Las fuentes que contaminan el agua del Puerto: combustibles de barcos y descargas de grano

La Autoridad Portuaria defiende que la calidad “es buena”, aunque la presencia de fósforo supera el valor límite | Los ecologistas señalan que los hidrocarburos de los ‘sentinazos’ reducen la fertilidad de las especies marinas

Aguas de la Dársena de A Coruña, en los muelles interiores de la ciudad.   | // VÍCTOR ECHAVE

Aguas de la Dársena de A Coruña, en los muelles interiores de la ciudad. | // VÍCTOR ECHAVE / Enrique Carballo

Las descargas de graneles sólidos, los combustibles que se vierten por accidente desde las embarcaciones y los productos que llegan, disueltos en el agua, a través de las redes de drenaje o del río Monelos. Estas son las “principales causas de deterioro” de las aguas portuarias coruñesas que enumera la última Memoria de Sostenibilidad del Puerto, correspondiente a 2022. La Autoridad Portuaria defiende que la calidad del agua “es buena”, que se vigila periódicamente y que cumple con los parámetros exigidos, pero las asociaciones ecologistas recuerdan que los vertidos, especialmente los de hidrocarburos, suponen un peligro para el ecosistema marino.

Fuentes del Puerto afirman que los vertidos de combustibles, que la memoria focaliza en la dársena de Oza, son “accidentales, no operacionales”, y que se pueden producir al repostar o porque se dé “alguna situación anómala en algún buque pesquero o náutico”. Pachi Lueiro, presidente de la agrupación ecologista Arco Iris, que ha denunciado en otras ocasiones la contaminación del Puerto, señala que además de que “siempre hay escapes o derrames”, los barcos “purgan motores” antes del inicio de la temporada. Esto es algo “rutinario”, pero recuerda que supone “una contaminación por hidrocarburos y por aceites usados”.

El biólogo Xandro García, miembro de la asociación ecologista Adega y experto en invertebrados, insiste en que estos vertidos son “un problema grave para los hábitats marinos”, pues, aunque parezcan de poca entidad, son recurrentes. “Cuando hablamos del tema siempre se nos viene a la cabeza los grandes vertidos de petroleros, el Egeo, el Prestige, que causan una mortalidad grande, pero el Prestige solo aumentó la contaminación un 10% por encima de la anual”, explica García, que denuncia que “los hidrocarburos llegan de manera constante por los sentinazos, o por el uso de motores diésel, que van perdiendo siempre algo”.

Es un “goteo que no llega a matar, pero causa distorsión” en la vida de las especies, con consecuencias negativas como la “poca fertilidad y menos esperanza de vida: es muy difícil cuantificarlo a nivel científico, pero existe y provoca una alteración del medio marino de la que no somos plenamente conscientes”.

En cuanto a los graneles sólidos, esta categoría hace referencia a los materiales que se transportan a granel, sin estar envasados. Actualmente, en el puerto de A Coruña, se trata sobre todo de materias vegetales, como grano y soja, tras el fin de las descargas de carbón. Causan problemas, afirma la memoria, tanto en los muelles de interiores de San Diego y el Centenario como en el puerto exterior de punta Langosteira.

Desde Arco Iris, Lueiro explica que la manipulación de la soja o el maíz en Langosteira genera polvo en suspensión que se ha detectado en la playa de Alba, en Sabón. “El producto es en principio inerte, pero puede generar fangos en el fondo de las dársenas que hacen que la vida animal se vaya al garete”, indica, al tiempo que denuncia que se sigue llevando el grano “con grúas entre el barco y el camión, como se hacía hace veinte o treinta años”. Xandro García señala que el polvo de cereal cambia el ecosistema, con un “aumento de animales oportunistas que se alimentan de detritos”, y también considera que las descargas de piedra en el puerto “pueden afectar de alguna forma, aunque no tenemos ningún estudio” sobre cómo.

Fuentes de la Autoridad Portuaria argumentan que en todos los puertos hay “pequeños vertidos” e indican que todas las empresas que operan con graneles en A Coruña tienen que adherirse a un código de conducta ambiental, con medidas como “hacer las descargas a un ritmo adecuado y con las cucharas cerradas, para evitar que caigan restos de mercancía al muelle”.

En el puerto interior “apenas se mueven ya graneles sólidos”, y en Langosteira, promete la Autoridad Portuaria, “esta situación mejorará de forma importante a muy breve plazo con la instalación de cintas automáticas y cerradas para la descarga de los graneles desde los buques hasta los almacenes de las empresas”. La empresa Terminales Marítimos de Galicia pondrá en funcionamiento próximamente este sistema en sus instalaciones del puerto exterior.

En cuanto a la contaminación procedente del río Monelos, que desemboca en San Diego, el Puerto señala que “procede de la ciudad” y Adega señala que no tiene conocimiento sobre los efectos que puede causar, aunque sí indica que los vertidos desde tierra han disminuido con respecto a hace años. Desde Arco Iris indican que los problemas del río Monelos se originan en la zona de Mesoiro, con contaminación de “vertidos, aguas fecales, pozos negros, escapes de alcantarillado” y señala que la vigilancia le corresponde a Augas de Galicia, a la que pide más medidas de vigilancia.

Mediciones de contaminantes

A lo largo del año pasado, el Puerto realizó 59 campañas para revisar la calidad de las aguas del Puerto, cuyos resultados figuran en la memoria. En la mayoría de los casos, 42, las mediciones respetan los valores límite, pero no siempre. Es especialmente llamativa la presencia de fósforo, que en las siete mediciones realizadas supera la concentración que debería tener, de 200 miligramos por kilo de agua o menos, y en una ocasión la quintuplica, pasando de 1.000. Además, tres de las mediciones detectaron una mayor concentración de la permitida de carbono orgánico, cuatro de oxigeno y tres de los hidrocarburos en superficie.

La Autoridad Portuaria insiste en que “tanto en el puerto interior como en el exterior se cumplen los parámetros que marcan las directivas europeas y Augas de Galicia”, y resalta que en los muelles de la ciudad, con motivo de la apertura del baño en O Parrote, “han aumentado los controles y los resultados son positivos”. “La calidad de las aguas se controla periódicamente, varias veces al año, y es buena”, aseguran fuentes del Puerto de A Coruña, que afirman también que este está “a la cabeza de España en cuestiones ambientales, y mejora cada año”.

El Puerto señala también que tiene en marcha “numerosas medidas” para controlar y minimizar los vertidos. La memoria menciona varias, como la adopción de códigos de conducta ambiental y de convenios de buenas prácticas la “mejora” en la dotación de medios para luchar contra vertidos accidentales. A lo largo del año pasado, el Puerto invirtió 1,15 millones en el medio ambiente, un 3,35% de sus gastos de explotación, y un tercio de la plantilla recibió formación en este ámbito. Los gastos en limpiar la lámina de agua fueron el de algo más de 150.000 euros.

El Puerto tiene dos embarcaciones para luchar contra la contaminación: una “lancha rápida” que realiza la inspección y detecta los focos de contaminación, y una embarcación acondicionada para la recogida de sólidos y de líquidos que floten por encima de las aguas. De acuerdo con la memoria de sostenibilidad del año pasado, esta sale de manera diaria y en 2022 recogió algo menos de 34 toneladas de residuos sólidos (cerca de 93 kilos al día), frente a los 39 de 2021 y los 56 del año de la pandemia.

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