas de uso turístico en ninguna parte de la ciudad y para respaldarlo cita que en toda la ronda de Outeiro hay solo 13, el mismo número que en toda la avenida de Fisterra. En las rondas de Nelle y Monte Alto existen tres y cuatro respectivamente, al tiempo que en Juan Flórez y San Andrés se contabilizan cinco y en todo el paseo marítimo seis. En la plaza de Pontevedra hay una, mientras que en las de Galicia y Vigo no hay ninguna registrada.

Rafael Serrano, vicepresidente de Aviturga, recuerda que la legislación prevé que en caso de que se produzca una concentración excesiva de estas viviendas en una zona se pueda modificar el plan general para evitar la saturación pero considera que A Coruña está “lejísimos” de llegar a ella en comparación con otras ciudades. También destaca que en Galicia solo el 15% de las viviendas turísticas está en las ciudades y aclara que las situadas en edificios dedicados en su totalidad a este uso son en realidad apartamentos turísticos, cuyo funcionamiento es idéntico al de un hotel, negocio al que asegura que nadie critica cuando se anuncia su apertura.

Marea Atlántica reclama la elaboración de una regulación municipal sobre esta actividad. Pese al rechazo del Gobierno local a su creación, la legislación autonómica y las sentencias del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia reconocen que los ayuntamientos pueden hacerlo, cerrar los pisos que no cumplan las normas y exigir permisos para su apertura. Para Marea Atlántica, el número actual de viviendas de uso turístico es excesivo y afecta al mercado del alquiler tradicional, por lo que intentó proponer en el pleno de este mes que se suspenda durante un año la autorización de nuevos pisos mientras se confecciona una normativa municipal, aunque la alcaldesa le impidió hacerlo.

Para Aviturga, el destino de viviendas al turismo contribuye a la rehabilitación porque en muchos casos a los propietarios no les compensa la inversión que deben realizar si es para el alquiler tradicional. Serrano replica a la crítica de la proliferación de estas viviendas en el casco histórico con que “a lo mejor en esas casas no quiere vivir nadie” porque se encuentran en zonas ruidosas, son más pequeñas de lo normal o su rehabilitación obliga a cumplir muchos requisitos, lo que hace que muchas estén en situación de abandono.

También desvincula la escasez de viviendas de alquiler tradicional de las turísticas, ya que estima que la primera se deriva de que “todo lo alquilable se ha alquilado ya” y advierte de que es “un mercado paralelo al turístico”, por lo que descarta que el problema del alquiler se solucione con la desaparición del turístico.

Serrano destaca además que de las 706 viviendas de uso turístico de la ciudad, 575 —el 75% del total— pertenecen a personas diferentes, por lo que rechaza que sea un negocio copado por grandes empresas. “Mucha gente tiene una vivienda libre y decide dedicarla al alquiler turístico porque necesita esos ingresos para poder vivir o completar su nivel de vida”, afirma el vicepresidente de Aviturga, para quien esta actividad exige “muchísimo trabajo” a los propietarios requiere inversión porque los clientes comparan y se hay malas críticas no se alquilan.

“Atraemos un montón de dinero de personas que optan por este nuevo modo de viajar”, pone de relieve sobre el impacto económico de esta actividad, de la que dice que “no se puede demonizar”, ya que, además, no se realiza durante todo el año. La mayor rentabilidad que se obtiene frente al alquiler tradicional se compensa, según la asociación de propietarios, con una fiscalidad más elevada sobre las rentas obtenidas.

El número de viviendas de uso turístico en A Coruña creció hasta el 1 de diciembre del año pasado un 23,4% sobre la misma fecha de 2021. La oferta existente supera a la de pisos de alquiler tradicional, aunque Aviturga rechaza esa comparación y plantea que se haga con relación al volumen total del mercado, que calcula en 40.000 entre las vacías y alquiladas.

De las 706 viviendas de uso turístico coruñesas, solo el 71% abonan la tasa municipal de recogida de basuras fijada para estos alojamientos, de un mínimo de 66,86 euros y que Aviturga rechaza porque se aplica a establecimientos hosteleros. El Gobierno local afirma que realiza controles en los edificios para localizar las viviendas que infringen la normativa.

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