Voleibol - Superliga Femenina 2

Zalaeta, manual de resistencia

Sin fichajes y sin patrocinador, arranca el campeonato tras retener a Emma Ordóñez, Sara Urrea y Eleonora Guzzi

Las jugadoras del Zalaeta posan el fin de semana antes de un amistoso en Portugal. |  // CEDIDA

Las jugadoras del Zalaeta posan el fin de semana antes de un amistoso en Portugal. | // CEDIDA / Carlos Miranda

Carlos Miranda

Carlos Miranda

Volverá a volar el balón de un lado a otro de la red este sábado a las 19.00 horas en el pabellón del Barrio de las Flores en la que será la undécima temporada consecutiva del Zalaeta en la Superliga 2 femenina, el segundo escalón del voleibol español. Son unos dobles dígitos síntoma de estabilidad, aunque el equipo coruñés no deje de vivir en el alambre por las estreches económicas que le acechan, sobre todo, tras un verano en el que perdió a su patrocinador de las últimas temporadas.

Sin fichajes y sin esa inyección de dinero, aspira a seguir en esa zona media alta de la tabla que ha hecho suya en los últimos ejercicios. Al final, que nada cambie es también un paso adelante en un momento de adversidades. “El esfuerzo, más que en fichar, lo centramos en mantener lo que ya teníamos. Económicamente no andamos muy boyantes, estamos bastante limitados. Emma (Ordóñez), Sara (Urrea) y Eleonora (Guzzi) no se han movido de aquí, a pesar de que han tenido ofertas de otros sitios para marcharse. También ayudó que ellas están en A Coruña por la familia, no solo por motivos deportivos. Hicimos un pequeño esfuerzo para que se quedasen y lo conseguimos”, relata el entrenador Jorge Barrero, un clásico del banquillo en el Zalaeta, quien también se ha volcado un poco más con la base en los últimos años.

Laura Vázquez, Carmen Carvajal e Irene Yáñez eran las jugadoras que, en teoría, iban a abandonar el proyecto y a medio plazo será así, pero la última de ellas les ha estado ayudando en los entrenamientos y será un refuerzo provisional en las primeras jornadas ante las lesiones que ha sufrido el equipo en los últimos tiempos, ya que Eleonora Guzzi tiene el hombro tocado y Andrea Rivas se ha lesionado en un dedo. Bajas sensibles para un equipo que tiene una rotación más corta esta temporada.

El Zalaeta acabó la temporada pasada en el quinto lugar de la Superliga femenina 2 y, no sin esfuerzo, reinventándose y tirando de la cantera, ha ido afianzándose en una zona en la que está a cierta distancia de ascender, pero que le permite no sufrir por abajo. Aun así, el mayor escollo para jugar algún día en la máxima categoría es, principalmente, económico, y más después de la pérdida del patrocinador principal. “Estamos al límite. Deportivamente estamos consolidados y ha habido algún año que nos ha salido bien la cosa y hemos estado con opciones de ascenso. Económicamente no podemos pensar en jugar más arriba, aunque compitamos con equipos que sí piensan en ello, porque implicaría triplicar el presupuesto, contratar jugadoras y ya no es solo el nivel que deben tener, sino también es la dedicación que les exigiría”, razona y se concede un rayo de esperanza dentro del realismo imperante. “Nos gustaría tener un buen año, subir y encontrar el apoyo para salir a competir arriba. No renunciamos, claro, pero es complicado. Vamos justos y dependemos mucho de que la cantera vaya sacando jugadoras, porque el relevo tiene que venir de la casa. Mientras la situación no cambie, la categoría nos llega y ahí estamos”, apunta el entrenador de las coruñesas.

En dos días les espera el Tenerife Paradise Park en su pista y el Zalaeta peleará por resistir y por mantener viva la llama del voleibol de A Coruña en la élite.