baloncesto - LEB Oro

El Leyma busca su relanzamiento ante Menorca

La derrota de San Pablo alimenta sus aspiraciones

Diagne busca dar un pase rodeado de jugadores del Cáceres en el último duelo en el Palacio. |  // M. MIRAMONTES

Diagne busca dar un pase rodeado de jugadores del Cáceres en el último duelo en el Palacio. | // M. MIRAMONTES / Carlos Miranda

Carlos Miranda

Carlos Miranda

El Leyma, aún plena recuperación de los golpes ante Gipuzkoa y Fuenlabrada, se agarra de nuevo al Palacio de los Deportes de Riazor y al baloncesto que lleva dentro para recibir esta tarde a las 17.00 horas (LaLigaPlus) a un Menorca que le doblegó en la primera vuelta en su pista, pero que baja su rendimiento a domicilio. Pendiente de Tizona, la derrota de San Pablo Burgos en Valladolid alimenta sus aspiraciones. O Forno de Riazor no estará como ante Estudiantes, pero se han vendido y colocado muchas entradas a precio reducido y se espera una gran temperatura entre una hinchada naranja que no ceja en su empeño de llevar al equipo a la ACB.

El triunfo ante Cáceres de hace una semana en el mismo escenario ha tenido un efecto terapéutico, aunque Diego Epifanio, su entrenador, no se atreve a decir que haya sido “liberador”. “Ayudó en el trabajo de la semana no venir de una derrota”, admite, eso sí. Lo que también reconoce el técnico burgalés es que ese bache le ha pasado factura al líder, que lucha todavía para recuperar la confianza, por volver a ser lo que era a todos los niveles. A su juicio, en momentos así, lo que puede salvar a los equipos es la fortaleza del grupo. “Hubo momentos de la temporada en los que los jugadores estuvieron con un mejor estado de confianza, con un mejor estado mental, con un mejor estado físico, pero la clave es intentar que, cuando hay un jugador que no está en el mejor pico de forma, que esté otro. Es cíclico y no nos preocupa”, refuerza el máximo responsable técnico.

El equipo coruñés se topará con un Menorca que se encuentra en la zona baja de la tabla de la LEB Oro, aunque fuera de la quema. Eso sí, demostró en el primer tramo de la temporada que es capaz de hacerle hincar la rodilla. Ese baloncesto lento, de cinco contra cinco y que corta el ritmo, es la antítesis del campo abierto, de las posesiones cortas, la alegría y la fuerza del tiro exterior que pregona y con el que se siente cómodo el Leyma. Choque de estilos que Diego Epifanio sabe que decantó la balanza hace meses del lado de los insulares. “Nosotros tenemos nuestra idea, nuestra filosofía. Es verdad que ellos hicieron un planteamiento de un ritmo muy lento en el primer partido, pero ahora cuentan con otros jugadores y, evidentemente, es un equipo que no corre en exceso, porque su cinco contra cinco es muy bueno. Tienen calidad, saben sacar muchas ventajas”, analiza de un encuentro en Menorca que acabó con derrota: 56-51. Aquel día el Leyma estuvo irreconocible con solo 43 de valoración y dos de quince en el triple. Puntales como Goran Huskic o Yunio Barrueta lograron uno y tres puntos, respectivamente, en la puntuación más baja del equipo en toda la temporada. Hasta perdió con claridad el rebote: 41 por 28.

Seguirán este domingo enfrente jugadores que entonces fueron claves para que se produjese la derrota naranja como Clevin Hannah o Arteaga. Es baja Pol Molins. Seguro que se suman con fuerza Alderete, Stevic o Golden Dike, que debutó la semana pasada. Un grupo que solo ha conseguido tres triunfos fuera de casa ante Oviedo (78-84), Fuenlabrada (75-81) y COB (61-66).

El Leyma necesita el triunfo para mantenerse en lo más alto de la tabla, siempre con un ojo en esa ristra de equipos que le persiguen y que cada vez es más multitudinaria por los pinchazos de los favoritos. Diego Epifanio es de los que cree que todavía no hay que mirar mucho la clasificación. El técnico burgalés considera que, más allá de esas pequeñas decepciones de las últimas semanas, es el momento de seguir pasándoselo bien con una temporada histórica y con ese ambiente que día a día se genera en el Palacio. Los partidos que restan antes el final de campeonato a orillas de Riazor serán primordiales y deben convertirse en una fiesta de doble sentido. “Los duelos que nos quedan en casa pasan por disfrutarlos, que venga mucha gente, que nos animen, porque la comunión que hay entre la grada y el vestuario sigue en muy buena sintonía. Que ellos se lo pasen bien en la grada y nosotros disfrutemos una pista. Yo creo que esa es una de las claves de los partidos que nos quedan”, apunta reclamando el apoyo de una afición que ha ido enganchándose todavía más en un ejercicio que puede acabar con broche de oro.