Hockey sobre patines

El singular mundo de los porteros

El argentino Iván Jaquierz, entrenador del Porto, pasó por A Coruña para una de sus tecnificaciones

Jaquierz da explicaciones a los participantes. |  // CARLOS PARDELLAS

Jaquierz da explicaciones a los participantes. | // CARLOS PARDELLAS / María Varela

Para ser portero hay que tener un carácter especial. Sea en el deporte que sea. Pero un poco más en el hockey sobre patines, agachados bajo la portería, en una postura completamente antinatural y como receptor de auténticos misiles tanto en los entrenamientos de sus compañeros como en los partidos de los rivales. Su figura ha ido cogiendo peso con el paso de los años para convertirse en una de las piezas clave de cada equipo. Ya lo sufrió, por ejemplo, el Liceo en la final de la Copa del Rey contra el Barça del pasado fin de semana con un Sergi Fernández en estado de gracia. Los guardametas pueden decidir partidos. Pero muchas veces han sido los grandes olvidados. El argentino Iván Jaquierz es uno de los mayores especialistas en el entreno de porteros. Trabaja para el Porto, pero tiene una escuela, Gardaredes, con la que imparte tecnificaciones por diversos lugares. Una de sus últimas paradas fue en A Coruña, donde además defendió la portería durante una temporada (2006-07), y donde compartió con una veintena de porteros sus métodos y experiencias.

Los participantes en las jornadas para porteros impartidas en A Coruña por el argentino Iván Jaquierz. |  // CARLOS PARDELLAS

Los participantes en las jornadas para porteros impartidas en A Coruña por el argentino Iván Jaquierz. | // CARLOS PARDELLAS / María Varela

“Ha habido mucho desarrollo en el mundo de los porteros, sobre todo a nivel de técnica individual, que ahora por ejemplo pueden jugar mucho más desde el suelo. Cuando yo lo estaba dejando solo se empezaba, pero nada que ver con lo de ahora, que se ve con muchísima más frecuencia”, explica sobre cómo ha evolucionado el rol de los guardametas. “En la formación todavía falta mucho en cuanto al entrenamiento de porteros, se ve en cualquier sitio al que vayas, España, Portugal, Italia, Argentina... la formación de los porteros hasta los 17 años es muy pobre. Estoy seguro que también es porque todavía no hay muchos entrenadores, aunque también cada vez hay más”, continúa su evaluación de la situación. Muchas veces el problema incluso es de raíz, porque se elige para portero al niño o a la niña que peor patinan. A veces es directamente un castigo. “Es un gran error. Muchas veces al niño que patina peor, o al que lo quiere dejar, le ofrecen que sea portero porque es más tranquilo... y al final es todo lo contrario, porque según pasan los primeros niveles de formación su importancia es cada vez mayor a nivel juego. Pero sí que hay pocos casos de niños que llegan y desde el minuto uno quieren ser portero”, indica el argentino.

Porque para ser portero, hay que tener algo especial. “Tenemos ese aura sí”, se ríe, “sobre todo del de hockey sobre patines, aunque yo creo que es en general”. Un rasgo de carácter necesario para sobrevivir a la responsabilidad del cargo. “Hay que tener una personalidad mínimo fuerte y desarrollar bien la parte mental. En los 8 o 10 años que puede llevar la formación de un portero, hay momentos muy duros. Porque está muy aislado del juego, de sus compañeros... si está en un equipo bueno va a tener poco trabajo, si está en un equipo más flojo, va a necesitar mucho de él...”, reconoce. En cuanto a las condiciones físicas, destaca la coordinación y tener un buen patín y por último, “echarle muchas ganas”. La edad ideal para empezar, según Jaquierz, es lo más pronto posible. “En este deporte, cuanto antes mejor. La edad media a la que se inicia un niño suele ser los cinco años y desde que ya sabe patinar ya puede meterse a portero, aunque el principal problema es que el material, además de caro, es muy pesado. En eso es algo en lo que todavía tenemos mucho que mejorar”, destaca.

Otro hándicap para la formación de los porteros era la falta de especialización. Muchas veces los porteros en los porteros se limitaban a ponerse bajo los palos y ser simplemente un saco para recibir las bolas de sus compañeros. “Lamentablemente ha sido así toda la vida y aún sigue siéndolo, pero ahora se trabaja cada vez más y se es más consciente de su importancia”, confirma y da un dato: “Cuando en 2016 empecé con el proyecto de Gardaredes, dábamos unas charlas y en la primera diapositiva había una balanza y le preguntábamos a los entrenadores y a los que asistían cuánto tiempo se dedicaba a los porteros y la mayoría contestaba que solo el 20% de los que se debería”. En solo siete años la situación ha cambiado. “Aún no al mismo nivel que el hockey en general. Aún falta mucho para que en cada club haya un entrenador de porteros y que este sea profesional y pueda vivir de ello. En la liga de Portugal, que es la mejor hoy en día, lo tendrá el 50% como mucho”, añade. Así los porteros mejoran y con eso, su importancia. “Se puede ver en el Porto. Malián —también ex del Liceo— hizo una temporada brillante y sin él no hubiésemos podemos conseguir los títulos. Y si queremos repetirlo este año, dependemos de él. Y lo sabemos y por eso dedicamos muchos recursos, muchas horas, en formar a los porteros”, concluye Jaquierz.

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