Baloncesto - LEB Oro

Nostalgia de la fiebre amarilla en el Leyma

“Éramos todos de aquí”, recuerda Gus Díaz sobre el equipo que en 1996 se proclamó campeón de la Copa Galicia, primer título del Básquet Coruña, y al que hoy homenajea

El exjugador de baloncesto Gus Díaz posa en la plaza de Pontevedra. |  // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA

El exjugador de baloncesto Gus Díaz posa en la plaza de Pontevedra. | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA / Casteleiro/Roller Agencia

“No me pidas que machaque que estoy más viejo que Carracuca”, bromea Gus Díaz, de 53 años y que hace 27, en 1996, fue uno de los héroes de la Copa Galicia, primer título del Básquet Coruña y al que hoy el club naranja, entonces amarillo, le rendirá un homenaje en el descanso del partido entre el Leyma y el Castelló en el Palacio de los Deportes de Riazor. “Llevo sin tirar a canasta desde que me rompí la rodilla en 2019”, continúa el exjugador. Pero lo intenta. Apunta. Se queda corto. El segundo lanzamiento, largo. A la tercera, chof, entra limpia. Al final, es como andar en bicicleta, que no se olvida. Como tampoco el recuerdo de aquella gloriosa final: “Éramos todos de casa, estábamos en el primer año del club y ganamos a un equipo dos categorías superior. Fue una sorpresa, una gran satisfacción”.

El Sondeos del Norte campeón de la Copa Galicia en 1996. De izquierda a derecha arriba; Gus Patiño, Óscar García, Javier Castroverde, Juan Díaz, Harpo Baamonde, Manu Gómez, Castor Bravo, Rubén Ruiz, Gus Díaz y Manu Pereira. Abajo: Rafa Fernández, Javi Pais, Raúl López, Héctor Vázquez y Lolo Castro. |   // LA OPINIÓN

El Sondeos del Norte campeón de la Copa Galicia en 1996. De izquierda a derecha arriba; Gus Patiño, Óscar García, Javier Castroverde, Juan Díaz, Harpo Baamonde, Manu Gómez, Castor Bravo, Rubén Ruiz, Gus Díaz y Manu Pereira. Abajo: Rafa Fernández, Javi Pais, Raúl López, Héctor Vázquez y Lolo Castro. | // LA OPINIÓN / María Varela

Las eliminatorias previas ya casi se han borrado de su mente. Pero se acuerda de que las semifinales fueron contra el Breogán y la final, frente al Xacobeo Ourense. “Empezamos bien, íbamos por delante pero tampoco nos despegábamos demasiado, de hecho llegamos al descanso ganando de uno. La sensación era que estábamos aguantando pero que los de la ACB se nos iban a ir”, relata sobre el devenir del partido. “Teníamos un jugador, Rafa Fernández, que era un excelente tirador. En la segunda parte metió cinco triples”, señala como una de las claves. “Nos pusimos por encima, estábamos todos sorprendidos, pero lógicamente el Ourense apretó y llegamos al final igualados. Le hicieron falta a Lolo, metió un tiro libre, quedaban cinco segundos y ellos ya no anotaron y ganamos”, concluye.

Hoy la mayoría se volverán a ver en una pista. “Nos juntamos hace dos años, cuando fue el 25 aniversario. Y más o menos todos nos seguimos la pista”, dice. Era un grupo, el suyo, que destacaba por la ilusión en un club que arrancaba con más ganas que medios. El arquitecto fue Javier Castroverde. “Destacaba por el conocimiento del jugador. Sabía a quien quería y donde lo iba a poner para sacar su máximo rendimiento. Manejaba muy bien el grupo”, valora. “Nos hacía jugar un baloncesto muy libre, sus sistemas eran solo inicios y después dejaba libertad al jugador. Nuestro equipo también era atípico. Teníamos un base que podía jugar de pívot como Lolo Castro. Un alero tan rápido como un base como Manu Pereira. Yo era pívot y tiraba de fuera”, continúa. Y sin un líder claro. “Es cierto que Lolo tenía un talento especial pero Manu también y además un físico descomunal. Raúl López era un jugador muy sólido. Estaba muy repartido”, comenta.

Homenaje a los presidentes del Leyma.

Homenaje a los presidentes del Leyma. / VICTOR ECHAVE

En su caso, el equipo también era una cuestión familiar. Los tres hermanos Díaz nacieron en Venezuela pero se criaron en la ciudad. Indio (José Luis) llegó al Real Madrid. Juan fue jugador y entrenador y era el segundo de Castroverde en el título de 1996, con el pequeño de la saga a su cargo. “Estuve tres años con él. Tenemos un carácter distinto, yo soy más tranquilo, Juan es de carácter más fuerte, pero siempre tuvimos claro que en la cancha había máximo respeto. Y nunca nos llevamos temas de baloncesto a casa”, apunta. El arraigo era una de las claves de los comienzos y ahora echa en falta esa parte coruñesa en la plantilla para luchar por ese deseado ascenso a la ACB: “¿Por qué no? Los cimientos están puestos. A Coruña se lo merece”.

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Aún quedan cinco jornadas de la liga regular en la LEB Oro y el Leyma puede asegurar esta tarde matemáticamente su presencia en el play off de ascenso a la ACB si gana al Castelló (Palacio de los Deportes de Riazor, 18.30 horas). Tercero contra un décimo que apura sus opciones de acercarse a la promoción y que llega en su mejor momento del año tras ganar ocho de sus últimos diez partidos, incluido el de la semana pasada frente al Estudiantes con un triple en el último segundo. “Es un equipo que está jugando muy bien, que se ha quitado la presión de encima y ahora es doblemente peligroso porque tiene al alcance la opción de alcanzar a Gipuzkoa”, asegura Diego Epifanio en la previa. “Juegan muy dinámico, muy rápido, castigan mucho en los primeros segundos. Es un equipo muy fresco y su propuesta es muy directa al aro. Tiene jugadores muy comprometidos. Creo que de ahí viene su éxito, aparte de que defensivamente es un equipo compacto y que mete en muchos problemas a sus rivales, bajándoles mucho el ritmo de anotación”, añade. El Leyma ganó a domicilio en la primera vuelta (81-86), un partido vital porque fue cuando los naranjas empezaron una impresionante racha que les llevó de las 5 victorias a las 19 que tienen ahora en 17 jornadas tras 14 triunfos y 3 derrotas, dos de ellas de forma consecutiva y de las que se recuperaron la semana pasada al ganar en Gipuzkoa. Para repetir, el técnico burgalés apela a “estar preparados”: para defender sus primeros segundos, sus uno contra uno y para sus cambios de defensa no les saquen de ritmo. Y además, contarán con el extra de jugar en casa, donde “la química con los aficionados” les está llevando en volandas cuando los partidos se complican.

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